⚠️Favor de señalar si hay nombres diferentes, como Thomas o Noah⚠️
Cualquier persona normal sentiría miedo, un miedo que paralizaría su cuerpo, aprisionaría su pecho impidiéndole respirar y hablar. Al parecer, yo no soy una persona normal, la intriga ha llevado mi instinto de supervivencia muy lejos, dejándome como alguien incapaz de huir del peligro. No me atemoriza, me atrae, me envenena dejando una satisfecha sensación de adrenalina y excitación. Minho no me convirtió en un monstruo, liberó mi verdadero ser, se alimentó de mi razón tal como yo me alimentaría de él.Hay sangre en mi ropa, pero no es mía. Changbin lloraba en mis brazos mientras me repetía que corriera y llamara a la policía, pero solo podía pensar en el sabor de su sangre. Podría ser dulce o amarga, tal vez con un toque a hierbas, le encantaba tomar infusiones. Grabé en mi mente los detalles de su rostro, las lágrimas recorriendo su mejilla, el temblor de sus labios y, sobre todo, la expresión de horror al abrirle el estómago con su cuchillo de caza. Su piel oliva palideció al instante. Le susurré al oído lo que había guardado por tanto tiempo.
“Te odio, eres un ser despreciable que debió morir mucho antes. Nunca podré olvidar tus golpes y el hierro caliente quemando mi piel”.
Mi dilema era decidir si dejarlo morir lentamente o acabar con su sufrimiento. Por un instante sentí compasión por él, pero luego rechacé ese sentimiento. Sabía que Minho no habría mostrado piedad. Finalmente, salí de la habitación después de despedirme apropiadamente de Changbin. Le di un beso en la frente y le corté el dedo donde estaba su anillo de matrimonio, un trofeo por su muerte.
La luz de la luna iluminaba el pasillo mientras caminaba por la casa. Éramos solo tres personas viviendo allí: mi madre, su esposo Changbin y yo. Pronto ninguno de nosotros estaría en ese lugar. Mis dedos recorrían las paredes, aún podía ver las marcas de la pelea entre Changbin y Minho en el pasillo, con cuadros tirados y restos de sangre en las paredes. Fue una pelea feroz; Changbin solía ejercitarse regularmente para mantenerse en forma, mientras que Minho solo corría detrás del camión de helados, al menos eso era lo último que había visto de él. Había algo que Changbin carecía: sed de sangre. Minho tenía la inteligencia necesaria para cortar la garganta de un hombre el doble de grande que él, arrastrar su cuerpo hasta una bañera, extraerle el hígado y el corazón antes de que se pusiera rígido.
Lo sabía bien, él me pidió que mirara, tomó mi mano y me hizo sujetar su corazón. Lo recuerdo claramente, la sangre, el olor a carne muy diferente a la del ganado, estaba asustado y fascinado al mismo tiempo. Antes de que lo odiara, antes de que deseara arrancarle el corazón aún latiendo para saborear su dulzura. Todavía puedo revivir el maldito día en que se presentó en mi puerta con su encantadora sonrisa, sus gafas resaltaban sus ojos avellana y su cabello castaño estaba revuelto por el viento.
—Hola, me llamo Lee Minho, soy tu nuevo vecino —Caí de inmediato con el sonido de su voz.
Las escaleras estaban marcadas con sus huellas, su sangre olía diferente a la de los demás, me provocaba sed, así supe que al menos no estaba herido. La primera vez que me hizo probar sangre fue la del perro de la familia Loan, era repugnante, no pude tragarla y la escupí en el pasto. Su reacción fue de diversión, se palmeó la espalda y me prometió que me acostumbraría. Nunca lo hice, prefería mil veces beber la sangre de las personas antes que la de los animales. Lo difícil era conseguirla, matarlos era un proceso que realizaba con sumo cuidado.
Me encontraba en la sala, con la chimenea encendida y un silencio inquietante. Mi madre estaba presente, pero en realidad no me importaba mucho. Nuestra conexión nunca fue la típica de madre e hijo, siempre me sentí como una carga para ella desde el día en que decidieron no abortarme, fruto de una noche sin control. A pesar de todo, la amé a mi manera, pero ella siempre rechazó mi amor. Finalmente, me rendí y llegó Minho para liberarme. Sin embargo, él no era más que un mentiroso. Se aseguró de que solo me fijara en él, me apartó de la realidad, me hizo desearlo y adorarlo, para luego desaparecer, dejándome con el peso de todo lo que hicimos juntos.
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Kalmia
FanfictionLa Kalmia es una flor hermosa pero peligrosa, y para Minho, Jisung era como esa flor. Aunque estaba un poco deteriorado, seguía siendo tan bello como el día en que llegó a su vida y se convirtió en su perdición. *Contenido sensible.