Primer juego, primer escándalo PARTE 2

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Los mellizos ya se ubicaban sentados en sus respectivos asientos, la suite de lujo para disfrutar del juego, el cual estaba separado del resto de los asistentes por un enorme y fuerte vidrio, Evie pegaba en dicha ventana con la esperanza de poder abrirla, mientras que Charles, se encontraba sentado observando todo lo que lo rodeaba, nunca había visto tanta gente en su corta vida, ¿De donde salieron?, ¿Qué es lo que estaban haciendo ahí?, incógnitas de un pequeño de casi dos años, al lado de él se sentó Sabrina, eso le gustó mucho, lo cual lo hizo sentir más tranquilo.

—Evie, no te pegues al vidrio— movió a su hija, le daba un poco de pena el mostrarse en su papel de madre ante el mundo entero, porque claramente todos la iban a estar grabando, juzgando, observando y, sobre todo, a sus hijos, quienes tienen una edad en donde se iban a comportar como lo que son, niños pequeños. —Nena, siéntate un momento, tenemos que esperar, pronto vamos a ver salir a papi—

—¿Papi? — los dos pequeños voltearon a ver a su mamá.

—¡Sí! — les dijo emocionada. —Papi va a salir de ahí— señalaba. —Vamos a ver su entrada, junto con todos los jugadores del equipo, él va a jugar—

Ellos no entendían muy bien ese concepto, pero lo que si sabían es que su padre saldría en esa zona de abajo y tenían muchas ganas de verlo, porque en la mañana no recordaban si lo vieron o no, ya que se quedaron dormidos otra vez.

—Así, que, es momento de usar esto— sacó de una bolsa los aislantes de sonidos fuertes para que los pequeños oídos de sus bebés no se vieran dañados, se lo colocó a Evie y luego a Charles, quien podía verlo totalmente cautivado ante su amiga. —No se lo pueden quitar, ¿Ok?, nada de quitarlo— se aseguró de que no fueran a caerse de sus cabezas, debía proteger su audición, era muy pequeños para el nivel de ruido que maneja un recinto como ese.


Charles estaba atrapado en las manos de Sabrina, miraba las bonitas uñas pintadas de color rojo, adecuadas para el evento, su mano no era muy grande, los anillos que la adornaban llamaban su atención.

—Hey, hey, ¿Qué sucede aquí? —Jason reía al ver a su sobrino.

—Parece que eres la segunda chica con la que Charles se siente cómodo— Taylor rio.

—¿La segunda? — Jason estaba divertido. —Entonces, ¿Hay otra?, hey, Charlie, ¿Rompecorazones?, ok, ok, supongo que todo eso viene de tu padre, no vamos a decir que no— bromeó, haciendo referencia en lo galán que es para las damas. —¿Quién es la primera? —

—Sel— Taylor respondió.

—¡Oh!, Selena Gomez, el muchacho no está nada perdido— dijo Jason riendo.

—Será mejor que no digas ese tipo de cosas, Jason— Donna lo regañó.


Kelce se sentía también nervioso, sabía que sus hijos no iban a entender del todo lo que significa ser un jugador profesional de la liga de futbol, darles la oportunidad de que conocieran lo que hace le daba la plena satisfacción, no lo iba a arruinar, daría su mejor trabajo para que se sintieran orgullosos, además de que todo mundo debía estar viéndolos.

Los titulares no se hicieron esperar, la imagen de la familia en la suite privada rodaba por toda la internet, "La familia Kelce reunida ante en el regreso del ala cerrada Travis Kelce", "Taylor Swift muestra contenta a sus hijos, apoyando a su esposo desde el palco", "Los mellizos cuyos nombres aun no han sido revelados se ven emocionados"

Mahomes palmeó la enorme espalda de su amigo, ya era momento de que se colocaran en posición para salir y dar la entrada esperada.


Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora