ᜣꫀꪇꪊꫀꪀ̃ꪮ ᦔﺃꪖ᥅ﺃꪮ

402 26 2
                                    

Era un día gris y nublado en el mundo de Minecraft Extremo. Spreen, con su robusta armadura y su espada afilada, avanzaba con cuidado por el terreno rocoso, sus pasos resonando en la vasta llanura que se extendía ante él. Había estado explorando durante horas, buscando recursos y tesoros que pudieran ayudar a su equipo a sobrevivir en el despiadado juego en el que estaban atrapados.

A medida que el sol comenzaba a descender, la luz tenue reveló una pequeña aldea oculta entre colinas y bosques. Spreen se acercó con cautela, sus sentidos alerta a cualquier signo de peligro. La aldea parecía tranquila, un contraste sorprendente con el caos y la violencia que había enfrentado en su viaje. Las casas estaban hechas de madera y piedra, y el aire estaba impregnado de un aroma a pan recién horneado.

Spreen se acercó a una de las casas y vio a una anciana de cabello blanco y arrugado, que estaba sentada frente a su puerta. La señora estaba vendiendo varios artículos, incluyendo unos libros antiguos, plumas y lapiceros. Spreen se acercó, sintiendo una extraña mezcla de curiosidad y esperanza.

-¡Hola, joven!- dijo la señora con una sonrisa amable -¿Qué te trae por aquí?-

Spreen, sorprendido por la calidez de la anciana, respondió con cautela:

-Hola. He estado explorando el área y me he encontrado con esta aldea. ¿Qué vendes aquí?-

La anciana señaló los libros, las plumas y los lapiceros que tenía expuestos en una mesa rústica.

-Tengo libros de diversos temas, plumas y lapiceros para escribir. Son artículos que pueden ser muy útiles en tiempos difíciles- La señora lo miró con un brillo en los ojos -Estás buscando algo en particular?

Spreen observó los libros con interés. Había algo en esos viejos tomos que parecía atrayente, como si pudieran ofrecerle algo más que solo conocimientos.

-Sí, en realidad, estoy buscando algo para registrar mis experiencias- Spreen dudó un momento- He tenido una serie de eventos recientes que me gustaría documentar-

La anciana asintió comprensivamente.

-Entonces, te recomendaría este libro en particular. -Dijo, señalando un libro de tapas desgastadas con un elegante diseño en la portada- Es perfecto para registrar pensamientos y emociones. Y si necesitas algo para escribir, también tengo plumas y lapiceros.

Spreen tomó el libro en sus manos, sintiendo el peso de la información que podía albergar. El libro parecía tener una vida propia, como si hubiera sido creado para ser un confidente de secretos y emociones. Miró a la anciana, que le sonreía amablemente.

-¿Cuánto cuesta?-

La señora le ofreció un precio modesto, algo que Spreen estaba dispuesto a pagar. Luego de realizar la compra, se despidió de la anciana con una sonrisa y se dirigió de regreso a su casa/base, en la que su equipo había trabajado arduamente para construir un refugio seguro.

Al llegar, la base estaba en un estado de constante vigilancia y actividad. Sus compañeros de equipo, Rubius, Missa y Quackity, estaban ocupados con sus respectivas tareas: Rubius estaba reparando sus herramientas, Missa estaba organizando suministros y Quackity estaba trabajando en mejorar las defensas de la base. La atmósfera estaba tensa debido a la constante amenaza de los peligros que los dioses del lugar les lanzaban.

Spreen se dirigió a su habitación y colocó el libro en una estantería, junto a algunos otros objetos importantes. Se sentó en su escritorio y miró el libro con una mezcla de anticipación y ansiedad. Sabía que debía empezar a escribir, pero también se sentía exhausto por la jornada.

Finalmente, abrió el libro y comenzó a escribir sobre su día:

Día 1:

Hoy encontré una aldea en medio de la nada. La gente aquí es amable y la señora de la tienda me vendió un libro para escribir. Siento que podría ser útil para registrar lo que estoy pasando. Mi equipo está en un estado constante de alerta, siempre esperando el próximo ataque. El libro parece tener una historia propia, como si estuviera esperando para ser llenado con mis pensamientos. Estoy cansado, pero espero que escribir me ayude a procesar lo que estamos viviendo.

Spreen continuó escribiendo, detallando las complicaciones diarias que enfrentaba su equipo. Desde los constantes ataques de creepers y zombis hasta las difíciles batallas en las que participaba, todo parecía ser un desafío constante. El libro se convirtió en su refugio personal, un lugar donde podía expresar sus emociones y registrar sus experiencias sin ser juzgado.

A medida que pasaban los días, Spreen dedicaba tiempo cada noche a escribir en el libro. Documentaba sus pensamientos sobre el equipo, sus dudas sobre su propia capacidad para sobrevivir y su creciente preocupación por la situación. Cada vez que escribía, sentía una ligera liberación de la presión que llevaba consigo.

El libro se convirtió en un recordatorio constante de las luchas y las victorias diarias. Spreen lo llenó con descripciones detalladas de sus experiencias, incluyendo sus sentimientos y reflexiones sobre su papel en el juego. Era una forma de mantenerse cuerdo en un mundo que parecía empeñado en hacerles la vida imposible.

Y así, en medio del caos y la desesperación, el libro se convirtió en un faro de esperanza y una herramienta esencial para mantener su cordura en un mundo que parecía estar en contra de ellos.

𝙃𝔢𝑟𝔪𝑜𝑠𝑎 𝙍𝔬𝑠𝔞 𝙈𝔞𝑟𝑐𝔥𝑖𝑡𝔞 -ˢᵖʳᵉᵉⁿ ᵇᵒᵗᵗᵒᵐ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora