Miss Sinclair [Wenclair]

Cap. 8. Lo que una mujer debe hacer antes de follarse a un hombre

Enid lanzó las sábanas y giró sobre su cama mientras la temperatura dentro de la habitación se enfriaba. Un solo rayo de sol se coló por las cortinas dentro de su habitación, dando directo a sus ojos. Ella se apartó de la incomodidad y miró los brillantes números del reloj. Solo habían pasado horas desde que la dieron de alta del hospital, pero no podía dormir. El sueño, había pasado demasiado tiempo desde la última que vio ese sueño.

¿Por qué perseguirla ahora?

Un secreto que enterró en las profundidades de su pasado, y seguramente estaba arañando su camino de regreso a su presente, tal vez su futuro.

Nadie tenía que saberlo. Nadie necesitaba saber. Y no fue el único que guardó.

Con un suspiro, se levantó de la cama y caminó hacia el baño. Ella encendió la llave y dejó que el agua corriera por el desagüe. Tomó un puñado de ella en sus manos y se la escurrió por la cara, secándola con una toalla poco después. Agarró el cepillo para el pelo que tenía a su alcance y se lo pasó por los mechones. Su cabello había caído pacíficamente un poco debajo de sus hombros, y ella lo miró a través del espejo.

Hasta que un débil golpe resonó dentro de su habitación silenciosa. Ella rápidamente se apresuró a la puerta para ver a Wednesday cargando una bandeja con ella. La mente de Enid se quedó en blanco cuando Wednesday dio un paso hacia adentro y colocó la bandeja sobre su cama, abriendo la tapa para revelar que había preparado una comida.

"Le pedí a Thing que te preparara una comida, y pensé en traerlo aquí para ti".

Enid retrocedió unos pasos. Todavía se sentía incómoda con Wednesday. Ambas no podían negar la incomodidad que flotaba en el aire. El encuentro en el hospital hace unas horas no sirvió para evaporar ningún sentimiento desagradable. Solo agregó más.

"Para que lo sepas, esto no cambia nada. Todavía eres una puta para mí, y todavía te odio, ¿entiendes eso, zorra?"

Aunque no recibió ninguna confirmación verbal, los ojos azules de Enid le dijeron a Wednesday que entendía.

"Bien. ¿Cómo está tu cabeza?" Enid no estaba segura, pero la pregunta era forzada y nula de sentimientos.

"Estoy bien. Tengo algunas horas de descanso".

Wednesday solo escuchaba a medias y se sopló las uñas, examinando el nuevo esmalte que tenía sobre ellas.

"Hmm, okay". Entonces Wednesday la dejó sola en el dormitorio.

Thing entró poco después, poniendo la palma de su mano en la frente de ella, buscando signos de alguna enfermedad que cubriera el cuerpo de Enid.

"Estoy bien, Thing". Ella dijo suavemente. Tengo que estarlo.

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Días después de haber sido confinada dentro de la suite por Thing para lograr su muy necesitado descanso, Enid caminaba por las calles de Central Park. Ella caminó por el arco del puente, y bajó al sendero del jardín. Los parches de verde en la acera estaban llenos de flores, cada una floreciendo en el vuelo del verano. Desde donde se encontraba, podía ver el embalse, el agua reflejando la luz del sol que estaba arriba.

De repente, sintió algo cálido y húmedo en el pie izquierdo.Enid miró hacia abajo y vio al pequeño Pomeranian marrón en la tarea de lamer su pie. Ella soltó una risita, pero le resultó difícil inclinarse debido a su estómago, por lo que solo podía mirar cálidamente al animal.

"¡Gigi! ¡Aquí tienes!" Una gruesa voz masculina dijo cerca de ella, sacándola de su admiración del perro. Vio a un hombre con una altura imponente y rasgos fuertes correr hacia ella. Llevaba una camiseta sin mangas y pantalones para correr, claramente en medio de un ejercicio matutino. Él acarició al perro abajo antes de mirar a Enid.