Kenia se alarmo cuando sintió su cuerpo moverse, dándose cuenta que estaba siendo cargada, intento moverse sintiendo la presión de las manos de Raham.
Habían llegado a un de las casas de seguridad de Marco en Marruecos, odiaba llegar de dia, cuando todos los ojos están sobre ellos al bajarse del yet, nadie dice nada, la policía esta comprada, moviendo con libertar.
Puede notar Ebrai Öztürk, dándole la bienvenida, el clan felino.
Habían sucedido muchas cosas, sobre todo cuando Marco había mandado a masacrar por el robo de mercancía, nadie sabe quien manejaba la organización marroquí, no hasta que el verdadero líder tuvo que salir de las sombras mostrándose, últimos en su casta y solo movedores de hilos, dejando que los mismos humanos maneje su negocio mientras ellos observan en la oscuridad.
—Tranquila no te muevas —espeto Raham sujetándola más, con su trasero a la vista.
Lysandro apresuro el paso para saludar cordialmente las alianzas, y claro sabían que los hermanos Öztürk andaban sobre el imperio de Marco, ya que las leyes eran claras, y donde el clan lobo tenía más poder por ser más, sobretodo tenían de lado al rey infernal.
—Parase que a tu tío ha traído un espécimen —burlo el felino besando ambas mejillas del lobo.
—Le gusta complicarse la vida, resulta que es su compañera, una simple limpiadora.
—Vaya que novedad, hay que expandir las labores, algo servirá ella en el clan.
Raham quien se había acerco solo sonrió a fuerzas y con toda la intensión de asesinar a su sobrino por decir una estupidez, los ojos verdosos del felino recorrieron el culo de la hembra ante un gruñido del lobo.
—Si no quieres que le vea el culo, al menos deberías mostrarla —amplio una sonrisa —No esperaba que traías compaña, no cuando. —miro a Lysandro y este solo encogió los hombros sin saber a qué se refería —Arteth está aquí con su padre.
—¿Eros?
—Así es, está haciendo negocios con Hazam, sabes como es mi hermano ama el dinero, y quien no, después de todo, siempre le había sugerido que era tiempo de mostrarnos, y mira que paso, debemos besar el culo a Marco.
—Se va retirar —espeto Raham.
—Eso si es una novedad, aunque siempre alarde que lo hará, sabes cómo es su mujer, una hembra muy peligrosa ambiciosa de hecho, y con un nombre de pecado, sabemos que ella es el cerebro de todo, pero quien no pierde la cabeza por una linda hembra.
—Sera mejor que terminemos con las negociaciones, tengo algo importante si no vez.
—Y no la vas a presentar —inquiere el felino.
Kenia abrió los ojos como la hizo girar cayendo su cabello en su rostro cubriéndolo, intento acomodárselo, alarmada y asustada mirando a los tres hombres, intento zafarse, pero el lobo solo abrazo por la espalda, pegando su barbilla en su hombro.
—Vaya ella, no es...Humana ¿Qué es? Su olor no logro reconocerlo.
—Alto —demando Raham —No olvides porque estamos aquí, la mercancía está entrando en tus bodegas y la trasferencia debería estar lista.
—Siempre al grano, por eso me agradas —saco su móvil y solo hizo unos movimientos —Listo, ahora que están aquí me tome la libertad de que su estadía sea reconfortarle, Hazam hará una fiesta esta noche, sabes como son.
Arleth miraba desde la terraza, dio un sorbo a su Martini, necesitaba verlo había pensado lo estúpida que fue la última vez en reclamarle, se acomodó el cabello y una sonrisa se formó en sus labios al ver los autos llegar.
Miro de reojo a su padre quien estaba en una plática amena con el líder marroquí, tuvo que convérselo que no haría una escena con Raham, se había obsesionado con él, y estaba dispuesta aponer su veneno en todo su sistema y obligarlo hacer su voluntad.
Dejo la copa y espero ansiosa que él se bajara, vio a Lysandro y como este se dio cuenta de su presencia alzando el brazo en una forma de saludo burlesco, pero lo que le amargo la sonrisa fue ver a Raham jaloneando a una mujer.
Se acercó al barandal apretándolo con fuerza que sus mismos nudillos quedaron blancos y sus dientes se apretaban entre sí.
—Parece que alguien se le amargo el dia —espeto Lysandro poniendo sus manos en su bolsillo —No se ve nada contenta, no cuando desde aquí, se ve que le quiere arrancar la cabeza a su no sé qué cosa es —inquirió avanzando hacia la gran casa.
—Yo no tengo problema en sacrificarme —espeto Ebrai —Una hermosa rubia de ojos asesinos, la pone dura, supongo que Eros no te mato, por lo que paso con Alexandra, independiente de todos los lazos consanguíneos se respetan. —miro a Kenia —Es muy hermosa, como una diosa.
Kenia cerro los ojos con fuerza, necesitaba despertar que esto es solo un sueño, una maldita pesadilla, de estar un dia atrás fingiendo una vida, ahora estaba cercas donde todo empezó, podía sentir las vibraciones y a este paso su madre se daría cuenta donde estaba.
El vínculo se va desbloquear, y no solo eso, lo que es ella dará brote, respingo como Raham la olfateo de una manera descarada, su nariz rozo su cuello hasta su cien. Las manos de Kenia se aferraban con fuerza en puño como su respiración agitada.
—Esta noche te voy a coger, estoy muy ansioso espero que puedas soportarla —una sonrisa en sus labios se formó.
—Debería...Debería dejarme ir —logro vocalizar.
—Porque insiste en irte, cuando debes permanecer a mi lado, no voy a dejarte ir, tu misma llegaste a mí.
—Yo...No quiero estar aquí —el volvió a sonreír, deslizo su mano hasta encontrar las suyas, se burló un poco como estaba haciendo presión en puño.
—Estarás aquí, y por tu bien espero que no solo sobrevivías a mi verga, si no al mundo que pertenezco —ella negó, pero era tan inútil luchar como el gano ablandado sus manos. —Tu olor empieza inundar mis fosas, es tan prohibido que me hace sangrar el pecho, dolor, resentimiento, envida, incluso hay poco de gula en ti, eres toda la suciedad del mundo.
—¡No! —logro apartarse mirándolo con odio —No me toque así, no le permito que lo haga.
—Vas a lanzarme como lo hiciste con el rey infernal, vaya forma de sorprender, pero yo no tengo miedo, al contrario, voy a protegerte, lo que has hecho será imperdonable, no por el sino por la diosa del universo —ella parpadeo —La reina infernal.
Ella no comprende, lo único que quiere es correr y alejarse del peligro, silo de una jaula no para entrar en otra, que mal había hecho aparte de nacer, preu no la dejan en paz, empezó a hiperventilar, y sentir un mareo, las burlas de su madre, los reproches de su compañera, lo forma en como murió ese hombre, todo fue haciendo es un remolino.
Y sobre todo la mirada azulada y profunda de Raham que no la deja respirar.
Negó tanto que sus ojos cambiaron en un dorado que el mismo Raham se sorprendió, dio un paso hacia ella, deteniéndose cuando sintió el aire tenso incluso caliente.
Bajo la vista notando como en los pies de Kenia, se formaba ese remolino de tierra, iba hacerlo de nuevo, las palabras de Luciel que ella no va contralarse, es una amenaza.
Estaba por un golpe de estrés, debe actuar, mira Arleth que viene furiosa no estaba para escenas, así que no lo piensa mas, y lucha contra aquello que lo arrastra evitando tocarla.
Sus dedos alcanzan su rostro, queman y el siente el ardor en sus yemas, los gritos de Arleth pidiendo que no la toque, pero este no escucha y se aferra ante las quemaduras y esas cenizas rodearlos.
La mira a los ojos y ve un abismo peligroso en ellos, demasiado oscuro y profundo, sus labios se entren abren y cuando ella está por decir algo la besa haciendo una explosión que la misma rubia se cubre y los demás salen.
Mientras Raham devora su boca absorbiendo el poder que lo consume hasta caer al suelo.
Kenia respinga al verlo en el suelo mientras Arleth corre en su ayuda, gritando que la aprendan.
—¡Que has hecho! ¡Que le hiciste estúpida! —grita histéricamente.
Lysandro gruñe sosteniéndola de cabello, mientras todos nos dejan de mirarla.
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Clan lobo
Manusia Serigala-Por favor, déjame en paz, solo déjame en paz, no diré lo que eres, lo que son y lo que son capaces-el solo sonrió, acaricio su mejilla con sus nudillos manchados de aquel carmesí. -No, porque no soy el único que guarda secretos, pequeña mariposa-su...