CAPÍTULO 94 Primer juego, primer escándalo

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El día del juego llegó, siendo el domingo temprano, Travis se levantó para relajar su mente antes de irse, el juego se llevaría a cabo en la tarde, justamente a las seis, por lo que tenía el resto de la mañana para desayunar con su familia, él consideraba que tenía todo listo, se coordinó con el equipo de seguridad de Taylor y el guardaespaldas de él para que tuvieran todo bajo control, ellos serían un punto importante a considerar para que su esposa e hijos fueran a verlo jugar sin temor de nada, ya que el equipo contrincante eran los Ravens, de Baltimore, el juego y deporte siempre es sano, pero también existían personas que tenían el pensamiento de que su equipo lo es todo en la vida, así que, recordó cuando algunos aficionados de dicho equipo ofendían a Taylor cada que la miraban pasar cerca de ellos, le daba algo de pánico pensar que se metieran con sus hijos, odiaría eso, de su mente no iba a salir aquel miedo, sin duda creía que la rubia debía estar peor, pensando en que algún loco les lanzara algo, deseaba que todo saliera bien.

Él dio la vuelta a su cama, para tomar su celular, viendo la hora "6:45 a.m." podía continuar durmiendo si quisiera, pero la emoción y los nervios no lo dejaban de todos modos, Taylor seguía dormida, abrazada del cojín de maternidad, quien se volvió su mejor amigo de nuevo, luego, escuchó unos pequeños pasos, caminando en la habitación.

—Papi— Evie ya estaba con una cara de angustia, él sabía a lo que venía su hija, el asunto del payaso no se iba a ir pronto. —Payaso—

—Oh nena, calma— la subió a la cama, los dos días anteriores han estado lidiando con el miedo latente de Evie a que pudiera salir un payaso del lugar que sea, se sentía un tonto por haber dejado que Austin le narrara una historia de terror, que a él no le dio nada de miedo, pero para Evie era extremo el pensar o imaginar que un payaso maldito se comería a una niñita por no dormir temprano, su esposa se molestó demasiado, regañó ese día a Austin demasiado, tanto que el pobre no sabía dónde esconderse.

—Papi— lo abrazó, él era su zona segura, al igual que su mamá, pero creía en su mente de bebé que papá podía volar de una patada al payaso si este llegara a aparecer.

—Trata de volver a dormir, mami duerme— besó su frente.

La pequeña cerró los ojos, le ha costado conciliar el sueño durante los dos días que transcurrieron, lo cual ocasionaba que estuviera de mal humor la mayor parte del día, por los desvelos tratando de cuidar que ningún payaso fuera a aparecer, solo sus papis la entendían y la hacían sentir segura.


Sin tardar más, Charles estaba llegando, jalando la cobija con la que su mamá se tapaba, despertándola. —Mami—

—Charlie...— abrió los ojos, viendo que su esposo estaba dormido de nuevo con Evie al lado, ya debía despertarlo, se tenía que ir. —Ven bebé— lo subió a la cama y luego estiró su mano para tocar la cara de Travis, en el intento de despertarlo dulcemente, pero no podía, Evie dormía ocupando gran parte de la cama. —Trav— no le quedó más que hablar.

Él se dio la vuelta ligeramente, pero seguía dormido.

—Trav, mi amor— pudo alcanzarlo y mover su hombro.

Travis se despertó. —Vaya, me volví a dormir—

—Seguro que tienes mucho sueño igual que yo, pero es tu culpa también— dijo aun molesta refiriéndose al nuevo miedo de Evie, su hija no era una niña temerosa, sin embargo, la comprendía, ¿Quién no le tendría miedo a un payaso maldito?

—Lo sé, lo siento, de nuevo— dijo apenado, ha estado disculpándose casi a cada hora por haber dejado que Austin le contara esa historia de terror.

—Está bien— se relajó. —Debes apresurarte para irte—

—Sí, ahora mismo— se levantó con cuidado de no despertar a su hija. —Voy a darme prisa y los voy a ver allá, ¿Bien?, se supone que todo debe estar bajo control, para nada van a llegar y entrar donde el público en general pasa, di estrictas indicaciones de cómo deben ser los movimientos de seguridad cuando lleguen— dijo nervioso.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora