LX. La historia de un demonio.

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- Oye, despierta.

Víctor abrió los ojos. Su cadera dolía. Aradia, de piel negra, fue quien lo despertó. El sol ya brillaba a través de nubes hiladas con torpeza.

- Levántate. Ya está el desayuno.
- Está bien; ya voy.

Aradia se alejó hacia donde estaba Lara y el robot. Víctor se quedó acostado boca arriba, observó el cielo y no pudo evitar sentirse triste. ¿En verdad había perdido tantos años en un parpadeo? El mañana en que despertó era más hostil que el mundo anterior. Se sentó con el resto. La comida que había preparado Lara era un caldo con un poco de carne. Su buena sazón rescataba el desayuno de resultar insípido por la falta de ingredientes.
Víctor, incómodo a la par de intrigado, preguntó por el plan que tenía para atacar a Alistair. Lara habló sin tapujos. IA-19, el robot que en ese momento estaba apagado con el pecho abierto, recargando su energía con las celdas solares debajo de su carcasa, había monitoreado las actividades de Al y su séquito. Pronto tendría un plan para acorralarlo. Había un gran problema que Lara no había mencionado: Los aliados de Alistair tenían superpoderes. No sabía cómo o de dónde provenían, aparecieron de repente como aliados del Zalman original. No necesitaban las reliquias para ser una amenaza, ergo, era aún más complicado lidiar con ellos. A un usuario le quitas su objeto y es una persona “normal”. Lidiar con un súper era un asunto distinto. Lara sabía que debía matarlos a todos para que el plan funcionara. Había una persona que podía ayudarlos, un súper humano exiliado. Él tenía control sobre la mente. En algunos días se reunirían con él. Ese mismo día tendrían que ir al lugar donde hallaron a Víctor. Lara debía practicar su combate.
No volvieron a hablar hasta que terminaron de desayunar. Aradia guardó los rudimentarios platos en una mochila descosida. Cruzaron el bosque que, para sorpresa de Víctor, estaba rebosante de vida. Las aves cantaban, las ardillas corrían y los insectos pululaban. Antes de cruzar la frontera, Lara le dio un consejo severo: “Recuerda, cuando la noche llega, el bosque es lo único que nos mantiene a salvo. Si llega a pasarnos algo a nosotras tienes que memorizar el camino de regreso”. Él se limitó a mirarla y asentir.
Caminaron hasta llegar al vertedero de basura metálica. Lara sacó un arete y se lo puso. Era la reliquia del metal. Aradia se sentó en una pila de basura e invitó a Víctor a sentarse con ella. IA-19 se quedó de pie junto a ellos, esperando que alguno requiriera de asistencia o consejo.

- ¿Cuánto tiempo se toma? -preguntó Víctor, refiriéndose al entrenamiento de Lara.
- Depende. Una hora es segura. Lara dice que la reliquia es como un músculo, se ejercita para hacerse más fuerte; entre más tiempo la utilice, mayor será su maestría sobre ella. Es raro, nunca sentí ese problema. Mi habilidad ya es parte de mí, no puedo imaginarme fortaleciendo eso.
- ¡Es cierto! Desde la primera vez que te vi eras… ¿No eres parte de esos súper humanos?
- Sí y no. Es una historia compleja. Mis recuerdos están rotos, no puedo recrearlos por completo.
- ¿Qué es lo que sí recuerdas?
- Yo no soy de este mundo. Antes era de piel blanca y de cabello rubio. Tenía un papá, cuyo nombre, voz o rostro no puedo recordar. No sé por qué, pero me secuestraron. El lugar del que provengo es idéntico a este. La civilización humana era la dominante, también existían las reliquias, pero eran diferentes. Había un científico. Hizo experimentos conmigo y fui la primer “súper” de esa tierra, pero resulté defectuosa. En este mundo, lo que está detrás de las reliquias es alquimia, en el mío era la magia. Quizá por eso obtuve este aspecto tan extraño. Cómo sea, así renací como Aradia. Con el pasar del tiempo, mi defecto se hizo más obvio -dijo, mientras movía su mano, reluciendo su actual color negro- no sé a qué se deba, pues todos mis compañeros renacidos después no tuvieron ningún problema, podían usar sus poderes sin límites o consecuencias.
- No entiendo… Dices que vienes de otro mundo ¿Idéntico a este? ¿Cómo estás segura? ¿No es que viajaste en el tiempo, al igual que yo, pero hacia atrás en vez de hacia delante?
- No. Estoy segura ¿Recuerdas que te dije que en mi mundo existían reliquias diferentes? Pues había una cuyo poder consistía en el viaje a través de realidades. Déjame contarte el resto de la historia y quizá comprendas un poco más.

Víctor guardó silencio. Mientras tanto, Lara estaba muy concentrada en su asunto. Con su voluntad y la reliquia levantaba vigas gigantes de metal oxidando, las doblaba y partía a la mitad. Ignoraba que la reliquia que portaba había sido responsable del homicidio de Christabel muchos años atrás.

- Nos crearon con el propósito de ser un súper ejército -continuó Aradia- Servíamos a Zalman, (quien también existía de donde provengo), pero en mi realidad, ustedes cuatro no se opusieron a él; no hubo ninguna resistencia ¡Dominación mundial! Pasaron años, muchos años. Creo que llegué a cumplir los veinte. Para esa edad, mi maldición estaba a punto de consumirme por completo, como ahora. Aquí he vivido mucho más tiempo y he curado a la gente correcta. En ese momento me di cuenta de la verdad, de que toda mi vida había sido una mentira. Intenté confrontar a Zalman, pero el mundo ya solo le obedecía a él. Pensé en atacarlo, acabar con su reinado, pero él ya tenía otros planes que desconozco. Mientras yo planeaba, él invocó a un dios peor del que arrasó con este mundo. Extinguió gran parte de la vida y desapareció en el espacio vacío. Con nada por lo que luchar, busqué una manera de escapar. Encontré dos reliquias con las que pude huir: la reliquia del viaje temporal y la del viaje entre realidades. Esas reliquias no existían en este mundo; la reliquia del tiempo… Estoy segura de que con eso te trajeron aquí, perdóname. De no ser por mí, hubieras podido mantenerte en tu época.
- No te preocupes. De no ser así, jamás nos hubiéramos conocido. ¿En tu mundo no quedó nada?
- Nada. De haber quedado algo, hubieran sido vestigios de una sociedad autoritaria, nada que valga la pena rescatar. Había olvidado mi historia. La vez que fuimos inducidos a un sueño eterno pude recordar fragmentos. El telépata me ayudó a desenterrar más memorias.

Víctor permaneció callado.

- Dices que vienes de otro mundo -dijo Víctor con lentitud, ordenando sus ideas mientras se pronunciaba- ¿Los que ayudan a Alistair no son versiones distintas de los amigos que tuviste?
- Sí… -respondió Aradia en tono y mirada tristes- De hecho, eso nos ayuda. Conozco las debilidades de la mayoría. Por eso podremos matarlos con facilidad.

Víctor la miró afligido. Era horrible. La niña que había rescatado se había perdido. Después del silencio miraron a Lara. Podía mover varios objetos a la vez sin dificultad.
Ya estaba lista. Podían preparar el ataque hacia Alistair. Los tres se miraron entre sí. Ninguno se sentía particularmente alegre.

Las reliquias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora