Prólogo

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Hacía mucho que ella se había imaginado en esta situación, llevaba temiendole al momento en el que llegara desde que aceptó ir a este pueblo marino. En su cabeza solo rezumbaban preguntas, recuerdos, inquietudes. Empezó a notar como el tren parecía ir más lento y el sudor frío le recorría la espalda, el tiempo parecía querer detener cada musculo de tu cuerpo para que no hubiera ningún margen de error, lo único que quería en ese momento era que todas las cosas de su cabeza desaparecieran y la dejaran disfrutar de aquel verano que, definitivamente, la hacía comenzar una nueva etapa en su vida. De repente sintió una palmada en el hombro.

- ¿Te encuentras bien? Parece que fueras a hacer el examen de tu vida.

-Si Giulia estoy bien, no te preocupes- Le respondió

-¿Acaso estás preocupada por algo?- Preguntó Luca.

- Es que no sé si podré encajar...-Dijo Alice, siendo lo único que se le ocurrió decir.

-Santo pecorino ni que fueramos a pescar a un megalodón- se rió Giulia- anda relájate.- Se dispuso a hacerle una especie de masaje en los hombros, tratando así de despejar de tensión en ellos, que hace un segundo había notado inmovibles.

- Ja, y menos mal, porque le daría tremenda paliza al megalodón- Respondió Alice, dejándose llevar por la respiración que le entraba nuevamente en los pulmones.

- Pero estoy segura que no lo harías mejor que yo, en el pueblo me llaman "La temible cazadora de peces"- Siguió Giulia- no podrías igualarme ni en un millón de años.

-Oye Alice- Intervino Luca, aún preocupado por la cara de preocupación que Alice había tenido desde que se montaron en el tren- si es por Alberto no te preocupes, seguro que le caes muy bien, se dará cuenta de lo buena amiga que eres.

-Oh ya vamos a oír a nuestro Luca hablar de su majestuoso Alberto- Dijo Giulia.

Luca la miró con un gesto sarcástico de arriba a abajo.

-Tu seguirás siendo mi surfista número uno Giulia.

-Pff, a mi hermano solo le dieron el puesto porque es para lo único que sirve- Dijo mientras miraba a Alice- siempre está en la costa postureandose tal que así- Comentaba mientras hacía poses imitando a Alberto.

Todos se rieron, de repente Alice sintió como un gran peso se le quitaba de encima, de alguna manera sentía que aquel viaje era una preparación de lo que le esperaba los siguientes 2 meses y medio. Se incorporó de nuevo adaptando una nueva toma de consciencia, mirando a Luca esta vez.

-Gracias Luca, espero que nos llevemos bien la verdad, estoy deseando pasar este verano con vosotros.

- ¡Esa es la actitud!- Exclamó Giulia- Se acabaron los exámenes por fin chicos, es lo que hemos estado esperando tanto, asique es el momento de que nos relajemos y disfrutemos el verano- Señalando a Alice- y no quiero ver más caras largas eeehh.

-¡Exacto! Te va a encantar el pueblo y les caeras muy bien a todos, además en todo momento estaremos Giulia y yo por si nos necesitas.- Dijo Luca mientras ponía su mano sobre la rodilla de Alice.

- Gracias chicos de verdad, estoy muy agradecida de que me hayais invitado.

- ¡Bah! No tienes que darlas, no podíamos pasar este verano sin ti- Observó Luca.

-Luca tiene razón, no podíamos irnos y dejarte toda solita, ¿qué habrías hecho sin nosotros, ahí toda desamparada, echándonos de menos, rogando que volviéramos cuanto antes?

- ¡Si hombre! Yo solo me pondría así por Timothée Chamalet.

- Ese cara pan no tiene nada que envidiar de nosotros- Se burló Giulia.

- Si le dices otra vez cara pan te asfixio con la almohada por la noche- Respondió Alice mirándola como un jefe de la mafia.

- Ya ya seguro, todavía te dejo en el suelo durmiendo con Machiavelli.

-La acogemos yo y Alberto a "la casa del árbol" entonces- Dijo Luca cruzándose de brazos, mientras miraba con una sonrisa retante a Giulia.

Giulia miró a Luca y después a Alice, que se encontraba riéndose internamente.

-Esto ya es un complot contra mí eh, encima de que os presto mi hogar- Hizo Giulia una mueca de sufrimiento.

-Es verdad, pobre humana desamparada humilde e incomprendida- Se acercó Luca acariciándole dramáticamente el brazo.

-Lo sé, soy un alma en pena.

Luca se echó a reir, a lo que se unió Alice sin poder aguantar más las lagrimas de la risa, y posteriormente Giulia tampoco. De repente, se percataron de que solo quedaban 10 minutos para llegar a su destino, entonces Luca gritó.

-¡Vamos chicas!¡Va a ser el mejor verano de toda nuestra vida!

-¡Sí! Va a ser inolvidable.-Afirmó Giulia. Entonces Alice se sumó y dijo

-¡Tenéis razón! Vamos a recordar este verano como "El verano".

- Claro claro, como en tus novelas policiacas...-Se rió Giulia.

-SHH, chitón, no te interpongas en medio del aprendizaje de una futura detective.-Ordenó Alice con una sonrisa burlesca.

Y el tren siguió su destino mientras Luca, Giulia y Alice, porque, al fin y al cabo, son solo 4 amigos, en un pueblo de Italia, a punto de vivir un verano tranquilo típico de adolescentes, ¿no?

La memoria del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora