-Han pasado aproximadamente diez años desde aquel día, mi nombre es Joseph, tengo 18 años. Vivíamos en un pueblo alejado a 50 kilómetros de la ciudad capital, son los años 70. Siendo más precisos en el tiempo, 14 de Abril de 1973. Aquel pueblo es pequeño, abundan los pastizales, tenemos un cine donde los viernes por la noche tienen especiales de las mejores películas hasta el momento, la escuela primaria donde asistía mi hermana Carolina, de 11 años cursaba con la señorita Jessica, una maestra recién graduada de la Normal. Aproximadamente vivían en ese pueblo más de 1500 habitantes, existía una muy buena comunicación entre todos. Una situación ejemplar fue cuando por extrañas circunstancias el granero de la familia de la maestra Jessica se incendio, los bomberos de la localidad no pudieron contra el siniestro, por fortuna nadie salió herido, la aseguradora de la familia investigó la situación y dieron a la familia una cantidad muy grande de dinero. Yo asistí en la misma escuela con mi hermana, tenia después de clases entrenamiento de futbol, no era muy bueno sin embargo a papá le gustaba que lo intentara. Papá era un hombre de 27 años cuando conoció a mamá, un personaje alto y siempre vestía de traje, no decía mucho de su trabajo. En ciertas ocasiones llegaba con rasguños en el rostro y cubierto de una especie de polvo, lo sé porque recuerdo que en ocasiones buscaba en su chaqueta pastillas para el aliento o dinero, encontraba papeles con garabatos extraños y los hacía siempre a un lado. Se caso con mamá hace 18 años, con una edad de 24 años en la pequeña capilla del pueblo, mamá siempre fue muy cariñosa conmigo hasta que le comente algo que sucedía en mi habitación cuando tenía ocho años.Mi habitación era pequeña comparado con el espejo que teníamos en el, mi cama estaba frente al espejo, mi cama a un lado de la ventana que daba una amplia vista de los pastizales, durante la noche, la luna y el viento hacían que el panorama sea lo más increíble que haya visto en mi vida. Tenía un pequeño guardarropa detrás del espejo y en el mis juguetes, lo único que tenia a la vista de todos eran mi pequeño escritorio de madera, mi lámpara de un cohete espacial, los libros que me regalo el abuelo cuando cumplí seis, a mi edad era normal ocultarme bajo las cobijas en la noche cuando tenía miedo o buscar ayuda de papá y mamá. En fin, todo empezó cuando un día papá llego con un extraño libro que había encontrado en la vieja biblioteca de un pueblo que ya estaba a punto de ser demolido por un accidente en los años 50, una especie de terremoto acabo con todos los locales y unos pocos supervivientes tenían episodios extraños de amnesia. Ese libro tenía un nombre extraño, creo que era Osjg'h, era muy extraño ese libro con unos bordados que parecían las raíces de un árbol podrido, una pasta gruesa, de un color café oscuro puedo recordar que del mismo brotaba un olor como de huevos podridos, puede que haya sido por la antigüedad del libro, se veía muy viejo y papá gritaba a todo pulmón de la emoción; "Después de tantos años, al fin te he encontrado" , no se a que se haya referido entonces mamá recibió a papá como siempre con un beso en la mejilla y una taza de café, hablaron sobre su día en la mesa de la cocina, a todo esto la casa donde vivíamos era de una sola planta y un amplio ático que papá no nos deja subir a mi hermana y a mí, solo papá y mamá entran y cuando entran esta bajo llave. Carolina llegaba de la escuela y empezamos a cenar, pollo con puré de papa y una guarnición de verduras. Después de cenar, hable con papá antes de dormir en el sillón de la sala, me venció el sueño y dormí.
Desperté en la madrugada, tenía mucha sed y entonces fui a buscar agua a la cocina. Bebí un poco de agua y regresaba a mi habitación, entonces un extraño cantico empezó a bajar por las escaleras del ático, me invadió la curiosidad y entonces fui subiendo poco a poco, por debajo de la puerta salía un resplandor verde y rojo, colores que nunca había visto con tanta intensidad el ambiente se tornaba pesado cada peldaño de la escalera se hacía mas y mas lejano uno del otro. Logre llegar a la puerta, al darle vuelta a la perilla vi algo sumamente extraño. Era papá frente a un espejo grande, de una maquina extraña salía una luz y mamá estaba a un lado de papá, atada a una silla. Estaba usando el libro que había encontrado, estaba de pie frente al espejo, papá empezó a gritar con más fuerza unas palabras muy extrañas, entonces fue en ese momento que el espejo se rompe en miles de pedazos, mamá se desploma y corro a ella, papá se acerca a mí y entonces todo se vuelve negro.