1.- Escape

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Estaba corriendo hacia un abismo, sentía como me estaban siguiendo, el sudor bajaba por mi frente y empapaba mi blusa, pero yo sabia que no podía dejar de correr o me atraparían. Me atraparían! Tan solo la idea hacia que mis bellos se erizaran y que mi corazón latiera mucho más aprisa.

El sendero que seguía estaba a punto de terminar y lo único que había era un abismo que parecía infinito, vi hacia a tras y ahí estaban eran ellos, ME HABÍAN ENCONTRADO era el fin de mi vida y de todo lo que conocía, podía saltar al abismo y perderme o dejar que me capturaran pero...

En ese momento desperté estaba sudando y mis manos temblaban de una manera incontrolable, mientras mis ojos se adaptaban a la obscuridad sentí que estaba en una cama, en el único lugar que conocía como casa, estaba en el único lugar al que pertenecía o al que pertenecen todas las personas como yo. Encendí la luz por lo que parecía y la hora en la que me habían encerrado probablemente eran las 4 de la mañana, me sorprendió que una celda como la mía tuviera una lámpara de aceite. Creían que no podía hacer daño con eso, estaban muy equivocados.

Estaba observando mi celda, era de piedra como todas claro esta pero justo al lado de la puerta había un pequeño orificio por el cual mi dedo índice cabía perfectamente, y entonces me di cuenta era la cerradura, que fácil sería escapar.

Pero si había un guardia del otro lado tenía que pensar en un plan de ataque, no conocía la mazmorra, mi celda tenía una cama vieja y sucia, la puerta era grande pesada y estaba oxidada, y todo lo demás era piedra, no tenía ningún arma con la cual librarme del guardia pero tenía unos sujetadores que mantenían mi cabello en un trenzado algo extraño.

Pensé por un momento en desarmar la lámpara de aceite pero estaba muy obscuro, necesitaría esa luz.

Me retire los sujetadores del cabello, eran largos y afilados el material parecía ser una especie de resina muy resistente, podría utilizarlos como arma, así que ya estaba listo escaparía de la mazmorra y huiría tal vez a otro reino lejos de Autumn lejos de todo lo que conocía.

El plan era simple abriría la puerta oxidada con mi dedo, llevaría la lámpara con migo, y llevaría los sujetadores a forma de daga la cual no me daría miedo usar en caso de ser necesario. 

Era tan fácil estaría tan cerca de dejar todo atrás, comencé a intentar abrir la puerta, cedió fácilmente con un ligero chasquido, comencé a abrir la puerta poco a poco y salí.

Me mantuve pegada a la pared vi una luz muy cerca y supuse que era la del guardia, no sería difícil derribarlo, me acerque lentamente ,me detuve cuando estaba prácticamente a sus espaldas.

Puse mi mano sobre una piedra para sostenerme ,estaba a punto de derribarlo cuando la piedra cedió y golpeò el suelo frío y húmedo con un golpe fuerte y seco.

El soldado giro rápidamente y estuvo apunto de atraparme pero me libere rápidamente de sus brazos y con una de las dagas improvisadas lo herí en el brazo. Los soldados de Autumn son entrenados para matar así que aunque estuviera herido seguiría luchando.

Desenfundó su espada, no esperaba que fuera ambidiestro, ya estaba prácticamente condenada. Atacò por la izquierda y yo evadí el golpe ágilmente, lo derribé Estaba sobre él cuando saco un cuchillo y me hizo un corte en la mano.No era profundo pero el sangrando era considerable. Se distrajo viendo mi sangre así que le clave la daga en el otro brazo y corrí, corrí hacia la puerta del castillo estaba cerca de salir, de ser libre.

Escuché un grito a lo lejos, pero no me iba a detener. No ahora que estaba tan cerca de salir.De la nada unos brazos fuertes me sujetaron con tanta fuerza que me era prácticamente imposible respirar con normalidad y de pronto todo se volvió negro.

Desperté en la sala del sanador del castillo, me dolía mucho la cabeza y mi estòmago rugía de una mañera descomunal. Era extraño no estaba atada a la cama ni nada de eso, estaba sola.

El cuarto era pequeño , solo había una cama,, una silla y una pequeña mesita con ungüentos. Entonces recordé la herida de mi mano, por eso debía de estar ahí, lévate mi mano izquierda y vi la herida... Era un corte largo necesito 6 puntos, probablemente mientras es sanador estaba limpiando y suturando mi herida yo estaba inconsciente. Pero por que, y como?

De pronto la puerta se abrió, hizo un ligero crujido. Alguien hablo...

-Parece que nunca vas a dejar de intentar escapar.

Era el... El rey de Autumn, la persona con más poder en el Reino, la persona que con solo ordenar la muerte de alguien tendría su cabeza en bandeja de plata. Una persona despreciable y manipuladora.

No quise mirarlo, sabia lo que me diría, probablemente nunca podría ver más allá de los muros de piedra. Para mi ese era el peor sufrimiento

El rey me veía, creo que pensaba en como había podido salir de la mazmorra, pero sus palabras interrumpieron mis pensamientos.

-Alena Steklov, has quebrantado tantas leyes de este reino, no te comportas como la doncella que eres.

-Y como quiere que me comporte su majestad!

-Como la doncella que eres!- exclamó- ninguna mujer debería de saber las técnicas de combate de la guardia Real, y en cambio tu las conoces.

Seguía sin verlo, no quería dirigir mi vista hacia el, su imponente figura al lado de la cama creaba una sombra espeluznante.

El rey se dio la vuelta y se dirigió a la puerta. Antes de salir del sanatorio volvió a dirigir su mirada en mi dirección y suspiro.

Yo estaba enojada, aun no podía creer que había estado tan cerca de escapar, recodaba la escena una y otra vez, el guardia o quien hubiera sido la persona que me detuvo fue quien me lo impidió, quien arruino todos mis sueños y esperanzas de poder estar en las calles del reino que tanto amo.

Autumn según decían las personas del castillo era el reino mas grande, rico y hermoso de la región Estrigoi, Autumn pertenecía a esa región junto con los reinos Flameberg y Silpharion, ambos reinos muy inferiores a Autumn en comercio, ejército y "Viurka" una gema que es extraída de las minas de las montañas y es considerada la gema más valiosa de toda la región.

Pero si en Autumn no podía ser libre, tal vez mi libertad estaría en otro reino. Mi estomago seguía haciendo mucho ruido, no recordaba la ultima vez que había comido. Tal vez había sido hace días, no lo sabia con exactitud.

Intente levantarme de la cama pero me era imposible hacerlo, estaba débil y muy cansada. Estaba a punto de dormirme cuando se volvió a escuchar el ruido de la puerta. Alguien entro en la habitación y murmuro.

-Alena he venido a traer tu cena.

Yo no quería hablar con nadie, así que para no ser descortés solo asentí y la persona que entro se marcho.

La habitación se lleno de un olor delicioso a estofado de ternera.
Como pude me levante de la cama y justo a mi lado estaba ese estofado delicioso y tibio, también había una pieza de pan y un poco de agua.

No lo pensé dos veces y devore la comida como una salvaje, la doncella que debía ser se fue al carajo, el hambre que tenía me hacía ser como cualquier otro soldado comiendo. Tomaba el pan con mis dedos y lo remojaba en el estofado y lo metía directo a mi boca, prácticamente estaba comiendo los bocados de pan y estofado sin masticar.

Cuando termine estaba sedienta, bebí el agua directamente del cántaro, al diablo los modales de doncella donde yo solo debería de beber agua de una copa y donde tendría que comer usando los cubiertos. Odiaba todo lo relacionado con los modales y la etiqueta. No toleraba que me dijeran que hacer y como tenía que comportarme. A mi madre no le gustaba mi actitud, no quería que saliera del castillo.

Me levante para caminar un poco, mis piernas estaban entumidas, sentía mi cuerpo muy pesado y la herida de mi mano izquierda me dolía cuando la movía. No sabia si podía salir del cuarto del sanador, si salía tal vez me volverían a encerrar en la mazmorra. Pero no podía quedarme ahí, así que me acerque a la puerta y la abrí, como me lo imaginaba hizo un crujido, y cuando estaba saliendo choque con alguien.

Autumn: EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora