Finn:
El lunes, estaba en mi consultorio. Andrea ya trabajaba aquí, aunque llegaba dos horas después que yo. Casi no pude verla en toda la mañana, pero salimos a almorzar juntos. Estaba bastante preocupado por ella.
Si bien sus pesadillas no eran todas las noches como antes, sino que ocurrían una o dos veces por semana, se volvían más intensas. La del sábado por la noche fue la peor.
Mientras la abrazaba, forcejeaba conmigo, me golpeaba con sus piernas y no despertaba. Incluso cuando intenté despertarla, me dio un golpe fuerte en el rostro. Cuando finalmente despertó, estaba aterrada, pero no recordaba el porqué. Al día siguiente conversamos, y ella no recordaba nada.
Esta mañana, a primera hora, llamé a su terapeuta y le expliqué la situación. Ella me dijo que estaba trabajando en eso con Andrea y fue muy clara al explicar que sospechaba que Andrea sufría de amnesia disociativa, originada por un acontecimiento traumático o estresante que le impedía recordar información personal importante. Esto podía resultar en lagunas en su memoria, que podían abarcar desde minutos hasta décadas de su vida.
Escuchaba atentamente, ya que la psicología no era mi área de especialidad.
-¿Pero puede que lo recuerde en sueños? Porque sus pesadillas han aumentado en intensidad -pregunté preocupado.
-Seguramente esas escenas se están presentando en sus sueños. También podría ser eso y no una amnesia disociativa, Finn. Nuestra mente guarda el recuerdo y, ante "situaciones similares" del presente, nos defiende mediante un bloqueo para evitar que volvamos a sufrir. Quizás haya algún evento o preocupación de la que no se den cuenta, que está despertando ese mecanismo de defensa en ella. Solo que cuando lo hablo con ella, me dice que no hay nada que la esté poniendo así -me explicó, y cerré mis ojos pensando.
-Sí lo hay, solo que ella no lo está relacionando, lo desestima -le dije.
-Seguro, Andrea es de las que sufren en silencio. Cree que guardar es proteger a los que ama. Le propondré tener dos sesiones por semana por ahora y estaré en contacto contigo. Creo que necesito tu ayuda para que me muestres lo que ella minimiza o no toma en cuenta.
-Cuenta con eso, haré lo que sea necesario. ¿En qué más puedo ayudarla? -pregunté de inmediato.
-Ella se siente en paz y segura contigo. De hecho, las semanas que estás en casa es cuando mejor está y casi no tiene pesadillas. Así que la ayudas sin proponértelo. Estás ahí, y eso ha hecho que avance mucho este tiempo. Solo falta descubrir qué la bloquea-. Suspiré al escuchar eso, sintiendo el peso de una misión que parecía prácticamente imposible.
-Me encargaré de estar más tiempo aquí. Hoy haré unas averiguaciones y, apenas tenga algo más certero, te llamo -le dije antes de despedirme. Ella me respondió que esperaría atenta a mi información.
Colgué la llamada y me quedé sentado en mi sillón con los ojos cerrados, pensando. Debía hacer algo más por Andrea... Necesitaba descubrir qué más sucedía y también necesitaba estar más en casa. Para conseguir ambas cosas, tendría que enfrentarme a dos personas diferentes.
-Decisiones... decisiones -murmuré, alzando el tubo del teléfono de mi escritorio.
Le pregunté a mi secretaria si me quedaban pacientes y me dijo que el último vendría en una hora, pero que podía llamarme para urgencias. Le pedí que llamara a alguien a alguien a mi consultorio y que nadie me interrumpiera, a menos que fuera una emergencia extrema, en otro caso, debería derivarla a otro colega.
-Permiso... ¿Querías verme? -Gina golpeó suavemente la puerta y se asomó con cautela a mi consultorio.
Era Lunes por la tarde y, de los Bertolucci, Gina era la única que podía darme algo de información. Era muy unida a Andrea, no tanto como Marco, pero lo suficiente. Además, Marco no iba a darme lo que necesitaba.
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Sencilla dignidad- La liberación de los secretos - Libro II
RomantikEn ocasiones, las ataduras que nos aprisionan nos sumergen en una oscuridad intrincada, donde solo los secretos más profundos de nuestros corazones encuentran refugio. Es entonces cuando el orgullo y la vanidad irrumpen, desatando la destrucción a s...