-El hilo rojo-

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Las feromonas con olor a chocolate muy dulce inundaban la habitación.

Gon se retorció en su cama mientras masturbaba a su miembro. Sentía su entrada mojada, pero nunca había intentado atender esa zona, a pesar de que prácticamente su tracero rogaba ser tocado...No por el, sino por su mejor amigo, Killua Zoldick.

—Aah...—Hecho su cabeza hacia atrás mientras sus talones se encajaban en las sabanas de la cama blanca. No quería hacer ruido, estaban nuevamente en la torre celestial después de tres años y medio, decidieron llevar a Alluka a entrenar a ese lugar.—N-No puedo...—Dijo con los ojos llorosos.—Quiero que me toque...—Dijo en un susurro. Hace tiempo tiene el deseo de tener a su mejor amigo cerca y el deseo se intensifica en su temporada de celo, no tiene idea de cómo quiere que Killua lo toque, es muy inocente para saberlo a pesar de ya haber cumplido dieciséis años, solo sabe que quiere a Killua a su lado.

Aún lo recuerda, cuando cumplió los catorce años, tubo su primer celo donde Killua estaba como loco de no saber que hacer. Recuerda a su amigo llegar de la farmacia con supresores y cosas necesarias para esos días.

—¡Aahg!—Su espalda se curva por segunda vez en esa tarde dejando salir su esencia.—Necesito supresores...—Dijo mientras se sentaba en la cama, su cuerpo desnudo, su torso manchado de semen, su cuerpo temblando y sudado y sus mejillas teñidas de rojo.

La verdad le daba vergüenza pedir ese tipo de cosas a su amigo, pero tenía que hacerlo, no podía salir de la torre e ir a una farmacia.

¿Si Gon?—Del otro lado de la linea se escuchó la voz de su amigo, probablemente estaba en las gradas mirando algunos enfrentamientos de su hermana.—¿Por qué no veniste?, Alluka se preocupo mucho.

—L-Lo siento...Dile que lo siento mucho...Ah...Y-Yo...—Su voz se entre corto.—Ne-Necesito supresores...Ahora...Ki-Killuag...

—Oh...Entiendo, ahora los llevaré a tu habitación, no salgas.—Dijo mientras colgaba la llamada. Gracias al cielo, la pelea de Alluka había terminado siendo esta la que se llevó la victoria.

—¿Que tal lo hice, hermano?—La chica se acercó a su hermano que la esperaba en el pasillo.

—Muy bien, digno de mi querida hermana—Killua la felicito removiendo su cabello.—Allu, tengo algunas cosas que hacer, ¿Podría ir tu sola con Wing-san?

—¡Claro!—Dijo mientras despedía a su hermano con un beso en la mejilla.—¡Nos vemos!

Killua se dió la vuelta casi corriendo. Si no se daba prisa, algún Alfa podría escabullirse a la habitación de su amigo.

—Gracias.—Le dijo a la farmacéutica. Está lo miro coquetamente.—Ridícula.

Corrió nuevamente hasta ese enorme edificio donde se metió a el elevador que lo llevaría hasta el piso docietos.

Busco la habitación de su amigo.

Allí estaba, era sutil, pero había un olor dulce saliendo de ese lugar.

Habría la habitación y miro a su alrededor, estaba acostumbrado a las feromonas de Gon.

No, no lo está, lo enloquecen, pero sabe controlarse muy bien.

—¿Gon?—Dijo acercándose a la mesa de noche colocando la bolsa blanca de plástico.—Ya vine.—Miro como su amigo salió debajo de las sábanas, mientras dejaba expuesto su torso ya limpio.—¿Cómo te sientes?—Le sonrió mientras sacaba una botella de agua de la bolsa.—Te traje de...De todo.—Dijo con un ligero sonrojo.

—Gra-Gracias Killua...—Gon respiro profundo.—Se siente peor que la última vez...—Dijo agarrando las dos pastillas que Killua le extendió junto al agua.

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⏰ Última actualización: Jul 07 ⏰

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