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―¿Me veo bien? ―pregunta mi esposa mientras nos detenemos frente a la casa de mi abuela. Nos han convocado a todos y sé que está nerviosa
por eso. La última vez que nos convocaron, nos reprendieron por los trucos con las pelucas que habíamos estado haciendo, pero esta vez es
diferente. Sé exactamente por qué estamos aquí esta noche.

Mi mirada recorre el impresionante vestido color crema hasta la rodilla que lleva y asiento.

Mi mirada recorre el impresionante vestido color crema hasta la rodilla que lleva y asiento

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*Vestido de Bea

―Elegante pero perfectamente sexy, pequeña hada. Me encanta como te queda este
vestido. ―Ella sonríe, pero entrecierra los ojos cuando abro la boca de nuevo.
—Pero no tanto como me encantaría en
nuestro... ―ella presiona su dedo índice contra mis labios y me lanza una mirada de advertencia justo cuando Jimin y Kazuha se acercan a nosotros.

Sonrío y le muerdo el dedo, ganándome un bonito sonrojo mientras ella retira la mano.  Dios, hacerla sonrojar nunca me aburrirá.
Cada vez se vuelve más emocionante.

―¡Tae! ¡Bea! ―dice Kazuha abrazándonos a ambos con fuerza. Jimin sigue su ejemplo, presionando su nariz contra el cabello de mi esposa por un poco más de lo que me gustaría.

Ella sonríe y asiente mientras él se aleja, y entrecierro los ojos mientras tomo su mano y la saco de su alcance.

―Tienes tu propia esposa ―espeto.
—Deja a la mía en paz.

Jimin parece irritantemente divertido mientras rodea a Kazuha con su brazo, sus ojos brillan de deleite cuando mi mano rodea la cintura de Bea posesivamente. Los dos pasan junto a nosotros, dejando la puerta abierta detrás de ellos.

―Tae ―dice Bea, aparentemente perdida en sus pensamientos mientras ve la puerta principal que Jimin dejó abierta detrás de él.
—¿Crees que podrías saltar desde aquí hasta el interior de la casa?

Sigo su línea de visión y me encojo de hombros.

―Ni idea. Averigüémoslo, cariño.

Doy un paso atrás y salto, casi logro entrar y casi tropiezo, solo para encontrar a todos mis hermanos parados en el pasillo, con sus teléfonos
afuera y las sonrisas más grandes en sus caras tontas. Todos se echan a reír al mismo tiempo, y el dinero cambia de manos rápidamente.

LA PROMETIDA SECRETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora