cortos sladin

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Clasificación: M por temas de sexo en un callejón
Género: Angst/Slash/Drama
Pareja: ¡Sladin, el peludo Sladin!
Resumen: Una vieja foto le recuerda a Robin algunos buenos viejos tiempos, así como algunos malos. Menos mal que al final hay alguien ahí para consolarlo, y ese alguien siempre estará ahí para él, ambos lo saben.

Fotografía
Robin sonrió al ver el marco que tenía en la mano; recordaba mucho esa época. Detrás del cristal del marco había una única foto de los Jóvenes Titanes. Fue tomada cuando él todavía era miembro, cuando era su líder. Pero ya no lo era; no era su líder; no formaba parte de su equipo; no era un héroe.

Recordó el evento que había tenido lugar antes de que se tomara la foto. Acababan de derrotar a su primer villano como equipo real. Habían detenido un robo a un banco, lo habían detenido juntos.

Se veían muy felices en la foto. Chico Bestia estaba en la espalda de Cyborg y hacía un signo de paz mientras el mitad hombre, mitad máquina se reía y colocaba una mano sobre el hombro de Raven. Su capucha estaba levantada, pero había un brillo feliz en sus ojos. Luego estaba él; en el centro y mostraba una sonrisa brillante mientras levantaba un pulgar hacia arriba. Peor aún, allí estaba ella ; Starfire. Tenía sus brazos alrededor de su hombro y una amplia y feliz sonrisa mientras reía todo el tiempo.

Todos parecían muy felices. Deseaba haberlos visto así una vez más, pero, por desgracia, la última vez que los había visto no estaban nada felices. Finalmente les había dicho cómo se sentía y les había comunicado su elección.

Chico Bestia estaba disgustado y lo fulminó con la mirada. Cyborg se había sentido tan decepcionado que le había dado la espalda. Raven no lo miró a los ojos. Entonces Starfire lloró. Lloró y salió corriendo de la habitación. Cyborg había sido quien le había dicho que se fuera. Le había dicho que "simplemente se fuera". Así lo hizo Robin.

—Robin —unas manos grandes se deslizaron por sus hombros y sintió que lo atraían hacia un abrazo reconfortante—. Olvídalos, Robin. Ya no les importas. Nunca se preocuparon por ti, no como yo.

—Lo sé —Robin dejó caer el marco al suelo y vio cómo el cristal se hacía añicos. No le importaban, ¿por qué deberían hacerlo? No lo habían aceptado a él ni a sus decisiones, todos habían querido no volver a verlo nunca más; ya no eran sus amigos.

-Te amo Robin.- Un cálido beso le fue plantado en la frente.

"Yo también te amo Slade."