Capítulo 86: Vida Familiar

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El viaje a las Maldivas había sido un sueño hecho realidad para Elena, Alexia e Isabella. Las hermosas playas, el clima cálido y la oportunidad de pasar tiempo juntas como familia hicieron que las vacaciones fueran inolvidables. Sin embargo, Elena no podía ignorar el creciente malestar que sentía. A medida que los días pasaban, su fatiga y náuseas se volvían más frecuentes, pero trató de mantener una actitud positiva para no arruinar el viaje.

Una mañana, mientras desayunaban en la terraza de su villa, Alexia anunció una actividad especial que había planeado para ella e Isabella.

"Hoy vamos a hacer una actividad madre e hija," dijo Alexia, sonriendo. "Vamos a hacer un taller de arte en la playa. ¿Te gustaría eso, Isabella?"

"¡Sí, mamá!" exclamó Isabella, emocionada. "Quiero pintar con conchas y arena."

Elena sonrió, feliz de ver a su hija tan entusiasmada. "Eso suena maravilloso. Disfruten mucho, chicas."

"¿Estás segura de que estarás bien aquí sola?" preguntó Alexia, con un tono preocupado. "Podemos quedarnos si te sientes mal."

"Estaré bien," respondió Elena, intentando sonar convincente. "Necesito un poco de descanso. Además, ustedes dos merecen ese tiempo juntas."

Mientras Alexia e Isabella se dirigían a la playa, Elena decidió aprovechar el tiempo a solas para abordar sus sospechas. No podía ignorar más sus síntomas y necesitaba saber la verdad. Después de asegurarse de que Alexia y Isabella estuvieran ocupadas, Elena se dirigió a una tienda cercana para comprar una prueba de embarazo casera.

El camino hacia la tienda fue breve, pero para Elena se sintió como una eternidad. Su mente estaba llena de preguntas y emociones. ¿Podría estar realmente embarazada? ¿El proceso había funcionado? ¿Cómo reaccionaría Alexia?

Al llegar a la tienda, Elena encontró rápidamente la sección de pruebas de embarazo y seleccionó una. Pagó rápidamente y regresó a la villa, sintiendo un nudo en el estómago.

De vuelta en la villa, Elena se dirigió al baño con la prueba en la mano. Cerró la puerta, respiró hondo y comenzó el proceso. Las instrucciones eran claras, pero sus manos temblaban ligeramente mientras las seguía. Después de completar los pasos necesarios, colocó la prueba sobre el lavabo y esperó.

Los minutos se sintieron eternos mientras Elena se sentaba en el borde de la bañera, mirando fijamente el pequeño dispositivo. Cada segundo parecía estirarse, y su mente se llenaba de una mezcla de esperanza y temor. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la prueba mostró dos líneas. Positivo.

Elena sintió una oleada de emociones: alegría, incredulidad, alivio. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras se daba cuenta de que estaba embarazada. El proceso había funcionado.

"Voy a ser mamá otra vez," susurró, una sonrisa radiante iluminando su rostro.

Aunque estaba emocionada por la noticia, Elena decidió mantenerla en secreto por el momento. Quería encontrar el momento perfecto para compartirlo con Alexia y hacer de la revelación algo especial. Guardó cuidadosamente la prueba positiva y se lavó la cara, intentando calmarse antes de que Alexia e Isabella regresaran.

Cuando Alexia e Isabella volvieron a la villa, estaban llenas de alegría y energía por su actividad en la playa. Elena las recibió con una sonrisa, aunque su mente seguía procesando la increíble noticia.

"Mamá, pintamos con conchas y arena," dijo Isabella, mostrando su obra de arte con orgullo. "¡Fue muy divertido!"

"Se ve hermoso, cariño," respondió Elena, abrazando a su hija. "Me alegra mucho que se hayan divertido."

El resto de las vacaciones transcurrieron sin incidentes. Elena continuó disfrutando de cada momento con su familia, aunque ahora con un secreto que la llenaba de emoción y anticipación. Cada día se sentía más conectada con el pequeño ser que crecía dentro de ella.

Finalmente, llegó el momento de regresar a Barcelona. Elena y Alexia empacaron sus maletas con nostalgia, sabiendo que siempre recordarían estas vacaciones como uno de los momentos más especiales de sus vidas.

"Estas han sido unas vacaciones increíbles," dijo Alexia mientras cerraban la puerta de su villa por última vez. "No puedo esperar a volver"

"Sí, ha sido perfecto," coincidió Elena, sonriendo. "Estoy tan agradecida por estos días juntos."

De vuelta en Barcelona, la vida de la familia volvió a su rutina habitual. Elena se sumergió nuevamente en su trabajo en el hospital y en el centro comunitario, aunque ahora con un propósito adicional. Sabía que necesitaba confirmar oficialmente su embarazo con una prueba de sangre.

Unos días después de regresar, Elena decidió aprovechar un descanso en el hospital para realizar la prueba de sangre. Habló con una colega de confianza y le explicó su situación.

"Necesito confirmar mi embarazo," dijo, un poco nerviosa. "Podrías ayudarme con una prueba de sangre?"

"Por supuesto, Elena," respondió su colega con una sonrisa. "Vamos a hacerlo de inmediato."

El proceso fue rápido y profesional. Mientras esperaban los resultados, Elena sintió que su corazón latía con fuerza. Aunque ya había visto el resultado positivo en la prueba casera, necesitaba la confirmación oficial para sentirse completamente segura.

Finalmente, su colega regresó con una sonrisa. "Felicidades, Elena. La prueba es positiva. Estás embarazada."

Elena sintió una oleada de alivio y alegría. "Gracias," dijo, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad. "Esto significa mucho para mí."

A pesar de la confirmación, Elena decidió seguir manteniendo su embarazo en secreto por un poco más de tiempo. Quería planear una sorpresa especial para Alexia y no quería apresurarse. Mientras tanto, se enfocó en mantenerse saludable y en preparar todo lo necesario para el nuevo bebé.

Cada día, se sentía más conectada con el pequeño ser que crecía dentro de ella. A menudo, se encontraba acariciando su vientre y sonriendo, imaginando el futuro que les esperaba como familia.

En las noches, cuando Isabella ya estaba dormida, Elena y Alexia a menudo se sentaban juntas en el sofá, reflexionando sobre sus vidas y los planes futuros. Aunque Alexia no tenía idea del secreto que Elena guardaba, sentía una conexión especial y una anticipación por el futuro.

"Hemos recorrido un largo camino," dijo Alexia una noche, tomando la mano de Elena. "Y mira todo lo que hemos logrado. Nuestra familia, nuestro hogar, nuestro trabajo en el centro comunitario. No podría estar más agradecida."

"Yo también," respondió Elena, sonriendo. "No podría imaginar una vida mejor. Y sé que el futuro nos depara aún más alegría y amor."

Con la confirmación de su embarazo, Elena se sintió más feliz y llena de esperanza que nunca. Aunque aún guardaba su secreto, sabía que el momento de compartir la noticia con Alexia llegaría pronto y sería un momento inolvidable.

A medida que la vida continuaba, Elena, Alexia e Isabella seguían creando recuerdos y fortaleciendo su vínculo como familia. Y con cada día que pasaba, Elena sentía más gratitud y amor por la vida que estaban construyendo juntas, anticipando con alegría el nuevo capítulo que estaba por comenzar.

Ecos de Amor  - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora