Capítulo 10

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Terry estaba estupefacto, hubiera querido desviar la mirada y pasar de largo, sin embargo, en el primer instante que sus ojos se cruzaron con los de aquella joven supo que tendría que dar una explicación.

̶ Arq. ¿Qué está haciendo aquí? ̶ Candy trato de disfrazar su curiosidad con el tono serio de sus palabras.

̶ Lo mismo que usted, Arq. White ̶ respondió Terry. Miro a la joven rubia quien tenía una expresión interrogante dibujaba su rostro ̶ solo vine a distraerme.

̶ ¿Sabía usted que yo estaría aquí? ̶ Candy era directa con sus interrogantes.

̶ Es una simple casualidad, solo eso ̶ Terry respondió indiferente, debía evitar ser descubierto.

Candy casi creyó en su argumento al notar la seriedad del joven, sin embargo, le pareció demasiada coincidencia la presencia de él justo dónde ella se encontraba.

̶ No sé porque no le creo ̶ inquirió la dama con la mirada.

En ese momento una gota de lluvia golpeo el rostro de Terry, la expresión de ella solo hizo que el hombre se irritara, nunca antes una mujer lo había retado con una simple mirada.

̶ Ese no es mi problema, si me creo o no, es cosa suya ̶ su respuesta fue dura y tajante.

̶ Creo que debo de cambiar mi pregunta, ¿está usted siguiéndome? ̶ lo directo de la pregunta tomo por sorpresa a Terry.

̶ Es demasiado pretenciosa, Srta. White, ¿no lo cree?, el que tenga a varios hombres detrás de usted no significa que yo sea uno de ellos ̶ Terry la miro altivo.

«¿Me habré equivocado?» El rigor en la postura de Terry hizo dudar a Candy, aun así, ella no iba a permitir que la llamara pretenciosa.

̶ Es usted un grosero e engreído ̶ la dama la miro con recelo.

̶ Y usted una mujer muy curiosa y pretenciosa.

Terry y Candy estaban tan sumergidos en su discusión que siquiera notaron que habían llamado la atención de los tipos que cuidaban la puerta.

̶ Seguro que le soltara una bofetada, se lo merece por creído ̶ dijo el tipo que en un principio no dejo pasar a Terry.

̶ 20 dólares a que el pleito terminará en una cama ̶ aposto el hombre que había dejado pasar a Terry.

Un ligero ruido capto la atención de aquel par de malandrines, los hombres de inmediato se pusieron en guardia, el destello de una placa plateada los puso en alerta, mientras tanto Terry y Candy seguían discutiendo.

̶ Sabe que, debería volver al salón con su amigo y dejar de meterse en asuntos que no le incumben, además yo no tengo porque darle explicaciones, nunca se las he dado a nadie, ni siquiera a...

̶ A su novia...

Esas palabras tomaron a Terry desprevenido, miro a Candy, atónito, cuestionándose internamente como es que ella sabía eso, finalmente lo dedujo.

«¡La correspondencia!»

El joven ingles lanzo una mirada intimidante y hostil a la chica, le habría encantado reclamarle por fisgonear en sus cosas, pero no podía hacerlo, ya que él estaba en la misma e incómoda situación que ella, pues se había atrevido a seguirla y espiarla, solo que Candy eso no lo sabía.

̶ No le permito que...

En ese momento se escuchó un grito de quienes se encontraban dentro de las ruinosas instalaciones.

̶ ¡Redada!

Los hombres que custodiaban la puerta no tuvieron tiempo de cerrarla, así que lo único que les quedo fue salir huyendo.

Pasión IndomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora