❝Solo el amor pudo haberme salvado, pero, como siempre, yo no puedo amar ni mucho menos, aceptar que me amen.❞
El amor, un oasis en el desierto de su alma, un espejismo que se desvanece al amanecer. Anhela ser amado, más no sabe amar, un prisionero...
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❝Solo el amor pudo haberme salvado, pero, como siempre, yo no puedo amar ni mucho menos, aceptar que me amen. ❞
— Por: Alejandra Pizarnik.
El amor, un oasis en el desierto de su alma, un espejismo que se desvanece al amanecer. Anhela ser amado, más no sabe amar, un prisionero de sus propias barreras.
En el vaivén de sus anhelos, un espejismo se dibuja, Un oasis de cariño donde su alma se refugia. Sueña con un amor puro, bálsamo para su herida, Un refugio donde su esencia encuentre acogida.
Pero sus manos, vacías, no saben dar ni recibir, Prisionero de sus miedos, solo sabe sufrir. Las palabras se ahogan en su garganta reseca, Y el silencio se convierte en su única respuesta.
En la bruma de su mente, una imagen se perfila, Un ser de luz que su oscuridad apacigua. Una alma gemela, un faro en la tormenta, Un amor recíproco que su pena sustenta.
Mas el espejismo se desvanece con la aurora, Y la realidad lo golpea con cruda desolación. Se mira en el espejo, y solo ve un reflejo vacío, Un alma enjaulada en un cuerpo sin brío.
Llora en silencio, lágrimas que nadie ve, Un dolor profundo que su corazón no deja de doler. Anhela escapar de su prisión invisible, Y encontrar la redención en un amor posible.
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