¿can't you hear me? -taegi

01

tae.

la mudanza es una forma de cerrar ciclos ¿no?

al menos eso es lo que pensaría si mis padres no me hubieran sacado del departamento por haber organizado una fiesta llena de alcohólicos y drogadictos en su ausencia. no aguantan nada.

mamá agitó su mano con emoción al momento que el auto arrancaba y se alejaba de mí. que hipócrita.

suspiré con pesadez y de mi bolsillo saqué un cigarrillo junto con un encendedor, le encendí y tomé una gran bocanada para sentir el amargo sabor del tabaco. mantuve el humo en mi boca unos segundos antes de botarlo, sacando todo el aire de mis pulmones y sintiendo mi garganta arder levemente. en estos momentos fumar era lo único que me mantenía cuerdo.

me dí la vuelta para mirar la casa, realmente no estaba tan mal...o al menos trataba de convencerme de eso.

otra bocanada de tabaco que fue expulsada junto con un suspiro.

digo, al menos me dejaron un techo donde vivir...pero, la pregunta es ¿qué haré ahora?

viví bajo los brazos de mamá durante toda mi vida hasta mis actuales veintidós años, ella hacía todo por mí y no estaba preparado para alejarme de ella de esa forma. si hubiera ocultado a esa bola de alcohólicos a tiempo ¿todo ésto hubiera sido diferente?

otra bocanada de tabaco, otra expulsión.

hice una mueca antes de tirar el cigarrillo y apagarlo con la punta de mis Converse. apenas comenzaba mi nueva vida y ya estaba más estresado que estudiante en tiempos de exámenes. metí las manos en mis bolsillos y a pasos cortos me fui acercando a la puerta de mi nuevo hogar. que emoción.

1...2...3...4 pasos y...

espera...

con el tacto busqué entre mis bolsillos y nada.

mi vista viajó a las cajas en el patio y nada.

al pasto ahora, y nada.

ahora al pavimento, y nada.

mierda.

mordí con fuerza mi labio inferior para reprimir el grito que estaba atorado en mi garganta.

mamá se había ido con las llaves.

¿ahora qué voy a hacer?

no tardó mucho en llegar la noche.

me encontraba sentado en los escalones de la entrada a la casa, mirando los autos pasar en frente mío y riendo en voz baja, resignado a aceptar mi destino y caer completamente la locura.

para acabar, mi teléfono estaba sin pila.

solo faltaba que un perro llegase y me orinara encima.

afortunadamente no llegó un perro, pero si un auto en su lugar. se estacionó en la casa de al frente mío y apagó sus luces. mis risas se convirtieron en una sonrisa de esperanza y me levanté, caminando en dirección a la casa cuando alguien me interrumpió.

del auto bajó un hombre paliducho de unos 1.70 centímetros, vestía un pantalón de mezclilla y unos cardigans bordados con fresas. que mal gusto de la moda.

el auto se fue de inmediato, y mi sonrisa se agrandó aún más.

— ¡hey, hey, hey! —comencé a gritar a la vez que agitaba mis brazos en el aire, queriendo llamar la atención de aquel tipo con mal sentido de la moda"— ¡hey!.

el tipo dio un vistazo al auto irse antes de caminar hacia la entrada de su casa.

¿me estaba ignorando?

— ¡hey! —grité una vez más.

el chico se dio la vuelta y me miró, sus ojos estaban bastante abiertos y parecía que estaba asustado.

¿tan feo me veía?

— ¡hey! ¡hola! —le sonreí e hice una pequeña reverencia, él me correspondió y metió la llave en su puerta— disculpe ¿podrías ayudarme?

el chico me miraba en silencio, parecía que quería huir de un chico vestido de payaso asesino en un Halloween cualquiera.

suspiré y me acerqué a él, notaba como se hacía bolita y disimuladamente intentaba abrir la puerta, por desgracia su llave cayó.

— oh, realmente lamento la molestia —por cortesía recogí sus llaves y se las entregué, noté que su respiración se agitaba, simplemente sonreí— ah...soy el nuevo vecino, Kim Taehyung.

extendí mi zurda hacia él, correspondió después de unos segundos e hizo una reverencia.

— mira...mamá me regaló esta casa pero se llevó las llaves, ¿crees que puedas prestarme las tuyas? el clima comienza a enfriar —dije dando una disimulada mirada a sus llaves.

el paliducho pareció pensar por unos segundos, terminó por asentir y extendió sus llaves hacia mí, victorioso las tomé y corrí hacia mi casa para abrir la puerta, no tardé mucho y volví a cruzar la calle para regresar las llaves a su dueño.

— ¡muchas gracias! —regresé a casa manteniendo mi mirada en el vecino antes de cerrar la puerta.

era raro.