Cap.33

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El sol comenzaba a ponerse, bañando el palacio con una luz dorada que reflejaba en los vitrales, creando un ambiente casi mágico. Harry después de regresar del lago con su pequeño August había estado muy serio y pensativo por lo que ahora se encontraba caminando  por los pasillos con paso decidido pero con el corazón latiendo a mil por hora. Era momento de hablar con Louis, de sincerarse y de enmendar lo que la distancia emocional había erosionado entre ellos en los últimos años, sobretodo de perderle perdón por todo lo que sabe que había hecho, por que si, Harry sabia que muchas veces había puesto el reino de Aldoria antes que su propia familia, y lo peor es que mucho de todo ese poder no le pertenecía a el ya que el era el rey consorte ya que el rey del reino de Louis, y muchas veces el sentía o creía que el era el que podía tomar cualquier decisión sin preguntarle a Louis, lo que causo muchos problemas y un poco de distanciamiento entre ellos.  A pesar de que seguían casados, la cercanía y la complicidad que alguna vez compartieron se había desvanecido poco a poco.

Harry llegó a la puerta de la biblioteca, el lugar favorito de Louis para relajarse y perderse en sus libros, ese lugar que muchas veces le recordaba a su infancia y recordaba como es que sus padres el rey adrián y la reina Violet pasaban horas y horas contándoles a los tres pequeños, Louis por una parte siempre se mantenía escuchando y mirando atento los cuentos de sus padres, Isaac por otro lado siempre imaginaba sobre los cuentos y Emily siempre soñaba despierta sobre encontrar a su príncipe azul, siempre Louis vio la biblioteca como un lugar seguro por lo que por eso se encontraba en aquel lugar, Harry tomó una profunda respiración y tocó suavemente antes de abrir la puerta. Louis estaba sentado en un sillón, un libro en sus manos, pero sus ojos se levantaron inmediatamente al escuchar a Harry entrar.

—Hola, Louis, mi amor —dijo Harry con una sonrisa tímida.

—Harry, ¿todo bien? —preguntó Louis, cerrando el libro y dejándolo a un lado. Había una mezcla de preocupación y curiosidad en su mirada.

Harry se acercó y se sentó en el sillón frente a él. Por un momento, se quedó en silencio, observando a Louis, notando los pequeños detalles que había dejado de apreciar. El brillo en sus ojos, esos ojos que lo hipnotizaron en el primer momento de su encuentro, esos ojos que siempre soño que uno de sus pequeños los llevara ya que sin duda serian los ojos más lindos que podía ver en su vida, la suavidad de su expresión que con solo una sonrisa o risa podía sentir que moría cuando iban dirigidos a él , incluso la forma en que sus manos descansaban en su regazo.

—He estado pensando mucho últimamente —comenzó Harry, rompiendo finalmente el silencio—. Sobre nosotros, sobre nuestra familia, sobre todo lo que hemos pasado.

Louis asintió, sin interrumpirlo, dándole el espacio para expresar lo que tenía en su corazón.

—Sé que en los últimos años me he distanciado —continuó Harry—. Las responsabilidades, las crisis... me he dejado consumir por todo eso y he descuidado lo más importante: tú y nuestros hijos, sobre todo los niños, me he alejado mucho de ellos, aunque con August he salido mucho y cada mes tengo salida con él, pero con Henry y Wille, con mis pequeños me he alejado mucho, siento que a los pobres los he dejado siempre de lado o en el caso de Wille siento que estoy muy alejado, quiero recuperar ese amor y ese cariño de mi pequeño, de mis pequeños, necesito ser otra vez ese papá superhéroe que era de ellos, quiero que me tengan esa confianza que a ti te tienen, esas risas y ese amor que te tienen y que muchas veces me he dado cuenta que muchas veces se quedan callados cuando están contando algo, ni siquiera me han contando muchas veces si les gusta un chico o una chica del instituto, ¡ SABIAS QUE A AUGUST LE GUSTA UN CHICO,PERO A SU VEZ UNA CHICA, YO NO SABIA ESO! —dice Harry sintiendo lagrimas salir por sus ojos.

Louis respiró hondo, como si hubiera estado esperando este momento desde hacía mucho tiempo. No dijo nada, permitiendo que Harry siguiera hablando.

—Quiero pedirte perdón, Louis. Por cada momento en que te hice sentir solo, por cada vez que me ausenté emocionalmente. Lo siento de verdad —la voz de Harry se quebró un poco, pero se recompuso rápidamente—. Te prometo que eso va a cambiar. Voy a poner a nuestra familia primero. No más excusas, no más distracciones, prometo ser ese esposo que te prometí el día que nos casamos, ese chico que te prometio bajo las estrellas, prometo ser ese amor de tu vida  y prometo ser siempre ese esposo completamente perfecto pero a su vez imperfecto para ti, también prometo ser ese padre que nuestros pequeños se merecen.

The song of the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora