mas lo pensaba mas se retorcían dentro de mis entrañas lastimándome y haciéndome odiarme a mí mismo.
Habían pasado tantos días desde que ella ha permanecido en esta casa y no fui capaz de pensar en hablarle de algo tan sencillo como en donde estamos o si quería algo, es una mujer, no la misma adolescente de la cual sabia todo y yo había sido lo suficientemente estúpido para aferrarme a esa idea.
Camine hacia mi despacho eufórico, mi mente era un caos y eso no ocurría en mi, todos estos años soñé con que todo iba a ser sencillo y que apenas nos conociéramos todo encajaría y seriamos felices y puede que echarle la culpa a Sirius por ponernos en esta situación, pero no era su culpa... era mía.
La vista se me nublo una vez que cerré la puerta de mi oficina, la ira y la culpa me segaron por completo y perdí el control de mi mismo, todo lo que veía en esta habitación lo destrozaba agresivamente mientras los pensamientos pasaban por mis neuronas y la cabeza me dolía.
No sé cuánto tiempo paso, tal vez unas horas o eso calculo yo, ya nada quedaba entre las cuatro paredes que solía ser una oficina impecable, solo vidrios, astillas y muebles a medio romper y estabas más que dispuesto a terminarlos de destrozar, cuando de repente escuche un grito de mi hermana entre todas las abrumadoras sensaciones.
Al voltearme pude ver como mi hermana le gritaba algo a mi luna antes de irse histérica, Umed recorrió la habitación con la mirada, deteniéndose en una esquina, dio unos cuantos pasos hacia esa dirección ates de hacer un gesto de dolor, exclamando un "auch", se había incrustado un trozo de vidrio en el pie y estaba sangrando, era la primera vez que olía su sangre, ella siempre estaba sana y sin heridas, ese particular aroma me abrumo de una forma que no puedo explicar, me acerque a ella a paso rápido mientras que tenía su mirada temerosa sobre mi persona, tenía intenciones de huir pero no lo iba a lograr, la tome entre mis brazos con la intención de que no se lesionara con ningún otro objeto, ella se tenso entre mi agarre, hasta un imbécil es capaz de ver que no le gustaba que yo estuviera tan cerca de ella.
Ella volvió su mirada a esa esquina y a pesar de todo lo ocurrido yo aun quería complacerla, así que camine hacia donde estaba su mirada, soltándola suavemente sobre el suelo cuidando que no se lastime a un mas, la sostuve de la cintura mientras que ella se agachaba distraídamente para tomar algo del suelo, por Belcebú, no merezco tenerla en esta posición, cualquiera puede entrar y mal entender la situación, pero es que realmente estaba dándome un muy buen ángulo de sí misma, uno que no duro mucho para mí lastima, tenía un porta retrato en la mano cuando se enderezo aun pegada a mi cuerpo, yo ya no sabía si estaba en el cielo o en el infierno, no importaba eso, solo no me quería ir, ella saco la foto del porta retrato sin dejar que pudiera verla... aun.
La volví a tomar en mis brazos pasando por todo el desastre que había hecho.
-Bájame-dijo una vez fuera de todo el desastre que había dentro, estando en el limpio pasillo.
-Estas herida, no lo voy a hacer.
-Puedo caminar yo sola, no necesito que me cargues imbécil.
-Tal vez no lo necesitas, pero lo hare de todas formas.
Una pequeña gota de sangre callo de la punta de sus dedos, yo lo veía en cámara lenta, sintiéndome culpable hasta por eso. Seguí caminando hasta su habitación con Umed insultándome y para ser sincero me perdí en la parte de: Me cago en tus muertos. No le preste mucha atención hasta llegar a su habitación mientras que ella se cargaba una cara toda malhumorada, la deje en su cama con mucha calma, entrando a su baño, buscando el kit de sanación, una vez estuvo entre mis manos volví a ella, tomando su tobillo deliberadamente.
-¿Qué haces?-dijo mientras tiraba de su pie intentando liberarse de mis manos.
-Curándote ¿Qué no vez?
-Yo puedo hacerlo, déjame en paz.
-Lo voy a hacer yo, así que quédate quieta, o te amarro a la cama.
-Aparte de idiota, me amenazas.
-No quise hacerlo...
Vi como su expresión lucio sorprendida por unos tres segundos para después transformarse en una seria, ¿en serio creía que yo era un monstro? si era así.
Tal vez si lo soy...
...
Los siguientes días había estado sutilmente atento a las heridas de Umed, he estado muy ansioso, ya no hablaba tanto con mis empleados y me la paso evitando a mi hermana, ha Sirius y casi todos, a tal punto de rodear toda la maldita casa con tal de no tener que pasar por un pasillo saturado de gente, o con una sola persona... simplemente no quería lidiar con las preguntas de nadie ¿Cómo podría decirles? Que le falle a mi luna y que me odia sobre todas las cosas, que he sido un idiota y que a pesar de mi inteligencia soy un maldito antipático que no puede descifrar las actitudes de su propio mate.
Que prefirió parecer apuesto sin considerar los términos de las circunstancias, era indignante, tanto como para mí y los demás, si así trate a mi mate ¿Qué pueden esperar los demás? Pues yo no tengo la respuesta a esa pregunta, aun no puedo creer el imbécil que fui creyendo que ella llegaría aquí y me amaría tanto como yo a ella solo porque si.
Empecé a deambular por la casa, deprimiéndome enel laberinto que formaban mis pensamientos, intentando evitar cualquier lugarespecifico en el que sabía que pasaba el personal de la casa y así
la moral anda torturando a el pobre Kiros, recuerden votar pa que les cresca la cola MUACK!
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Vigilo tu espalda y tu vigilas mi alma
Hombres LoboEso me devolvió al pozo de curiosidad que me devolvía la pregunta de ¿Qué o quién era? Y ¿Por qué el interés en mi?