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Uno a uno bajaron la ribera y siguieron a Legolas

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Uno a uno bajaron la ribera y siguieron a Legolas. Frodo se detuvo un momento junto a la orilla y dejó que el arroyo le bañara los pies cansados. El agua era fría y límpida, cuando llegó a las rodillas Frodo sintió que le lavaba la suciedad del viaje y todo el cansancio que le pesaba en los miembros. Eldar se desprendió de las prendas mayores que lo hacían pasar como un montaraz más, su piel aperlada y platinada brillaba con el sol y el agua, lo hacía ver aún más inmaculado, no había rastro de sus genes Enanos, el Medio Elfo se asemejaba más a su madre de lo que podría admitir. Su larga melena castaña oscura escurría a cada lado de su rostro mientras Aragorn intentaba no verlo y Eldar reía.

—Quizá si entraras, mejoraría tu semblante.

—Debemos seguir.

—Dame un momento— Aragorn le dio la mano para ayudarlo a salir.

Cuando toda la Compañía hubo cruzado, se sentaron a descansar, comieron unos bocados, Legolas les contó las historias de Lothlórien que los Elfos del Bosque Negro atesoraban aún, historias de la luz del sol y las estrellas en los prados que el Río Grande había bañado antes de que el mundo fuera gris. Eldar se maravilla ante las palabras de su primo, ya que el príncipe más tiempo en cualquier otro lado que en el Bosque Negro, en compañía de Gilraen, Elentari o Aragorn. Los dos hermanos se cruzaban miradas de tanto en tanto. Al fin callaron, y se quedaron escuchando la música de la cascada que caía dulcemente en las sombras. Frodo llegó a imaginar que oía el canto de una voz, junto con el sonido del agua.

—¿Alcanzan a oír la voz de Nimrodel? Les cantaré una canción de la doncella Nimrodel, que vivía junto al arroyo y tenía el mismo nombre. Es una hermosa canción en nuestra lengua de los bosques, hela aquí en la Lengua del Oeste, como algunos la cantan ahora en Rivendel.

Había en otro tiempo una doncella élfica,

Una estrella que brillaba en el día,

De manto blanco recamado en oro

Y zapatos de plata gris.

Tenía una estrella en la frente,

Una luz en los cabellos,

Como el sol en las ramas de oro

De Lórien la bella.

Los cabellos largos, los brazos blancos,

Libre y hermosa era Lórien,

Y en el viento corría levemente,

Como la hoja del tilo.

EldarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora