26:¿Qué me vez?

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gritarle cosas sin pensar en las consecuencias que eso podría causar con mí estadía aquí, después de todo todavía soy una víctima de un secuestro.

-¡ERES UN IMBECIL DE MIERDA! ¡YA ESTOY HARTA DE QUE TRATES MAL A SIRIUS! ¡SOLO PORQUE EL ES AMISTOSO CONMIGO O POR QUE RESIVE MAS DE MI ATENCION QUE TU! ¡Y ES TU CULPA PORQUE ERES UN IDIOTA ANTIPATICO CASCA RABIA CON COMPLEJO DE SUPERIORIDAD HACIA TODOS! ¡DEJALO EN PAZ SI NO QUIERES QUE TE RECHASE COMO EL MALDITO ANIMAL QUE ERES! ¡Y NO LO DIGO POR TU LOBO! ¡PORQUE AL MENOS EL SI SE SABE COMPORTAR, ALGO QUE TU OBVIO DESCONOCES!-la presencia de Kiros se encogió en su cilla como si yo fuera el peor de sus miedos.

-Lo siento...

-¿Qué?- yo me acerque a él, quedando de pie en frente de su asiento, sus piernas estaban separadas y las mías pegaban al cuero de su asiento, me estaba pidiendo disculpas, eso no era malo pero esperaba una reacción más agresiva de su parte, que me gritara o algo por el estilo, no una simple disculpa como si fuera un pequeño cachorro al que le acaban de echar un regaño por masticar algún zapato.

-Lo siento, - se inclino hacia mi cuerpo provocando que su cabeza quedara recostada en mi pecho, aun mantenía la cabeza gacha, expresando su arrepentimiento-pero es que ya no se que mas hacer, siempre estas con él, en las mañanas a el primero que buscas es a él, siempre hablas con él, comes y compartes cosas con él, lo único que quiero es poder tener más de tu atención y no solo ser la segunda opción.

Ya entendía su rencor hacia Sirius, ¿quién lo diría?, el poderoso e imponente Kiros en realidad es un niño caprichoso y consentido, bueno... puedo lidiar con eso.

La mañana había llegado y planificaba salir a caminar o algo por estilo, si volví a quedarme en la mansión enloquecería, por lo menos el tema de ayer ya se resolvió, igualar la atención que le doy a Sirius con la que le doy a Kiros era lo que planeaba hacer, puede que no se haya ganado ese privilegio, pero sinceramente ya había estado reprimiendo las ganas de abrazarlo y pasar más tiempo con él, solo que no me lo permitía por su mal humor.

-¡Buenos días señoritos!

Keris no estaba en la mesa, por lo que me dijeron andaba paseando por la ciudad gastándose el dinero de la tarjeta de su hermano, Kiros y Sirius me devolvieron el saludo como siempre; tome una tostada de la mesa para después salir de ahí; no había colocado un pie fuera de la mansión cuando ya tenía a Kiros detrás de mi indagando hacia donde iba.

-Pues a pasear por ahí, estoy aburrida de siempre estar en la casa.

-Pero tú no conoces el bosque.

-Claro que si, Sirius me lo ha enseñado.

Luego de eso empecé a caminar, el no me detuvo y yo tampoco quería que lo hiciera, el bosque estaba fresco y a pesar de que ayer había neblina ahora hay un sol cálido que se refleja en las hojas de los arboles, hay muchos animales que merodean por el bosque, más que todo conejos, supongo que es porque ningún depredador se acerca mucho por temor a los lobos de la zona.

Lo raro era que desde hace un rato habían dejado de aparecer, ¿algo los habrá espantado? Eso es imposible, hasta donde tengo entendido los únicos depredadores del lugar son la manada de hombres lobos y si no hay ninguno aquí ¿por qué se esconden?... A menos de que si allá uno aquí.

Genial, no se me hace raro que Kiros allá mandado alguien a vigilarme, de seguro piensa que voy a escapar, pero bueno, ahora solo es cuestión de encontrarlo, no ha de estar muy lejos, cerré los ojos centrándome en lo que ocurría a mi alrededor, podía escuchar el viento, a las ardillas encima de los arboles, las hojas agitándose, una rama, una rama que de seguro fue aplastada por una pata gigante y una pisada, una que se acercaba a mí, no estaba muy lejos, solo tenía que causar su acercamiento; de repente una idea atravesó mi mente, ¡Corre!, si yo corría era más que obvio que el lobo quedra atraparme. Y eso hice, corrí con toda la velocidad que mi cuerpo me podría proporcionar, el viento me movía el cabello y no podía enfocar nada como tal, los ruidos de su respiración y de sus pisadas se hicieron presentes para mí y eso me daba adrenalina, en un punto de la corrida pude ver su silueta al lado mío, voltee un par de veces intentando enfocar, cuando ya lo daba por pedido un lobo inmenso de color negro apareció en mi rumbo aleatorio, me frene de golpe provocando que mis pies resbalaran en la tierra, causando que mi cuerpo quedara recostado sobre la tierra húmeda, al menos no sufrí ningún daño; mi atención volvió hacia el animal que me miraba fijamente, en este punto sentía como si analizara mi alma y esqueleto.

-¿Qué me vez?

no hay nada que un paseo en el bosque no arregle, voten pa que les cresca la cola 5cm

Vigilo tu espalda y tu vigilas mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora