! ୧ Diecinueve.

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Nayeon estaba con un ojo encima de él, podía notarlo todo el tiempo en sus espaldas

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Nayeon estaba con un ojo encima de él, podía notarlo todo el tiempo en sus espaldas.

Aunque la chica ya estuviese un poco más cariñosa con él nuevamente -Felix no sabía por qué- la sentía extraña. Golpeenlo si quieren, pero Felix tenía ese sexto sentido que las mujeres decían tener y que presentía cuando había algo mal.

Terminó de preparar granizados de frambuesa para un grupo de chicos y empaquetar galletas de avena y chips de cacao para una señora, cuando se vió la cafetería vacía.

Soltó un suspiro, sus dedos estaban algo acalambrados y comenzaba a hacer más frio ya estando a finales de octubre, y a una semana y media de comenzar a salir con Hyunjin. Este último estaba algo atareado con la universidad, por lo que no lo había visto en los últimos dos días y eso le tenía algo deprimido.

No es como si se fuese a morir, pero Hyunjin realmente alegraba sus días y le hacía sentir mejor, fuera de la forma que fuera, Hyunjin sonreía hacia él y el día parecía volverse de color rosita y saber a azúcar.

Si, Felix estaba bastante mal, él mismo lo confirmaba.

Revisó por sí tenía algún mensaje, y luego de aquello, se agachó por detrás de la barra para comenzar a ordenar el poco desorden que tenía de infusiones, hierbas e ingredientes para hacer tantas cosas que Felix se mareaba. Comenzó a tararear alguna canción que escuchó recientemente en la radio intentando distraerse un poco, actualmente se sentía más cansado de lo normal y no entendía el por qué.

Escuchó el tintineo de la campana que indicaba que un cliente nuevo había llegado, y terminando de ordenar un par de frascos, se levantó con una sonrisa dispuesto a recibir al cliente, pero pegó un grito en el cielo al ver el rostro de Jisung con una mueca de querer romperle la pierna a quien primero se le cruce, el cabello despeinado y la cara tan roja como la de un tomate.

—¡Jisung!— Felix se llevó una mano al pecho dramáticamente, su mejor amigo no le dijo nada, y Felix supo que estaba demasiado molesto como para disculparse o si quiera saludarle. —¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases aún?

—Debería.— farfulló molesto, sentándose en una de las sillas vacías que allí habían y dejarse caer derrotado. Ahora Jisung se veía como un pequeño perrito desamparado y por un momento Felix pensó que alguien había molestado a su lindo donsaeng.

—¿Qué pasó, Hannie?— Felix cruzó sus brazos y se apoyó en estos mismos frente a Jisung para escucharle. El chico ocultó su rostro entre sus brazos y se resfregó con estos mismos.

—Me han suspendido por una semana completa en el instituto, mamá va a matarme.— Se lamentó, y Felix le miró sorprendido.

—¿Qué? ¿por qué te han expulsado?

Jisung levantó la vista, con un puchero inocente que Felix se hubiese creído si no fuera porque conocía a Jisung desde que todavía tomaba mamadera. Algo malo había hecho, así que Felix resopló y le miró con reproche, dispuesto a escucharle. Pero antes de que si quiera el peligris abriera la boca, la campana volvió a sonar. Felix levantó la vista del derrotado Jisung, topándose con la sonrisa de Minho acercándose suavemente hacia él.

Felix suspiró con una pequeña sonrisa, hacía tiempo que Minho no se pasaba por la cafetería y le gustaba pasar tiempo conversando con él. El pelinegro llegó hacia la barra y le dedicó una mirada extrañada a la pequeña masita oculta que era Jisung ahora mismo, pero luego volvió hacia Felix.

—Hola, Felix, dame lo de siempre, por favor, pidió con una amable sonrisa,

y Felix hizo rechinar sus dientes y asentir, para luego volverse hacia Jisung golpearle la cabeza con la mano.

El chico enseguida se quejó, levantando la cabeza hacia el enano que le había golpeado y a punto de maldecirle.

—Saluda, escori.— le dijo Felix antes de cualquier cosa, señalando a Minho. —Jisung, él es Minho, un amigo que a veces me acompaña aquí.— luego miró a Minho, que volvía a mirar a su mejor amigo, pero esta vez de forma más extraña. —Minho, él es Jisung, mi mejor amigo y con quien vivo y soporto todos los días de la semana.

Felix recibió lo que parecía ser el sonido de una serpiente de parte del menor, antes de que sus dos amigos se quedasen viendo por un par de segundos curiosamente entre ellos. Y esos segundos se fueron alargando, y alargando, y alargando de tal forma que el silencio se hizo sumamente incómodo para Felix. Formó una mueca al ver como los dos especímenes frente suyo se escaneaban hasta los sesos el uno al otro, hasta que Minho abrió la boca y dejó salir algo que descolocó tanto a Felix que casi se cae de hocico nuevamente.

—Que lindo eres, Jisung.— Felix se atoró con su propia saliva al escuchar aquello, abriendo los ojos como plato y comenzando a toser al ver como su mejor amigo también abría los ojos sorprendido y se sonrojaba. iJisung jamás se sonrojaba!

Su vista se volvió algo borrosa por las lágrimas que se comenzaron a acumular en sus ojos por la falta del aire al toser. Y comenzó a mover las manos pidiéndole ayuda a cualquiera de los dos chicos frente suyo que aún no parecían querer dejar de mirarse. ¿Pero qué pasó? Felix fue ignorado olímpicamente y se quedó ahí, muriendo sonoramente detrás de la barra y maldiciendo internamente a esos dos tipejos.

Cuando Felix finalmente pudo respirar lo suficientemente bien y quitarse todas las lágrimas que nublaban su vista, Jeongin y Nayeon le miraban confundidos desde la puerta de la cocina, y Minho con Jisung ahora se sonreían coquetamente.

¿Qué mierda estaba pasando aquí?

¿Qué mierda estaba pasando aquí?

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For me? » HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora