17 de septiembre del 2022Hoy me dirigía como de costumbre al lugar que el abuelo y yo solemos frecuentar para tomar el té y hablar sobre trivialidades, se nos hizo costumbre el reunirnos ahí desde que tuve 24. En modo de consuelo mi abuelo se sentaba a mi lado a hacerme compañía y contarme sus anécdotas con la fue y es el amor de su vida, eventualmente subiéndome los ánimos. Cuando me adentro al lugar lo detallo como si fuera mi primera vez ahí, es un pequeño balcón con vista al jardín que una vez fue cuidado por mi abuela Steisy. Un jardín lleno de la flor "no me olvides" la cual tiene un significado que me dio a entender porque estas flores eran tan preciadas por ella y ahora por mí abuelo. Mi abuela de pequeña me enseño que simbólicamente se interpreta como amor desesperado o amante eterno. Me conto que este tipo de flores se las tenía que dar al chico con el que tenía la certeza de que lo amaría eternamente. Y así lo hice, solo que no tuve la certeza de si el me amaría a mí por igual y cuando me di cuenta, ya era muy tarde.
Cuando mi abuelo notó mi presencia dejó su taza en la mesita cercana a él para invitarme a sentarme a su lado con una sonrisa deslumbrante, la cual acepté con una sonrisa en el rostro. Quien diría que este hombre tan vivaz se encontraría enfermo, me fijo en el porta sueros que se encuentra a su lado conectado a él por una vía intravenosa administrándole medicamentos inmunosupresores.
Mi abuelo tiene leucemia hace un año y medio, hace unas semanas se nos había notificado que se encontró un donante de medula ósea, el decidió someterse a cirugía. Y luego de unos dias lastimosamente se llegó a la conclusión de que su cuerpo la estaba rechazando. El le rogó al médico que lo trataran en casa hasta que encontraran otro donante de médula. Y aquí esta, bajo un tratamiento de inmunosupresores para controlar la situación hasta que se consiga otro donante.
Jaime, a pesar de su edad se cuidaba, no aparentaba la edad que tenía. Pero en estos instantes se encontraba en un estado preocupante, se encontraba delgado y demacrado, se viera como si estuviera a punto de dar su último suspiro. Tomé una respiración recomponiendo mi semblante, lo que menos que necesita el abuelo en estos momentos es una mirada de lastima.
—Lily querida, ya me estaba empezando a preguntar que cuando llegarías
—Lamento haber tardado, tuve una reunión con los inversionistas. Fue un día algo pesado—Solté un suspiro.
Jaime me da una mirada con una emoción que no puedo comprender en ellos, me siento a su lado, el mismo se apresura a querer servirme el té, pero lo detengo posando mis manos sobre la de él.
—Esta bien, yo puedo hacerlo —Le hago saber, retira sus manos dejándome servirme a mí misma.
El abuelo empieza a contar otra de sus miles anécdotas dándole paso a un ambiente lleno de risas, risas genuinas que a pesar de la realidad que enfrentamos los dos, decidimos darnos un momento para respirar y así disfrutar de la compañía que le brinda el otro. Durante unos minutos fue así, hasta que las risas cesaron para permitirnos respirar unos momentos.
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Un Amor Por Contrato
RomanceElla nunca pinto nada en respecto a heredar la empresa familiar; todos esperaban que el primogénito tomara las riendas. Pero la lastimosamente esperada muerte de su abuelo cambió todo. Contra todas las expectativas, él decidió que ella, la nieta men...