𝓛𝗔𝗦𝗧 𝓗𝗢𝗣𝗘 ─ tmr

──𝟬𝟯. killer wood

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❝𝐒𝐔𝐄𝐍̃𝐎𝐒 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀𝐍̃𝐎𝐒 𝐎... ¿𝐑𝐄𝐂𝐔𝐄𝐑𝐃𝐎𝐒?❞

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                       HANI SE DESPEREZÓ Y salió de su cabaña, disfrutando del aire fresco de la mañana. La experiencia del día anterior con los jardineros había sido mucho más tranquila que su desastrosa interacción con Winston, y esperaba que hoy también fuera un día relativamente sencillo.

—Buenos días, Hani —saludó Alby al verla—. Hoy te toca trabajar con los constructores.

—¿Constructores? ¿Qué hacen exactamente? —preguntó Hani, intrigada.

—Construyen y reparan todo en el Área. Desde las cabañas hasta las barreras de seguridad. Es un trabajo físico, pero aprenderás bastante —explicó.

—Genial, suena interesante —respondió Hani, intentando sonar entusiasta.

—Gally es el líder de los constructores. Él te guiará hoy. —Alby miró a lo lejos, donde Gally ya estaba organizando a su equipo—. Y recuerda, intenta no pelear con él.

Hani asintió y se dirigió hacia Gally, quien la recibió con su habitual expresión ceñuda.

—Buenos días, novata. Espero que estés lista para un día de trabajo real —dijo Gally sin preámbulos.

—Estoy lista, Gally. ¿Qué tienes para mí hoy? —respondió Hani con determinación.

Gally le explicó las tareas del día. Empezaron con la reparación de una de las cabañas que había sufrido daños durante la última tormenta. Hani se sorprendió al descubrir que, aunque Gally podía ser duro y exigente, también era un excelente maestro. Le mostraba cómo usar las herramientas y técnicas de construcción, asegurándose de que entendiera cada paso del proceso.

—Asegúrate de que las tablas estén bien alineadas antes de clavarlas. No queremos que la cabaña se derrumbe otra vez —dijo Gally mientras supervisaba su trabajo.

—Entendido. No quiero ser responsable de un desastre —respondió Hani, concentrándose en su tarea.

Mientras trabajaban, Hani no pudo evitar notar la camaradería entre los constructores. A pesar de las bromas y el trabajo duro, había un sentimiento de compañerismo que la hizo sentirse parte del grupo.

—¡Cuidado, Hani! —gritó uno de los chicos, llamado Dylan, cuando una tabla estuvo a punto de caer sobre ella.

—¡Ay! Estuve a punto de convertirme en una pizza humana —respondió Hani, riendo.

—Mantén los ojos abiertos, novata. No queremos perder a nadie —dijo Gally, aunque Hani pudo notar una ligera sonrisa en su rostro.

Después de varias horas de trabajo duro, los constructores hicieron una pausa para el almuerzo. Se reunieron alrededor de una mesa improvisada y compartieron sus comidas.

—Hani, ¿cómo fue tu día con los jardineros ayer? —preguntó Gally, curioso.

—Mucho más tranquilo que con las gallinas, eso seguro. Aunque tengo que admitir que casi muero intentando atrapar una —respondió Hani, provocando risas en el grupo.

—Las gallinas pueden ser despiadadas —dijo Dylan, riendo—. Pero al menos no te atacaron las cabras. Esas sí son un verdadero desafío.

Hani se rió junto con ellos, disfrutando del momento. A pesar de las circunstancias, había encontrado un lugar en el Área.