Cap. 40 (Mia)

68 1 0
                                    


Los días pasaron rápidos y llenos de incertidumbre, pase días enteros y noches sentada en la sala de espera del hospital esperando a que el trasplante que le había donado su padre fuera cien por cien efectivo pero realmente las posibilidades eran muy bajas. 

Los médicos nos decían que el niño cada vez estaba más débil, mi niño estaba más cerca de la muerte que de la vida y todo por mi culpa, por culpa de no haber traído a mi niño antes, de no haber hablado con su padre mucho antes, si lo hubiese echo ahora mismo mi niño estaría feliz, jugando en los parques, asistiendo al colegio, siendo un niño normal, con una infancia normal en la cual su única preocupación seria que juguetes coger para jugar o que pelicula ver.

- Mia ya puede pasar a verlo - me dijo la enfermera que llevaba a cargo de Neithan este tiempo.

Me levante de la silla y me fui directa a la habitación que le habían asignado, entre y lo vi pálido, tumbado en la cama con mil cables conectados a todo su cuerpo.

- Hola mi vida - le dije sentándome al lado suyo.

- Mama esto me duele, mucho - me dijo mi pequeño tocando se su espaldita.

- Es para poder curarte mi niño - le dije dándole un beso en la cabeza.

- ¿Mama me voy a morir? - me dijo mi pequeño 

- No, mi amor, vivirás mucho tiempo, muchos años más, te lo prometo -

- Mamá quiero ser como los demás niños, quiero ir al cole, y jugar a futbol como los otros niños y que no se me caiga el pelo siempre, la gente me mira raro. - 

- Cielo podrás hacer eso y más te lo prometo - le digo mientras le cojo su manita y se la acaricio.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Parte Nathaniel: 

Sinceramente en estos días no he descansado nada, los días son eternos y la incertidumbre de poder perder a nuestro pequeño es algo que me atormenta más que cualquier otra cosa y eso que ya creía que en esta vida todo lo que tenia que sentir ya lo había sentido. 

El enterarme de que tenia un hijo hizo que algo dentro de mi se abriera quizás no estaba tan podrido dentro de todo, y me hizo pensar que me hubiese encantado vivir la paternidad con mi hijo junto a él, haber estado con su madre en el embarazo, haber asistido al parto, haber escuchado sus primeras palabras e incluso haber discutido por ciertas cosas, me hubiese gustado haber sido un padre de verdad para él, no uno ausente. 

Mi mente divaga a mil por minuto y el estar en el hospital todo el tiempo no ayuda, al final se te acaba por ir un poco la cabeza entre todas estas paredes blancas inexpresivas, nunca pensaron que si ya es triste estar en un hospital de por si que sea todo tan blanco y tan frio no lo es más, tendrían que darle mas vida a todo esto. 

Camino y camino por el hospital hasta llegar al mismo sitio que siempre, la misma habitación, la de mi hijo. 

Aunque esta vez mi hijo no esta solo, la puerta de la habitación esta entre abierta y Mia esta con el.

Aun siendo un niño tan pequeño como es Neithan se da cuenta de las cosas, y pregunta cosas que ni siquiera nosotros sabemos como responder, como le explicas a un niño que tiene cáncer y que esta al borde de la muerte, como le explicas porque se le cae el pelo, o porque no puede hacer ciertas cosas, porque esta limitado en ciertos aspectos o porque no puede tener una vida normal como cualquier niño de su edad. 

Decido hacer acto de presencia en la habitación porque tampoco me parece muy adecuado que este escuchando conversaciones ajenas aunque sea de la madre de mi hijo y mi hijo. 

- ¿Cómo se ha levantado hoy mi pequeño? - le digo acercándome a la cama y abrazándolo

- Bien papi, me duele mucho pero me han dado medicinas para que me duela menos. 

- Ya veras que dentro de nada estarás jugando al futbol - le digo sentándome al lado de su madre

- ¿Me apuntaras a futbol? - me dice con un brillo en su mirada diferente. 

- Claro, al equipo que quieras, y te comprare toda la equipación y mirare una casa con jardín para poner porterías de futbol y muchas pelotas para que puedas jugar. - 

- ¡Si papi, yo quiero eso! - 

- Pero primero lo primero, te tienes que curar - dice Mia acariciándole la cabeza.

- Mamá, he visto una peli en la que un niño que estaba solito le pedía a sus papas un hermanito y se lo traían, ¿le podemos pedir un hermanito a papa Noel o por mi cumpleaños? - el color de mi cara desaparecía por momentos

Era evidente que su madre y yo nos llevábamos fatal de por si como para traerle a Neithan un hermanito, que no es por negar lo evidente, Mia esta preciosa, se le ve más adulta pero preciosa como siempre y seria de estar totalmente ciego negarle cualquier cosa a ella con lo preciosa que es, pero todo lo que ha pasado es demasiado como para pasarlo por alto, tendríamos que hablar y mucho para que lo nuestro cogiese forma y camino otra vez. 

- ¿Te importa si hablamos fuera Nathaniel? - me dijo para mi sorpresa Mia

- Claro - me dirigi hacia mi pequeño que estaba en la cama mirando con atención la película que estaba proyectándose en el televisor. 

- Neithan ahora volvemos, ¿te quedas aquí tranquilo mirando la película? -

- Si papi - le di un beso en la frente y sali de la habitación seguido de su madre.

- Pues tu dirás - le dije para romper un poco el hielo.

- Mira Nathaniel, constantemente todo el mundo ha juzgado mi manera de actuar, y no digo que lo mismo no fuera la mas etica pero lo que si puedo decir es que lo hice pensando en mi hijo, en su futuro, en su vida, tu decidiste tener la vida que tienes y de la que seguro que disfrutas muchísimo pero yo no quiero eso para mi hijo, no quiero verlo con armas y en medio de guerras de droga. - Comenzamos a caminar por el largo pasillo del hospital 

- Yo siempre he querido más para el, una infancia normal, rodeada de juguetes, deportes, viajes... todo lo que le pudiese dar pero no así, cuando me entere de todo supe desde el primer momento que yo no podría estar tranquila contigo mientras quieren ir por mi hijo, tu heredero así que desapareci con el, porque lo que tenia claro es que lo quería vivo y fuera de todo eso. 

- Mi vida no es fácil, yo nunca quise formar parte de una mafia pero así me toco, desde pequeño me inculcaron esto y entiendo tu parte, pero entiende que esto no es solo matar gente también estamos hablando de que yo soy una persona de carne y hueso y que también merezco tener una vida medio normal, cuando te enteraste que estabas embarazada debería haber sido la primera persona en saberlo,  ¿sabes por que?, porque me habría desvivido por ese embarazo y por el hijo que crecía dentro tuya, porque me hubiese encantado haber estado en cada ecografia, en cada momento, haber estado acostados en una cama y haberte tocado la barriga hasta dormirme, haberle susurrado cosas a mi pequeño dentro de su madre, haber estado en el parto, haberte ayudado en todo y todo eso me lo quitaste por el simple echo del estilo de vida que tengo, pero eso no te pareció importar mucho cuando quisiste intentarlo conmigo ¿verdad?. 

- Reconozco que fui un gilipollas en su momento, pero esto yo no me lo merecía, y te empeñas en seguir apartándome de el, cuando sabes perfectamente que ya no lo voy a hacer, voy a permanecer en su vida, y en la tuya porque si algo también tengo claro es que yo nunca deje de quererte, de esperarte, nadie pudo remplazarte porque siempre fuiste tu. - ya llegados a este punto no iba a seguir guardándome todo esto. 

- ¿Que? - dijo tartamudeando.

- Que yo siempre te quise, y te espere, con los años madure pero eso que senti la primera vez sigue ahi, siguió ahi cuando estuvimos en la universidad y siguio ahi cuando te volvi a ver y sigue aquí y ahora. 

- Yo no se si podre... es decir siempre te he querido pero... - y no hubo mas peros, me acerque a ella y junte sus labios con los míos. 

Jodida espera.

Aunque el momento no duro tanto como me hubiese gustado. 

- ¿Son los padres de Nathaniel? - pregunto una enfermera, los dos asentimos.

- !Vengan ya¡, es urgente - y los dos seguimos a la enferma preocupados.

Enamorada de un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora