-¿Cómo se que no mientes?-aquí había algo sospechoso (aparte de mi secuestro sin ningún motivo) era raro, sentía que escondían algo y no solo era eso, sentía que ese algo me involucraba mucho-
-Porque en este momento lo único que puedes hacer es confiar en nosotros-era cierto a pesar de que no quisiera admitirlo, era verdad-
-¿Y qué me asegura que no me harán daño?-
-El hecho de que hasta este momento no te hemos matado-Kiros intervino señalando lo obvio, no era una respuesta muy sutil, pero por lo menos tenía lógica y me iba a conformar con eso... por ahora.
Solté un suspiro pensando en que este tipo de decisiones no las toma una persona normal, pero como dije antes yo no lo soy.
-Está bien... supongo-
-Bueno, ya está cayendo la noche así que mejor volvemos a casa-
Empezamos a caminar al mismo tiempo, mientras que yo disfrutaba del hermoso bosque, hasta que llegó un punto en el que ya no soportaba mi pies, yo estaba descalza ellos tenían zapatos.
-Esperen, me duelen los pies-
Dije mientras me sentaba contra un árbol y me sobaba la planta de los pies, Kiros no tardo en acercarse a mí y agacharse al frente de mí.
-¿Qué?-
-Súbete-
-No es necesario, solo necesito unos minutos-
-Pues no soy un hombre muy paciente y aun estamos algo lejos, así que no tenemos unos minutos- yo solté un suspiro ¿el tenia una respuesta para todo? Eso es irritante-
-Está bien, don gruñón- me subí a regañadientes a su espalda, mientras que el de ojos azules retenía una risa, la cual supongo que causo el apodo, aunque Kiros no me dijo nada, solo me dio una mirada acecina la cual iba de la mano de un gruñido-
Seguimos andando por el bosque mientras que la noche caía sobre nosotros, cerré los ojos con cansancio ordenando mis ideas que sobraba decir que era un desorden.
No paso mucho cuando por fin llegamos a la glamurosa mansión en la que estábamos antes, era inmensa y estaba bañada en ese toque reconfortante que pertenecía al ambiente del bosque, con madera e inmensos ventanales con luces cálidas y un hermoso jardín que desde mi perspectiva era infinito, bastaba decir que era de mi total agrado aun que no fuera mía.
Entramos a la casa observando el panorama, Kiros me dejo en el piso dejando que me pusiera de pie, este par es muy atento conmigo y eso es algo muy singular, o al menos así lo veo yo.
Ellos iniciaron una conversación en la cual no me interesaba participar, enmendaron su andar a una habitación que reconocí como una sala de estar y la de invitados la habíamos dejado atrás, yo solo me dedique a detallar mejor el lugar mientras que ellos conversaban de cosas cotidiana otras eran de trabajo, o eso creía yo.
Me encontraba observando una hermosa pintura de un lobo blanco, era idéntico a alpha, de hecho creo que podría ser el, por supuesto tenía mis dudas, pero nadie me quitaba la posibilidad sabiendo que en otra parte de este lugar hay un cuadro con uno de los lobos que solo he admirado en sueños, al menos hasta que vi uno de ellos en el bosque, para que luego me trajeran repentinamente ha aquí; pero en fin.
Escuche como me nombraban en medio de su conversación causando que yo volteara a mirarlos con curiosidad, me hacer que a ellos de forma un tanto descarada sentándome al frente de ellos, ambos me miraron cautivándose con mi presencia, a pesar de que yo solo apoye mi rostro en mis manos convirtiéndome en una total espectadora, ellos siguieron su conversación mientras que yo esperaba el momento en el que retomaran el tema que involucraba mi persona y no paso mucho cuando por fin volvieron a nombrarme, era un poco complicado considerando que no sabía mucho de la dinámica de aquí, pero por lo que comprendí es un debate de en donde dormiré.
-¿Y si duerme conmigo?- sugirió Kiros, haciendo que yo frunciera el ceño, yo no quería dormir con el soy muy maniática en cuanto a mi descanso y sé que le molestaría sin contar que es un extraño y lo más probable es que no duerma ni un poco-
recuerden votar por mi historia gracias
Ojala nosotras pudieramos dormir con Kiros, que privilegios
