01.No me interesa tu nombre.

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—¿Por qué te quieres ir tan rápido? Apenas son las nueve de la mañana.

Julyana miró a la rubia que aún estaba echada en la cama, solo suspiro tranquilamente antes de terminar de colocarse su última prenda ropa.

—Porque ya amaneció y ya me quiero ir.

—Te llevo a desayunar, deja me baño.

—No gracias, muy lindo y todo, la pase bien espero que tu también ¿Y mi zapato?

La morena miró alrededor de la habitación, ya se sentía fastidiada, no sabía si era por el hambre o por la insistencia de la rubia. No podía entender el "No" y la falta de interés en sus palabras. 

—¿No la pasaste bien?—Cuestionó la rubia sentándose en la cama mientras cubría su pecho con las sábanas.

—Coño chica lo haces difícil.

La miró ya irritada.

—O me vas a decir que te enamoraste en una noche.

—Puede ser—respondió la rubia con cierta gracia, aunque este chiste a Julyana no le sentó nada bien. Aun era temprano, no había desayunado y quería irse a su casa a pasar la resaca y pesadez de la noche anterior.

—Si tu no puedes singar—Suspiro para corregir su malhumor—Si no puedes vivir con el hecho de que hay personas que cogen, la pasan bien, pero que al día siguiente se quieren ir como si nada, entonces comprate un vibrador porque te van a romper mucho el corazón.

La rubia se dejo caer en una carcajada, entendía lo que la morena decía, pero aún no la termina de convencer, cualquier otra persona moriría por estar en su lugar. Quería quedarse más tiempo con la morena, ya sea con o sin ropa.

—Al menos dime tu nombre.

—No gracias, y no me digas el tuyo—se coloco sus zapatos y con una vista rápido al espejo se sentía completamente segura de irse a casa con su facha de fiestera.

—Pensé que me conocías ¿Por qué no quieres saber mi nombre?—pregunto la rubia viéndola desde la cama.

Quería estar con ella de nuevo, la noche se le hizo demasiado corta, ni siquiera recordaba con claridad como era exactamente el cuerpo de la morena, o como se escuchaban sus gemidos, quería volver a repetir lo de la noche anterior. Entrar a la habitación besándose de forma descontrolada, caminando torpemente sin saber si era por el efecto del alcohol o por lo hipnotizada que se sentía por aquella morena de labios bonitos. Como sus cuerpos se tocaron y lo bien que la chica la hizo sentir. La rubia quería repetir todo eso, de solo recordarlo mordió su labio mientras miraba lo pequeño que le quedaba el vestido negro a la morena.

—No me interesa tu nombre—la sonrisa de la rubia desapareció—mucho menos conocerte.

Julyana agarro su bolso y celular y camino hasta la puerta de la habitación,  así eran siempre sus despedidas. Acostarse con otras personas para ella era un hobbies que disfrutaba solo por momentos, no le gustaba mantenerlas en su vida.

—Parece que tu madre no te educó bien, ¿nunca que te dijeron que no confíes en extraños?—miró a la rubia antes de abrir la puerta, trataba de aguantar la risa y mantenerse lo más seria posible

—¿Por qué lo dices?—preguntó la rubia ya cansada de la actitud de la morena.

—Deberías sacar una cita urgentemente con tu ginecóloga.

sonrió con malicia antes de salir casi corriendo de la habitación. La rubia captó sus palabras y se levantó lo más rápido que pudo mientras se sostenía la sábanas al pecho, salió tras la morena quien corría directo al ascensor.

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⏰ Última actualización: Jan 20 ⏰

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