Capítulo 7: La Profecía

180 6 0
                                    

El 2023 amanece en la sala presidencial, donde el tirano de bigote recibe a Adel, enviado por la audaz Yara.

Adel coloca un documento sobre el escritorio, y el tirano, con una sonrisa irónica, pregunta:

¿Es este el anuncio que debo hacer?

"Efectivamente," responde Adel. "Es la liberación de Oscar."

El tirano (suelta una carcajada) ¡Liberar a Oscar! ¡Vaya, han tardado mucho! Pobre hombre... no quisiera estar en su lugar.

Adel, Toma un crucifijo del escritorio y lo coloca frente al tirano.

Y ahora, imploras por tu alma? Después de todo lo que has hecho. ¡Mírate! ¡Qué patético eres!... Es en tu lugar que nadie quisiera estar...


En las entrañas del Helicoide:

Oscar, consumido por la oscuridad de su celda, recibe una visita inesperada: El padre de Rondón.

Oscar con semblante serio y voz áspera, lanza la primera estocada: 

¿Y a qué debo esta... ilustre visita, señor diputado? Pensé que los de su calaña no se rebajaban a pisar este antro repugnante.

Padre de RaynerJajajajaja, ¿ya no me llamas amigo, Oscar? Antes sí lo hacías, ¿no es verdad? De hecho, es como amigo que vengo a darte... buenas noticias.

Oscar: Buenas noticias, ¿dice? De tu boca, señor diputado, poco bueno puedo esperar.

Padre de RaynerEl presidente anunciará tu liberación próximamente. ¿No te alegras? Al fin podrás volver a ver a tu hijo...Aunque. . .

Su voz se apaga en un suspenso cruel.

Oscar: Aunque... ¿qué?, pregunta con recelo, presintiendo el veneno en las palabras del diputado.

Padre de Rayner se comienza a retirar con una sonrisa sarcástica, susurrando: Te sugiero que disfrutes al máximo de ese reencuentro con tu hijo, Oscar. Porque la vida... es tan corta.

Y con esa última frase, envuelta en una nube de sarcasmo, abandona la celda, dejando a Oscar sumido en una mezcla de confusión y temor.

Tras la visita del padre de Rayner, Oscar quedó sumido en una ola de furia contenida. Las palabras cargadas de veneno del diputado habían calado hondo en su alma, avivando el rencor hacia el régimen opresor. D e repente, los guardias irrumpieron en su celda, con la orden de prepararse para su inminente aparición en televisión junto al presidente.

 D e repente, los guardias irrumpieron en su celda, con la orden de prepararse para su inminente aparición en televisión junto al presidente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Principe de VenezuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora