Como proteger al hermano mayor de la protagonista #1

Capitulo 95

—Realmente te despertaste.

Abrió los ojos y miró a Dion, e instantáneamente cambió su expresión a pequeña.

Pero pronto, borró rápidamente ese letrero y le habló.

Beth, la doncella de Sierra, retrocedió silenciosamente y Emily se paró junto a Sierra.

La energía en el exterior era tranquila y silenciosa, pero Emily sintió la voluntad de contener a Dion inmediatamente si hacía algo peligroso.

Como prueba, Emily estaba de pie en una posición oblicua entre Sierra y Dion.

Los ojos que miraban a Dion parecían ver a la bestia justo antes de la captura.

—Cuando le mostré la condición al legislador, dijo que era peligroso porque fue apuñalado profundamente en un lugar vital. Escuché que si era un poco tarde, realmente moriría.

El discurso de Sierra fue simplemente monótono y desolador sin calidez.

Lo mismo sucedió con su mirada mirando a Dion.

—Dice que necesitas descansar lo suficiente, así que acuéstate un poco más.

Fue una situación extraña.

Dion trató de romper los grilletes que sujetaban sus extremidades, pero rara vez se movía como su cuerpo quería.

Cada vez que Dion se movía incluso un poco, la mirada de Emily la alcanzaba.

—¿Dónde está esto?

Una voz áspera y mal quebrada raspó las cuerdas vocales y escupió.

—¿Qué pasa con Lante Agriche?

No hubo respuesta a la pregunta de Dion.

La criada que estaba en la parte de atrás estaba cubierta con la espalda de Sierra, haciendo que su rostro fuera invisible, y Emily todavía tenía un rostro inexpresivo.

Y la expresión de Sierra era difícil de juzgar.

En silencio miró a Dion con ojos que parecían tener tanto humedad como sequedad al mismo tiempo.

—... creo que sería mejor dormir un poco más.

Finalmente, Sierra endulzó sus labios, balbuceando en voz baja, y luego siguió adelante.

Beth, que captó su mirada, se movió.

Dion abrió lentamente la boca de nuevo, mirando la cara lateral de Sierra.

—¿Por qué me trajiste?

Una mirada dispersa se clavó en el rostro de Dion.

Beth pone la vela encendida sobre la mesa.

Finalmente, Sierra salió de la habitación sin responderle a Dion.

Mezclado con el aire inhalado, el poderoso aroma del sueño barrió los pulmones como una marea.

Tragado por una irresistible y fuerte suma, Dion bajó suavemente los párpados.

... También lo es este olor para dormir, y también los grilletes que sujetan su cuerpo.

Quizás ella lo había traído para vengarse.

Gradualmente, el frente de mis ojos se volvió distante.

Dion cerró los ojos sin rechazar el suave toque que tiraba de su cuerpo bajo el agua profunda.