Nueve

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SeokJin era el chef de un restaurante cinco estrellas, la presión era mucho mayor al ser clientes de una impecable reputación, muy diferente al lugar donde trabajaba Tae, donde la clientela era más humilde. Yuna estaría bajo su cuidado por esa mañana, antes de volver a casa con ella pasaría por el supermercado para comprar ciertas cosas faltantes en casa. Yuna en el canguro se mantenía tranquila observando curiosa alrededor, para ciertas mujeres fue una imagen tierna de ver. Su celular vibró en el bolsillo advirtiendo de una llamada, al ver la pantalla imaginó lo que escucharía.

—Vaya, la bella durmiente acaba de despertar—bromeó. Anoche había estado con NamJoon bebiendo un poco en el bar, éste se puso ebrio siendo un desastre en sí, incluso había llorado al pensar en YeRi con otro chico. Jin tuvo que conducir para mayor seguridad de ambos.

—¡¿Por qué me dejaste enviarle esos mensajes?!—alejó un poco el celular ante ese grito—Ahora YeRi se preguntará, ¿Qué demonios pasa conmigo?

—Te dije que no le escribieras en ese estado, pero tú insististe, dijiste que se lo dirías.

—Me quiero morir.

—No lo hagas, eres joven todavía—bromeó tomando algunos productos de los estantes añadiéndolo al carrito de compras—Escucha, Kim NamJoon, cuanto más tardes en confesarte, más difícil se tornará todo.

—¿Qué se supone que haga entonces?

—Simplemente dile lo que sientes, sólo eso.

—Suena tan sencillo. ¿Y si me rechaza?, ¿Y si la amistad se pierde?

—Conocemos a YeRi, no creo que deje de hablarte si su respuesta es no. Es el riesgo que debes correr, Joonie.

—No iré a trabajar hoy. Creo que me prepararé mentalmente para decirle.

—Eso es—apoyó—Estoy comprando algunas cosas, cuando vuelva a casa hablamos.

—¿Por qué no me despertaste antes de irte?

—Porque sé lo terrible que es despertar luego de unas cuantas botellas. Hablamos en casa—y colgó.

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—Papá—dijo sosteniendo su celular en la oreja. YeRi caminaba por el pasillo de aquella escuela con algunos libros en su brazo—¿Qué significa si un chico te dice que quiere estar contigo?

Para el señor Han fue inesperado.

—¿Qué?

—Si somos amigos, ¿Significa que se siente cómodo conmigo?—obtuvo silencio—¿Papá?

—Sabía que le gustabas a uno de ellos—chasqueó la lengua—A ver, dime, ¿Quién es?

—No es eso...

—Han YeRi, ¿Quién es el chico?

—No quiero decirte, podrías llevarlo a la comisaría para un interrogatorio.

—¡Por supuesto que sí!, eres mi única hija y debo asegurarme de que el idiota que esté contigo valga la pena—alzó su voz un poco. Para YeRi fue gracioso escucharlo alterado.

—¿Quieres que llame a emergencias?, creo que te dará un infarto.

—Que graciosa, jovencita.

—He estado pensando en el asunto. Con los mensajes que envió anoche...creo que...podría gustarle—todavía lo dudaba. No estaba segura de su conclusión, pero era una posibilidad—Papá, ¿Cómo supiste que mamá te gustaba?

Hermosa Inocencia • BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora