Capítulo 29: Una buena noticia

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Los entrenamientos con Jungkook se mantienen igual que siempre; mucho tenis y gritos de aliento. Sólo que ahora existe una diferencia; los besos y caricias entre juego, que hacen a Namjoon y, en ocasiones, Seokjin, rodar los ojos de aburrimiento.

Los días pasan cada vez más rápido, y Taehyung comienza a sentir la presión que su nube de amor no le ha permitido notar. Acaba de pasar a la segunda tanda de competiciones. Son nueve partidos, eso quiere decir, que, si gana estas nueve competencias, más la final con el segundo mejor, podría llegar a la final con el ganador del año anterior, Oh Sunwoo.

Y la presión es grande.

Tan grande, que en ocasiones siente su pecho más pesado de lo normal.

—¿Estás preparado? —pregunta Jungkook.

Taehyung asiente con la cabeza, mientras estira sus brazos y relaja el cuello. Venus tira de la correa por la ansiedad que siente de ser soltada y comenzar a correr desquiciada, al costado de su padre y Jungkook, igual que todos los días.

Deja que su perrita corra libremente, olfateando cada árbol que ve y jugueteando con los perros de todos a su alrededor, a pesar de ser muchísimo más grande que todos los otros de su especie que pasean esa mañana de sábado por el parque más grande de la ciudad.

Taehyung sostiene su mirada al frente, riendo cuando Jungkook se acerca a cosquillear sus costillas. Comparten besos desordenados por el trote, y en ocasiones toman sus manos, completamente obsesionados con el otro.

Baja su mirada a la rodilla del pelinegro, preocupado con el hecho de que la aumentada de cinco minutos de trote vaya a ser perjudicial en el chico, pero no encuentra señal de dolor. Jungkook no solía ser de las personas que expresan abiertamente cuando algo les molesta, sino que lo logra captar en sus gestos, o una inspiración más profunda, o en el quite que el pelinegro solía hacer a su rodilla al caminar cuando el ajetreo era mucho. Y últimamente era extraño verlo incómodo con su rodilla, lo cual era una excelente señal. Si todo sigue igual de bien, incluso podría volver a entrenar con la raqueta, y eso es lo que ambos más anhelaban.

Pero es paso a paso.

Igual que lo que mantienen entre ellos.

—Venus se cansó —murmura Taehyung— Hagamos una pausa para hidratarnos, ¿está bien?

Jungkook le da una mirada al chico, obviamente reparando en la mentira, porque Venus se encuentra corriendo como desquiciada mientras juega con otro perro a unos metros de ellos.

—Tae...

—Lo sé —interviene el tenista, bajando la mirada—. Pero jamás me dices si te sientes cansado, o si te duele, o lo que sea. Y eres tan exigente contigo mismo, que me da miedo que estés escondiendo el dolor, y no quiero que vuelvas a estar mal de tu rodilla.

—Te he dicho que estoy bien —resopla Jungkook, utilizando un tono de aburrimiento—. Severas veces, realmente.

Taehyung alza sus cejas al escuchar el tono de ironía y cansancio de Jungkook en las últimas palabras, y no de cansado físicamente, sino que agotado de sus preguntas. Por lo que, para evitar discusiones, baja la mirada al bebedero de agua portátil de Venus y se levanta para buscarla, dejando a Jungkook y su malhumor atrás.

El pelinegro repara de inmediato en su error y se siente un idiota. Observa a Taehyung saludar al cuidador del perrito amigo de Venus y acariciar las cabezas de ambos canes que se acercan a beber agua. Todo había estado bastante bien, pero en ocasiones su brusquedad natural podía arruinar un poco las cosas con el chico, quien solía ser de más cuidado y tranquilidad. Y le molestaba ver a Taehyung triste por no saber controlar su lengua.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora