La rubia no quería mostrarse débil ante Malihi y Nicole, así que lo primero que se le ocurrió fue jalar el brazo de su hermano para que detuviera su paso, los niños no prestaban atención a que dejaron de avanzar, Charles ya se estaba quedando dormido, pero iba a tratar de aguantar hasta ver a su papá, Evie miraba a la cuadrilla de señores con traje que los rodeaban, ya estaba acostumbrada a verlos regularmente cada que salían, aunque no sabía muy bien la función que tenían en su vida, su conocimiento se expandía, entendiendo que los verá cada que vayan de paseo.
—Tay, ¿Qué tienes? — su hermano le preguntó.
Ella sintió unos ligeros calambres en la parte baja de su abdomen, no se quería asustar, se recordó que eran completamente normales, al estar su útero haciendo trabajo de crear vida, su cuerpo se estiraba y sus órganos debían reacomodarse para darle espacio a su bebé, dio un respiro profundo, no quería alarmar a nadie, pero era necesario dar la indicación de que ella no saldría hasta que las personas de los palcos se fueran.
—¿Podemos regresar? — Taylor habló.
—Ok— nadie preguntó porque, lo que ella dijera, lo harían.
Regresaron a la suite, esperando unos minutos a que todos se fueran del pasillo.
—¿Te encuentras bien, Tay? — Donna le preguntó.
—Sí, solo me sentí rara, no es nada de lo que debamos asustarnos, es completamente normal lo que siento ahora— se sentó en el primer mueble que tenía a su paso, respirando profundo, no les iba a dar el gusto a ese par de loca de ponerse mal, tan solo esperaría a que se fueran y con toda la gracia y calma del mundo, iría a encontrarse con su esposo.
—¿Quieres agua, Tay? — Andrea le preguntó.
—Gracias mamá, por ahora ya tomé demasiada— rio, las veces que estuvo bebiendo agua le iban a cobrar factura más tarde, con las ganas que iba a tener de ir al baño durante la noche, miró el enorme reloj de la suite y pasaban de las ocho de la noche, probablemente irían a celebrar y luego regresarían a casa para descansar.
—Ok, entonces relájate unos minutos, no tenemos prisa— su madre le dijo.
—No creo que cierren el estadio ahora mismo— Austin bromeó.
Alex entendió perfectamente porque Swift no quiso salir, no era por no ser social, ni tampoco por sus hijos, sino porque se percató del par de mujeres que no eran del agrado de mucha gente, antes de darle la luz verde para que pudieran salir de nuevo, se fijó con mucho cuidado que no hubiera nadie sospechoso en la redonda, su misión era específica, sacar a todos sanos y salvos, además de que era su trabajo, se lo tomaba con la seriedad suficiente porque le tenía un gran apreció a Taylor Swift y la familia.
El guardaespaldas se asomó, entrando a la suite lujosa, observando que los Kelce y los Swift esperaban pacientes a irse.
—El área está despejada, señorita Swift—
—Gracias, Alex—
Los mellizos ya estaban dormidos en la carriola, era una pena, porque la intención de bajar era que vieran a su padre.
—Podemos irnos— se levantó del asiento. —Vamos—
Todos la siguieron, Scott dando algunas miradas a los lados para saber si había algo malo a lo que Taylor le temiera, porque alguna razón debió tener para querer regresarse y eso la hizo sentir mal, ¿Cuándo iba a obtener algo de paz?, últimamente se estaba llevando disgustos que no le hacían bien, dejaría pasar eso, pero estaría alerta.
Ya trasladándose llegaron al final del área de vestidores, el bullicio de los hombres que salían de las duchas ya vestidos para encontrarse con sus familias despertó a los mellizos.
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Eres mi juego final
FanficTaylor y Travis, después de un año de relación, se han convertido en padres de sus mellizos Evie y Charles, encontrándose con nuevos retos ante una paternidad bastante sorpresiva pero muy deseada, ¿Qué es lo que le depara a la famosa cantante y el j...