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Dios caminaba de tienda en tienda buscando ropa para Adám, desde trajecitos de marinero hasta disfraces ridículamente lindos, cargaba bolsa con pañales, toallitas húmedas, zapatitos y unos cuantos juguetes (aun cuando sabe que su hijo tiene juguetes y juegos en su casa por su "trabajo" de Medio tiempo como niñero cuidando a sus hijos), la gente lo saludaba cuando lo veían pasar y el correspondía a los saludos con un acentimiento de cabeza. Caminaba ya camino a casa del castaño en compañía de Abel, se lo encontró en el camino y lo invitó a ir con el cosa qué el angel aceptó inmediatamente Dios le conto lo que sucedió con su padre puesto que le hacía ilusión cuidar al castaño con el mismo amor con el que el lo cuidaba a el, hablaban de cosas triviales como el como iban las cosas en la granja o como han estado las reuniones familiares a las que lo empezó a llevar el exorcista, pues hace poco que Adám volvió a reunir a sus retoños y empezaron a convivir y verse una vez por semana en la torre que el cielo tenia como embajada en el infierno. Dios abrió la puerta sun mucho esfuerzo y entro a la pintoresca viviendo de su retoño escuchando ruido proveniente de la sala, algo de "miska moska" o el que sabe, no tiene mucho tiempo para ver televisión de todos modos; dos cabezas voltearon al escuchar la puerta y ver a Dios y Abel entrando con algunas bolsas en manos.

—¡PA!— el pequeño castaño grito con alegría extendiendo sus brazos a la deidad que dejo caer las bolsas sin cuidado y caminó hasta el infante y levantarlo con sus manos causando que el niño reboloteara sus alas entre risitas.

—hola dulcesito de miel— el de sombrero sonrió dejando un beso en la regordeta mejilla del niño—¿Te portaste bien con tu hermano?— acuno al niño en sus brazos resibiendo un acentimiento de menor.

—hola, papá — Abel sonrió volando para asomarse por detrás de su abuelo siendo recibido con una risita.

—Abe— el niño estiró su mano queriendo tomar la mano de su hijo.

Abel sonrió estirando su mano y dejando que el castaño la tomara y riera, Jesus miraba todo desde su asiento apoyando su mejilla sobre su mano antes de levantarse de donde estaba y caminar para tomar las bolsas que traían anteriormente Dios y Abél, revisó su interior viendo pañales y ropita que era mejor que lo que tenia puesto su hermano, tomo uno de los pañales y un trajecito de cordero blanco antes de regresar con su patre y quitarle a Adam de las manos.

—perdon papá, pero tengo que ponerle algo mejor que lo que tiene puesto— "regaño" cuando resibio un sonido de protesta de la deidad.

Jesus se alejo con el menor en brazos, mientras tanto Dios y Abél empezaron a poner almohadas y cobijas en el suelo junto con juguetes como peluches, cubos de colores y mas para jugacon el pequeño de alas doradas, no mucho despues Jesus regreso dejando sentado enmedio del pequeño "nido" de almohadas para sentarse en el suelo también y ver al niño tomar uno de los peluches y abrazarlo con una sonrisa que saco un chillido a Dios que empezó a tomarle fotos con su teléfono, el castaño no tomaba importancia a lo que pasaba a su alrededor hasta que un peluche de conejito se poso frente a el (siendo manejado por Abél).

—¡Hola!— finjio una voz chillona.

—¡TONEJO!—exclamo con ojitos brillosos mientras apuntaba al juguete y miraba a su padre con sorpresa —¡Tonejo abo!—volvio a desir con sorpresa.

—si calabacita, el conejito te esta hablando— Dios acariciar el cabello del niño con cariño.

—¿Porque no le contestas? Adám— sonrio viendo a su hermanó asentir enfusubamente.