30:Brillan por que tu los portas.

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-No es cierto, tú los haces destacar, ellos brillan porque tú los portas.

-Sabes, nunca pensé decir esto pero espero no obtener tantos diamantes.

-Tranquila, me voy a portar bien.

Kiros me abrazo mientras que yo solo me deje, estaba sujetando mi toalla aun, sus brazos se enredaron en mi cintura proporcionándome su calor, su temperatura corporal de verdad destacaba a comparación de la mía, sentí como Kiros me daba una nalgada y se separada de mi.

-Es abrasarme, no manosearme.

-Para mí es lo mismo- se fue todo contento por los pasillos, de verdad que aquí nadie aprende, ni si quiera yo.

Fui a su armario a ver que conseguía pues no quería salir en toalla por la casa y que alguien del servicio me viera, al entrar me tope con una gran cantidad de ropa que ocupaba la mitad del closet ¡Mierda! ¿Por qué putas tiene tanta ropa de mujer? Y la mayoría estaba en mi talla, que nivel de acoso es este que nadie me informo.

...

Conversar con Sirius en la tranquilidad del patio era de mis cosas favoritas, pero los gritos eufóricos de Keris al hablar por teléfono estaban opacando la situación, voltee hacia Sirius que se encontraba lanzado miradas asesinas a Keris, ella no sabía que estaba caminando en el filo de la guadaña de una parca llamada Sirius, bueno, sería interesante ver como la destripa.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por las constantes vibraciones de mi celular, no para de moverse en el bolsillo de mi conjunto deportivo color negro, ya me estaba atormentando para ser sincera, quería omitir otros día mi vida pasada y no tener responsabilidad afectiva con mis amigos por ahora, porque sabía que eran ellos, todos se habían aliviado de que yo estuviera bien y que era algo típico en mi, si lo es, no es la primera vez que me desaparezco, el problema era que como yo, mis amigos tenían trabajos que podían hacer en cualquier lugar y país, por eso solíamos viajar mucho y al darles señales de vida van a querer venir para acá, explicarles el porqué va a ser agotador, ellos buscarían mil soluciones para cualquier problema que les diga y decirles directamente que se quedaran lejos era algo que quería evitar.

¿Era una amiga egoísta por intentar guardarme la felicidad que tenia aquí solo para mí por un poco más de tiempo? Que mala amiga me he vuelto.

Entre a la casa dejando los insultos de Sirius y Keris atrás así caminando hasta la ventana en la que solía pensar, se había vuelto mi lugar y eso me reconfortaba.

-Otra vez aquí, mi luna.

-Eso parece- le respondí a una figura algo estresada, Kiros.

-¿Qué pasa mi luna? Dime que te inquieta y lo voy a arreglar.

No pude evitar reír ante su comentario, estaba dispuesto a cambiar el mundo si se lo pedía, que intenso y gratificante era saber que nada le importaba, solo yo.

Era un pensamiento egoísta y lo sabía, pero amaba saber que contaba con él.

-¿Qué tienes tu? Te vez estresado-el se sentó en el lado opuesto de la ventana obligándome a recoger mis pies.

-En la manada pasan algunas cosas desde que llegaste.

-¿Qué cosas?-pregunte situando uno de mis pies en su pecho a lo que él comenzó a masajear mi pierna, su mirada no estaba puesta en mi pero notaba que me tenía mucha atención por cómo reaccionaba a mis movimientos.

-Bueno, la manada quiere saber si de verdad eres mi luna o una simple puta.

-¿Tu que les has dicho?

-Nada, no voy a poner presión en ti de esa forma, además de que e recibido interés por parte del mundo humano, alguien nos vio en el súper Marquet y no he parado de recibir propuestas de entrevistas.

-Genial, los humanos también me respiran en la nuca.

-Se podría decir-pude ver una última inquietud en sus facciones, casi inmutable, pero lo sentí, sabía que se encontraba inquieto.

-¿Y?

-Y ya, no hay mas nada.

-Kiros-pronuncie en advertencia haciendo más presión en su pecho con mi pie, ni si quiera se inmuto.

-Está bien, también hay rafa gados y otras criaturas que te quieren conocer, no se con que intensiones y no les he permitido el paso, pero algunos se encuentran insistentes y tratan de entrar a la manada, no me sorprendería que logren entrar.

-¿Puede que lleguen a mi?

-No, estarían muertos antes de llegar aquí y si lo logran les arrancare la cabeza antes de que logren acercarse a la mansión.

Los rafa gados son seres que se salen de sus manadas por voluntad propia, cada uno tiene sus diferentes circunstancia, una vez se salen son libres de las reglas y protección que le aporta la manada, en su mayoría no vuelven, así que era raro que quieran acceder a la manada para

La vaina se puzo ruda para mi Umed, recuerden votar  

Vigilo tu espalda y tu vigilas mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora