DOLOR

50 4 2
                                    

                   

PUNTO DE VISTA DE EUGENE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PUNTO DE VISTA DE EUGENE.

Observé en silencio mientras el médico le comunicaba la  triste noticia a Ethan. Le ayudé a tomar asiento cuando colapsó. Mi mente empezó a rememorar cada instante, y me sentí impotente ante la tragedia. Ethan era como un hijo, y ver como su realidad añorada se desvanecía, era doloroso...

Sentí una profunda tristeza y culpa por los acontecimientos, mientras lo veía palidecer. Por más que lo intenté, todo se salió de control y sucedió lo peor que se suponía debía evitar.

Después de llamar a la amiga de April para comunicarle que ella estaba en el hospital y que su condición era estable me encaminé hacia el pasillo, mientras me dirigía hacia la sala de espera, donde suponía que Ethan estaría aún sentado, pero ya no estaba allí.

El temor embargó mi corazón. Sabía que Ethan amaba profundamente a April, e incluso en un momento tan breve, se había enamorado de su bebé. La pérdida que él debía sentir era intolerable.

"¿Dónde está?" pensé. Mis ojos empezaron a escudriñar los pasillos del hospital en busca de Ethan. Temía lo peor. No tenía duda, él se había ido.

Le pedí a Logan Miller quien también yacía en un rincón con la ropa salpicada de sangre y consternado, que se quedará en el hospital junto a los escoltas para cuidar de April y vigilar el lugar, a lo cuál accedió totalmente ido de la situación. Así que me tocó encargarle a los escoltas que también lo vigilasen a él.

El aire fuera era frío y húmedo cuando salí del hospital. Preocupado, recorrí algunas de las calles alrededor buscando algún rastro de Ethan.

Las luces de los faroles proyectaban una cascada de luz temblorosa, haciendo parecer que las sombras eran disueltas en el atardecer.

De pronto recibí una llamada de Jeannette hablando desesperada y apresuradamente...

—¡Eugene, Ethan está fuera de control! ¡Está destruyéndolo todo!—gritó, con la voz llena de pánico.—¡Debes venir al departamento!

—Me encuentro en camino.—dije intentando calmarla.—Estoy allí enseguida.—aceleré el auto queriendo aparecer en el departamento en un segundo.

Cuando llegué no creí lo que veía, Jeannette lloraba desconsoladamente y le pedí salir. En el lugar parecía que había pasado un huracán, la escena era cualquier cosa menos predecible. Los adornos de la cocina estaban destruidos, los cristales rotos, y una pesada oleada de agua de las cañerías destrozadas nos rodeaba hasta los tobillos. El comedor y la sala de estar parecían que hubiesen sido embestidas por un toro furioso.

Cuando lo alcancé en la habitación, éste estaba de pie, su respiración pesada y llena de rabia, como si el aire se escapara de su cuerpo. Tenía el torso desnudo, su piel cubierta de marcas y las manos manchadas de sangre seca. Era demasiado impactante para mirar.

Ethan había destruido todo cuanto encontró a su paso. La cama, despedazada y rota, se había convertido en una estructura abierta en dos, su colchón estaba despedazado y lleno de agujeros. Los espejos también habían sido destruidos, sus pedazos brillantes y mortales en el suelo como fragmentos de un recuerdo.

Y cuando comenzó a darle con un bate el mismo destino a la cómoda junto a la cama, me fui sobre él sosteniéndolo fuerte Ethan forcejeó contra mi, sus músculos se mantenían en tensión mientras empujaba en vano.

—¡Suéltame! ¡Suéltame!—gritó con una voz casi inaudible por el dolor que la había deformado.

Pero no retrocedí ni un paso. Tenía sus muñecas aferradas con fuerza y me agaché para evitar los golpes.

—¡Déjame sacar este dolor porque va a matarme, Eugene!—sollozo con angustia.

—¡Ethan, espera! ¡Escúchame!—dije firmemente conteniendolo con mi cuerpo en alerta mientras lo mantenía a raya.—¡Déjame ayudarte! ¡Tus golpes no harán que esto se sienta mejor!

Pero seguía forcejeando, con una fuerza ciega y desesperada.

—¡Qué me sueltes joder! ¡Suéltame!—siguió gritando.
Lo abracé más fuerte, poniendo todo mi peso en su cuerpo para impedir que continuara con su destrucción. Entonces gritó, casi insensible...

—¡Déjame! ¡Ya no hay nada más para mí!

—¡Basta Ethan, basta! El bebé no lo logró , pero ella sí... ¡Ella te necesita!

Al escuchar mis palabras, su cuerpo se estremeció y comenzó a temblar, como si el llanto que tenía atrapado finalmente hubiera explotado en su interior. La respiración de Ethan se convirtió en sollozos y finalmente sus brazos se relajaron y se dejó caer, con el cuerpo contra mi pecho.

—Era mi hijo, Eugene y no fui capaz de protegerlos a ninguno de los dos...

Respiré profundo, sintiendo la pena aflorar en su interior. Mantuve mi abrazo seguro, pero mi corazón se había roto al escuchar sus palabras.

—No fue tu culpa.—mis manos trataban de ofrecer algo de consuelo a través del toque.—No pudiste haber hecho nada para evitar esto. Tu amor por ellos sigue siendo incondicional. April lo sabe...

—April...—dijo amargamente.—Mi hijo murió en manos de ese maldito, me lo arrebató y April... April no fue capaz de decirme que estaban en peligro.—su tono de voz se volvió más aspero con cada palabra.—¡Pudo haberme dicho algo! ¡Pudo hacerlo pero escogió el silencio!

No lo solté y miré fijamente hacia arriba, buscando las palabras adecuadas.

—Tus sentimientos son completamente válidos.—continúe.—Pero también creo que ella estaba aterrada. Ethan, no hay forma de que pudiera haber sabido esto.—añadí queriendo que entrase en razón.—Sé que estás dolido, y eso es natural. ¡Pero ella todavía está viva! ¡Y sigue necesitándote!

—No puedo Eugene...—era la segunda vez en la vida que lo veía llorar.—Estoy jodido. Todo está jodido...

Se sacudió de mis brazos levantándose, tomó el bate yendo hacía otra habitación y luego de unos segundos en silencio, comenzó a destruir cosas de nuevo, resonó el estallido de unas notas deformándose con cada golpe y supe que hacía añicos el piano. El departamento se llenó de una sensación opresiva, como si los muros mismos estuvieran llorando en cada golpe, como si la música misma estuviese siendo violentada.

Con temor y culpa, saqué el teléfono y comencé a buscar el número de Nicholas, sabía que tal vez siguiese de luna de miel pero probablemente fuese el único capaz de traer a Ethan de regreso a la realidad...

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora