BLOOD PROMISES © [Aemond Targaryen]

⠀𝟔: deseos privado

. . chapter six. .
'DESEOS PRIVADO'

ALYSSA NO PODÍA CREER LO QUE había sucedido, peor aún; no podía creer que había dejado que Aegon la besara libremente. Jamás le había ocurrido alguna situación similar, y aún no había tenido tiempo de procesarlo, pero de algo estaba segura; sentía asco.

Dejó esos pensamientos a un lado cuando se percató de lo que parecían ser unos trapos sobre la mesa junto a ella también había un trozo de papel, fue lo último lo que agarró primero.

"Si deseas evitar que la corte hable de tí en las últimas semanas, viste esto o ni siquiera mis declaraciones podrían salvarte de ellos. Por cierto, si aparta el cuadro que tienes en tu habitación encontrarás una puerta que te será de ayuda"

Alyssa arqueó las cejas confundida y tras ello dejó aquel trozo de papel y levantó aquellas prendas que parecían de tela de pobres por su aspecto, las dejó a un lado y con mayor curiosidad se dirigió hasta donde había un cuadro algo grande que decoraba aquella simple habitación sin gracia.

Lo movió con cuidado y lo dejó sobre el suelo, cuando volvió a mirar donde antes estaba el cuadro, pudo apreciar mucho mejor como una especie de puerta casi camuflada, sus manos empujaron con curiosidad para comprobar si se abría, y lo hizo.

Quedó intrigada por saber donde podría llevarla aquel camino oculto, volteó nuevamente hacia aquella ropa que podía hacerla pasar por desapercibido en las calles, tenía claro lo que iba a hacer y con quien, para ese momento el asunto con Aegon se le había esfumado de la mente.

En cuestión de minutos se encontraba ya completamente vestida, se observó en el espejo que tenía delante sin poder creer lo irreconocible que podía hacerle unos trapos viejos, subió la capucha para tapar sus cabellos que la caracterizaban como Targaryen y se apresuró a salir por la puerta oculta.

El lugar tenía una escaleras que no sabía hacia dónde conducían debido a la poca iluminación que había, el lugar era notablemente solitario y solo se apreciaba la frescura del aire conforme Alyssa bajaba las escaleras hasta llegar a la última. Finalmente cuando salió, se encontraba frente al santuario y la gran cabeza de Balerion, la cual contempló en una vista rápida hasta que vio la figura de Aemond apoyado sobre una columna.