—¡Ábreme la puerta! —la furiosa voz de mi hermano llega imponente a través de la puerta de mi habitación.
Reprimo las infinitas ganas que tengo de estrellar su cabeza contra la pared más cercana y niego un poco inspirando y exhalando de la misma manera en la que he visto cientos de veces que hacen el espantoso programa de chismes que suele ver mamá los fines de semana cuando está en casa.
Supuestamente esto debería ayudarme a relajarme, pero todo lo que hace es ponerme más nerviosa que antes cuando mi gemelo malvado comienza a golpearla como si estuviese desesperado.
—¡No voy a abrir la maldita puerta! —le grito acercándome un poco.
—¡Tienes que escucharme! —me dice furiosamente.
—¡¿Escucharte?! ¡¿De verdad crees que tengo ganas de seguir escuchando las estupideces que dices?! —digo acercándome todavía más.
—¡Yebin! —tiro del pomo de la puerta y en el acto, su cuerpo cae a mis pies con un ruido sordo. Jungwon me observa a través de sus pestañas y, aunque me quiero reír, me limito a contemplarlo llena de rabia para tratar de hacerlo entender que lo que él me diga me vale un cacahuate.
—¡¿Yebin qué?! ¿Te das cuenta de las estupideces que me estás diciendo, Jungwon? ¡Eres el idiota más grande de la historia! —me quejo mientras él se pone de pie lentamente con una pequeña mueca de dolor instalada en los labios. Mi lado amable, ese de hermana gemela buena onda, me dice que le pregunte cómo se encuentra, sin embargo, mi cerebro está trabajando tan de prisa tratando de procesar todo que lo que menos me interesa en este preciso momento es hacerle caso a mi maldito lado amable. ¡Que le duela por imbécil! —Sólo a ti se te puede ocurrir decirme que tengo que terminar con mi novio únicamente para que la bola de idiotas que tienes por compañeros de equipo dejen de fastidiarte—resoplo indignada.
—¿Es que no lo entiendes? Toda la jodida universidad piensa que si estoy dentro del maldito equipo de americano es sólo porque mi tonta hermana es la novia de Sunghoon, el capitán del equipo. ¡Nadie cree que de verdad sea lo suficientemente bueno como para haber entrado al equipo por mí mismo!
—¿Y por qué los escuchas en primer lugar? —vuelvo a preguntar todavía más ofendida que antes.
Golpéalo, Yebin. Hazlo hasta que olvide su nombre y las idioteces que está diciéndote. Me animo mentalmente, pero como la buena hermana gemela que soy, reprimo mis ganas.
—¿Cómo no escucharlos? ¡Es toda la maldita universidad! —dice cruzando sus brazos por encima de su pecho.
—¡Pues entonces toda la maldita universidad no vale la pena, Jungwon! Si las personas que te rodean no son capaces de creer en ti y las cosas que tú haces, significa entonces que no valen la pena, que no son dignas de ti. —hago una pausa y nuestros ojos idénticos se conectan—No hagas caso de los malos comentarios porque de esos siempre vas a tener, enfócate en los buenos y demuéstrales con hechos que están totalmente equivocados...con hechos, no con palabras—digo rompiendo nuestro contacto visual.
—Para ti es muy fácil, ¿no? —me pregunta en medio de una risita irónica. —Eres una chica a la que no le importa nada, no tiene metas ni ambiciones y...—se queda callado apenas nota que mis ojos se han vuelto a posar en él, pero esta vez la mirada determinada ha desaparecido por completo. Entorna sus ojos y yo vuelvo a apartar la mirada.
—Y saca de tu vida a las personas que no confían en ti...—recito dando un paso al frente para poder acercarme de nuevo hasta la puerta de mi habitación—pensé que eso de ser gemelos era algo lindo, que podíamos entendernos a la perfección el uno al otro, pero claramente me acabo de dar cuenta que no, no sabes nada de mi...vete de mi cuarto, Jungwon.
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TEN REASONS FOR NOT LOVING YOU || PARK SUNGHOON
FanficNo choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Christian Yu y con el rostro de Lee Jong Suk. No. Mi enemiga número uno no suele ser la animadora de sonrisa diabólica que se cree la Barbie del colegio con un sequito de...