☽𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 2: 𝓔𝓵 𝓭𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓽𝓪𝓻☾ Parte II

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"Matalos a todos, Catherine. Hazlo antes de que te destruyan" pensamientos intrusos se devolvían en mi mente. Es algo que no puedo evitar pensar cada vez que recuerdo ese momento.


"Catherine, ¿has entendido lo que te he dicho?"


"Sí, madre" respondo, mirándola fijamente a los ojos. Ella tan sólo sonríe complacida. Al terminar de beber la raza de té, me levanto. Para dirigirme a mi habitación, lugar en el que me quedaría todo el día.


Cuando el sol estaba por esconderse, tiñiendo de naranja el cielo. Me levanto de mi cama dirigiéndome al vestiére.


"Está será tú noche. Todo el mundo caerá rendido a tus pies" decidida, eligo un vestido sin mangas, tiene un degradado de negro a rojo, este es ceñido en la parte superior ensalzando todos los detalles de mi cuerpo, y a medida que este se acerca al suelo se abre creando una cola.

Tiene ornamentos en forma de ramas espinosas, que se entrelazan formando un escote en forma de corazón, y van bajando hasta quedarse en unas débiles líneas. Asímismo, me colocó unos tacones aguja, de color negro. Lo más fascinante es que están hechos de cristal.Una vez que termino, me miro en el espejo, quedando completamente anonadada, con semejante belleza. El vestido que se ajusta perfectamente a mi cuerpo, mi cabellera blanca que cae sobre mis hombros. Mis grises ojos delineados con kohl resaltan, junto a mis labios color burdeos,sobre mi tez blanquecina.


Sin perder más tiempo salgo del vestiére. Una fría brisa entra por la ventana. "Estás tan hermosa, Catherine" dice una cálida voz "Hoy será el día en el que despiertes, querida" mire a todas parte buscando la procedencia de esa voz, sin embargo, ahí no veía a nadie.


"¿Quién eres?" pregunta la cual no obtuve respuesta. Mire una última vez la ventana, y salí de la habitación.


Fuera de la casa estaban dos carruajes dorados tirados por caballos blancos. Me acerque lentamente, al mismo tiempo que miraba a mi alrededor buscando esa familiar voz. "Señorita Catherine" agacha la cabeza un hombre de mediana edad. Ataviado con un traje negro. "Su madre ha ordenado que usted y el señorito Marlon vayan juntos, yo seré su chófer esta noche"


Asiento y le tiendo la mano, el hombre me sujeta con fuerza ayudándome a subir al carruaje. Asientos acolchados, llenos de todo tipo de pedrería, siendo la misma decoración la del techo. Unos minutos más tarde entra Marlon, con un traje azul marino con algunas líneas blancas, en el chaleco cuelga un pequeño reloj de oro. Su camisa de seda blanca parece camuflarse con su piel.


Sus rasgos afilados dejan ver la notable similitud con la de Orión, su misma nariz, mentón, Sin embargo, Marlon posee unos dorados ojos, junto a una rizada cabellera blanca, color que prevalece a todos los descendientes de los Heisenberng.


Tras varias horas de camino, llegamos a Montrose, también conocida como la ciudad del sol.

Tras varias horas de camino, llegamos a Montrose, también conocida como la ciudad del sol

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El Reino de las MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora