Tardé varios minutos en recobrar la compostura y volver a conectar con la realidad. Tomé mi bastón y, al ponerme de pie, una oleada de náuseas me azotó, obligándome a sujetarme del costado de una columna.
En ese momento, me invadió un profundo asco hacia mí mismo y un deseo abrumador de desaparecer, de sumergirme en la oscuridad y olvidar todo.
Di unos pasos titubeantes, luchando por no caer y finalmente llegué a la puerta. Respiré hondo y enrosqué mis dedos alrededor del pomo. Abrí de golpe y cuando noté frente a mí a Asher me di cuenta del gran error que había cometido.
—Dominick... —dijo con un hilo de voz. Su mirada estaba triste.
—Vaya, creo que te has perdido. Nos toca en el aula de química —las palabras escaparon de mi boca sin pensarlo, mientras me adentraba en el pasillo con la esperanza de que todo fuera solo una pesadilla.
—Vine porque tardaste y me preocupé.
Sorbí la nariz un poco, pero no lloré. Simplemente comencé a caminar como si nada sucediera.
—No hay nada de qué preocuparse, todo está bien.
—Vi al profesor James saliendo del salón —comentó, y en ese momento tuve que frenar en seco. Sentí una desesperada tristeza y nuevamente la frustración se aglomeró en mi pecho.
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Una primavera llamada Asher
Novela JuvenilEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...