Capítulo 9

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Candy sujetaba su dorada cabellera con horquillas para que su peinado quedara tal como ella lo deseaba simulando el clásico corte bod, acomodo la diadema alrededor, sacudió con suavidad su cuerpo haciendo que los flequillos del vestido se movieran, pintó sus labios de carmesí, esa noche quería divertirse y bailar mucho, quería aligerar sus emociones.

̶ ¡Terence Grandchester!

La joven soltó un largo suspiro después de susurrar el nombre de su compañero de trabajo, clavo su mirada en el espejo y a su mente volvió el recuerdo de esa tarde.

Cuando llego a la oficina y las secretarias murmuraban entre ellas, en cuanto la vieron se pusieron nerviosas e intentaron esconder algo que llevaban en las manos.

̶ ¿Qué está ocurriendo aquí? ̶ le pareció extraña su actitud de las mujeres.

̶ Nada importante, solo platicábamos ̶ su secretaria trato de disimular.

̶ Dame eso que tienes en la mano ̶ se dirigió a otra joven que no pertenecía a esa área de trabajo, Candy extendió la mano.

La otra secretaria miro a Molly, esta le hizo seña de que obedeciera.

̶ Solo es la correspondencia ̶ explicó. Candy agarró los papeles.

̶ Retírate y que no vuelva a pasar, y esto también va para ti Molly ̶ advirtió Candy, acto seguido entro al estudio, después de cerrar la puerta miro la correspondencia que tenía en la mano, no parecía haber nada relevante como para que las secretarias se comportaran de ese modo, casi toda era para Terence.

Al llegar al último sobre, los verdes ojos de Candy se abrieron como platos, sintió unas pequeñas palpitaciones en el pecho, camino hacia su mesa de trabajo, se sentó en banco alto y puso el sobre encima del plano que estaba extendido en la base de madera.

«Es una carta para él, de Londres, ¿Quién será Susana Marlowe?».Lla joven rubia mordió su labio inferior.

En ese momento se abrió la puerta del estudio, Candy sintió que la sangre se iba a sus pies cuando escucho que alguien había entrado, pensó que era Terence y la había pillado viendo su correspondencia, para su fortuna quien la visitaba era su mejor amiga.

̶ ¡Sorpresa! ̶ Annie Britte sonreía de oreja a oreja ̶ ¿Qué te pasa?, estas tan pálida, como si hubieras visto un fantasma.

̶ Me asustaste, eso es todo ̶ Candy sacudió la cabeza con ligereza, bajo del banco y fue hasta la mesa.

̶ Quien viera tu reacción pensaría que hacías algo indebido ̶ Annie fue franca con su comentario.

̶ Solo acomodaba la mensajería de mi compañero ̶ Candy mostro los sobres antes de ponerlos sobre la mesa ̶ Y tú, ¿qué te trae por aquí?, ¿vienes por Archie? ̶

̶ Tienes que contarme sobre él, Archie dice que es un tipo bastante petulante, aunque para ser honesta creo que siente envidia de él ̶ susurro la joven pelinegra.

̶ ¡Ay Annie!, si te contará ̶ la emoción se desbordaba en la voz de Candy.

̶ ¿Qué pasa, acaso el hombre es desagradable? ̶ La expresión de la joven Britt era de aversión.

̶ Recuerdas al tipo del barco, el que te conté que me miraba en el bar y que después nos topamos en la estación central ̶ Annie asintió con la cabeza. Candy miro a su amiga y sonrió.

̶ ¡No lo puedo creer!, el guapo ese es tu compañero de trabajo ̶ Annie estaba emocionada.

̶ Yo tampoco lo creo ̶ Candy suspiro con un dejo de nostalgia.

̶ ¿Por qué no me lo habías contado?, tengo que verlo con mis propios ojos.

Ante la efusividad de Annie pidió discreción, no quería que Terence las encontrara hablando de él, así que cambiaron el tema, instantes después Terry llego al estudio.

Pasión IndomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora