Los cantos llegaron, obligándola a sangrar miel, tan brillante como deliciosa.
En su perfecto cutis, una sonrisa se marcó, pues escuchar a los pájaros cantar, era uno de sus pocos placeres.
La sonrisa se apagó y lo efímero la atacó.
Sus párpados fueron abriéndose poco a poco y, sus muñecas tocaron.
Sentir el algodón la hizo sentir, añorar.
Sin embargo, no había forma de catalogarlo o describirlo.
Pero, ella se sintió en casa.
En segundos el ardor se deshizo.
Pues.
A ella llegó.
Su nariz.
Gritó.-Buenos días señorita-Una mujer vestida de camarera saludó.
La clienta palideció.
Derritiéndose en júbilo.
Pues, aquella voz... ¿había algo mejor para ella?Tal vez sí.
-¡UKINA!-Gritó levantándose de su mesa.
Alertando.
Trayendo la atención de la clientela, tanto fue su chillido que los únicos libres, se marcharon.
-Kyomi...-El regaño no detuvo su euforia, pues en el repentino abrazo, ahora, sus cuerpos se pegaron.
-¡¿Cómo está?! ¿¡La trajiste!?-Empezaba a dar pequeños saltitos de la emoción.
Ukina no podía despegar sus verdes de los de Kyomi.
Kyomi no podía despegar sus verdes de los de Ukina.
-No podía, esta con su padre en casa-
-Aaaaaaah-Grito para ella, perdiendo fuerza por cada vocal-Quiero verla-
Ukina nunca había visto tal brillo en sus ojos, tal cosa estrujó su pecho, obligándola a llorar.No obstante, no hubo lágrimas.
-T-tú, ¿Estás bien?-Ukina, a quien sus mechones rubios relucían por el brillante sol.Siendo incluso semejantes.
Sonrió.
-Sí, el parto fue bien-
-Pero, te hubieses tomado libre por maternidad-
-Quería venir-
-Serás...-
-Siéntate-
-El mismo de siempre-Respondió-Me quedare hasta que acabe tu turno-
-Faltan 6 horas-
-Aura me aguantará no te preocupes-Dijo subiendo su grisáceo maletín a su lado, mientras a lo lejos, una mujer de oscuros mechones salía del baño, viéndolas desde lo lejos.
-Kyomi-Ella continúo viendo el gris, tanto, que la aludida se enteró-E-ella, uno de sus ojos-
-¿Qué con eso? Seguro que saco tus ojazos-
-Kyomi-Su tono se volvió serio, y la superior de la chica se acercaba.
-Si...-La clase Especial Kiyoko Aura se sentó frente a Kyomi.
-Eto se verá hermosa con tus ojos-Una vez más, cantos.
Tan fuertes que sus ojos cayeron.
Como festín para ellos.
Queriendo ver, se agachó, dejando el ramo a sus pies.
El cuál, disperso cayó pues, el temblor de su brazo, era incontrolable.
Trato de respirar, sin embargo, parecía que sus bronquios habían sido arrancados.
Con esfuerzo intento acomodarlas.
Y, con los cuervos chillando, sus ojos por fin vieron, pues el mar había caído.
Leyendo una vez más.
Su corazón tallado en piedra.
-Lo siento...-Susurró.Y sin dudar, sus ojos, se dirigieron a sus muñecas las cuales, permanecían vendadas, solo sus dedos se miraban.
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Mi Querido Perdido (Una historia de Takatsuki Sen)
FanficEsa vez, mientras me aseguraba que nadie me notara (ni siquiera el padre) en secreto y en silencio escribí el resumen. Uno solo puede destruir cosa que no puede cambiar. Esto es así para mi, una persona que dejó en el útero todo lo que necesitaba. ...