••• Golden Boy •••

Capítulo 32

— Ayer cuando te llamé, sabía que estabas con alguien. —Ante sus palabras consiguió que Ivette desvíe la mirada.—

— El compromiso... será cancelado.

— ¿Por qué?

— Mis sentimientos han cambiado. —Dejando el café, decidió ponerse de pie.— Te dejó libre de tu deuda, ya hiciste lo suficiente por mi. —En ese momento salió de la cafetería, subiendo a su carro y preparando el carro fue interceptada por Lucas quién subió al asiento del copiloto.—

— Tus sentimientos han cambiado? ¿Qué mi deuda está saldada? ¿Qué significa todo eso?

— Creo que fui lo suficientemente sincera, ya no me gustas.

— ¿Así de repente? ¿Por qué? ¿Qué pasó para qué-

— Se acabó... Es simple ¿Por qué no puedes solo aceptarlo? —Vio como Lucas sonrió repentinamente.—

— ¿Es una broma pesada? ¿Verdad, cariño? —Lucas revisó alrededor suyo, deseando encontrar indicios de que esto no real.— No puedes decirme que simplemente tus sentimientos cambiaron solo porque sí... No tiene sentido, el corazón no cambia de esa forma.

— Ya dije lo que tenía que decir, por favor sal de mi carro que debo volver a mi trabajo.

— Dime la verdadera razón, no me iré hasta escuchar la verdad.

— La verdad es que ya no me gustas, es la única verdad y no es ninguna broma, no estoy inventando excusas, es solo... ya no me gustas.

— Cariño-

— Por favor, Lucas ¿Podrías salir de mi auto? —Ivette mantuvo el contacto visual, quedándose atrapada nuevamente en aquellos ojos café que en cualquier momento iban a quebrarse.—

— Dime si hice algo mal, dímelo y haré algo al respecto. Lo siento ¿Si? Dime qué pasó, debe haber una razón y si me lo dices podré cambiarlo.

— Estoy cansada de tu familia, estoy harta de ver como eres tan dócil con ellos ¿Querías la razón? Pues eso es, no soporte verte tan débil, te haz convertido en un pelele, una marioneta que no se da cuenta que solo lo utilizan y usan su bondad en su contra. —Al bajar la mirada pudo soltar un suspiro.— No voy a soportar eso, no quiero pasar mi vida junto a alguien tan voluble.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes? Yo-

— Te lo eh estado diciendo desde hace tiempo, eres tú quién no quiere ver la verdad... Te aterra estar solo, tienes miedo a que tu familia se destruya y estás dispuesto a sacrificarte por ellos, no voy a estar ahí para verte sufrir, ya me harte.

— Está bien, prometo cambiar ¿Ok? Acepto que no quería ser la causa de que mi familia se separe, quería mantenernos juntos porque eso hacen las familias pero no me di cuenta de que te sentías de esa forma. —Cogió las manos de Ivette, aferrándose a ellas.— Lo siento, de verdad lo siento.

— Ahora que escuchaste la razón, entonces ¿Podrías salir de auto de una vez? Tengo asuntos que resolver.

— ¿Estas completamente decida a terminar, no es así?

— Cuando tomó una decisión no doy marcha atrás.

— Debe haber algo que pueda hacer ¿De verdad dejaste de amarme? Por favor, cariño...dime qué hago.

— Nunca te eh amado, acepto que me gustas pero amar a alguien es algo mucho más fuerte. Mis sentimientos nunca han llegado más lejos, por eso es fácil para mí sacarte de mi vida y deshacer este compromiso sin pestañear. —Ella era consciente de que palabras lograrían herirle, lo logró porque Lucas bajó del carro y se mantuvo allí, como si esperaría que Ivette hiciera lo mismo; pero ella continúo su camino, dejando al hombre de pie en esa esquina.—

                                    ∞∞∞

César se mantenía apreciando el vientre de Jazmín, tan solo faltaba un mes para que diera a luz y había ocurrido demasiado rápido como para darle tiempo de procesar todo, pero lo único que tenía en mente era que su hijo no viviría lo que él vivió. Como toda persona, deseaba no repetir esos traumas y estaba dispuesto a dar lo mejor de sí mismo para convertirse en el mejor padre para el bebé.

— ¿Debería hablar con Ive? Quizás pueda-

— No cuñada, solo preocúpate por estar bien y cómoda. —Él sonrió al bajar la mirada.— Ya quiero conocer a mi sobrino, ojalá que se parezca a ti.

— Oye.

— ¿Cómo va eso de independizarte? ¿Todavia no te haz acostumbrado?

— No, pero debo hacerlo. —Lucas observó cómo su hermano pasaba un bello momento junto a la madre de su futuro hijo, mientras que él no tenía a Ivette consigo.—

Por otro lado, Ivette se mantenía en el cuarto de arte siendo observada por su mejor amiga Fabiola quién se encargaba de colocar buena música y después de unas horas ellas disfrutarían de un sapuzon en la piscina, brindando porque la vida las volvió a unir.

— Entonces ¿No tienes ningún pretendiente?

— No me interesa, voy a titularme y seguir hacia mis objetivos, lo dejas lo dejaré a un lado.

— ¿Realmente lo dejaste de querer? ¿Así de repente? —Fabiola soltó un suspiro al verla terminar la copa y dejar que su cuerpo sea sostenido por la gravedad.— Es solo que se veían bien juntos, desde que quisiste casarte con él supe que no era cualquier persona... Incluso amenazante a tu propio padre para que te dejará casarte con Lucas y al final eres tú misma quién rompe el compromiso.

— Solo sucedió.

— No Ive, a mi no puedes mentirme.

— Me cansé... —Soltó un suspiro al salirse de la piscina y tomar la bata.— ¿Recuerdas. Eduardo?

— ¿El adicto a los videojuegos?

— Cuando éramos novios, lo quería pero él tenía otros objetivos en mente y me di cuenta a tiempo de que solo iba a desperdiciar mi tiempo con él. —Susurró al tomar asiento en la banca.— Ahora todavía vive con sus padres y llevó a su propia familia a la ruina debido a las apuestas.

— ¿Eso qué tiene que ver con Lucas?

— Sé como iba a terminar, así que decidí acelerar lo inevitable.

— ¿Cómo ibas a saberlo? ¿Eres psíquica? —Preguntó la mejor amiga al acompañarla.—

— Tenía que hacerlo. —Aquellas tres palabras le ocasionaron un dolor en el pecho, siendo consciente que esa primera semana sin verlo la estaba enloqueciendo.— Sé que no me entiendes, tampoco él lo haría así que solo...

—...solo quieres protegerte.

🌸

*Suspira*

Se me antoja un panetón a mitad de año...
Ya quisiera que sea navidad.