Gris

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Damián:

Ya todos se habían ido, incluso Adler que había salido a llevar a Ellie.

Ya no tenía que fingir que todo estaba bien porque no, no lo estaba.

Escuchar aquella conversación me dejó muy intrigado ¿De qué estarían hablando? ¿Y por qué no debemos saberlo?

Subí a mi habitación, necesitaba estar solo.

Un rato después escuché a Adler llegar a la casa, y poco después alguien tocó la puerta.

—Adelante—Expresé sin quitar la mirada de televisor.

Adler se adentró en la habitación y se sento en la cama.

—Voy a ser directo, ¿Por qué tardaste tanto en ir a buscar tu celular? además de que llegaste un poco extraño.

—Por nada, no entiendo porque dices que estoy extraño—Mentí.

—Mira Damián, creo que por algo soy el mayor...

—Por un año—Rode los ojos.

—Por el tiempo que sea pero soy el mayor y te conozco, estabas raro, ¿Qué sucedió?

—Ya te lo dije, nada.

—¿Seguro?—Sus ojos me miraban serios escaneando mi rostro.

—Seguro—afirmé mirando sus ojos igual de serio, pero aún así no dejaba de presionarme con la mirada- Enserio, todo está bien.

—Mientes—Dijo con simplicidad.

—Pero digo la verdad.

—Damian, no he leído tantas cosas de lenguaje corporal por nada, estás mintiendo ahora dime qué pasa, si te lo callas no podré ayudarte—A veces odiaba su don de leer tan bien el lenguaje corporal.

El tenía razón, pero no podía decirle nada aún, es que esto no tenía ni pies ni cabeza, la desaparición de las personas y que mis padres digan eso.

A pesar de todo me gusta observar y esas cosas no tienen mucho sentido y a la vez parecen ser importantes.

—Estoy bien.

—Haré como que te creo porque no pareces querer hablar de eso, pero ya sabes que estoy justo al lado para lo que lo necesites.

Aunque Adler sea un poco cerrado por lo que pasó, siempre ha sido un buen hermano, hijo y persona.

—Gracias.

—De nada, Ich liebe dich, Bruder-Sus palabras me tomaron por sorpresa ya que el no era alguien que expresara sus sentimientos por palabras.

—Ich auch.

Adler sale de la habitación dejandome solo nuevamente, hoy no tenía nada más que hacer, era sábado y no teníamos deberes.

De un momento a otro vino inspiración a mi así que decidí escribir a ver si me despejaba un rato.

Necesitaba tomar aire fresco, pensé que quizás sentarme en el parque a ver a las personas pasar haría que mis ideas fluyeran mejor, así qué tome mi sudadera gris, salí de la casa y le avisé a Amelia que le dijera a Adler para que no se preocupara, aunque sabia que no estaría del todo de acuerdo por lo de esta mañana.

Caminé intentando observar y apreciar cada detalle de las calles por dónde pasaba, me gustaba ver las cosas pequeñas eran importantes para mí, pero el día estaba extraño, el distrito se sentía tenso.

Las personas caminaban apresuradas, miraban a todos lados como su estuvieran en peligro, las madres tomaban fuerte a sus hijos de las manos si alguien a penas se acercaba, en cada local había un cartel de la niña desaparecida.

Fading ¿Escapar o seguir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora