CHAPTER 29

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El tiempo había pasado desde aquel día tan pesado para Minjeong y ahora la pequeña no era tan pequeña. Había pasado poco más de un año desde la ocurrido y aunque los primeros meses fueron llenos de dolor y agonía, había podido avanzar.

Su relación con su familia había avanzado un poco desde que les comentó sobre sus dolores en el pecho, falta de sueño y apetito. Solo les contó la parte física pero nunca la emocional.

Los estudios arrojaron que Minjeong sufría de los nervios y siempre se mantenían inflamados, era por eso que siempre le dolía el pecho y para su gran alivio, su corazón estaba bien y podía seguir adelante con el tratamiento. A su vez, sufría de un gran desorden hormonal y era por esto que no podía comer o dormir bien entre otras cosas.

Había hecho dos tratamientos anteriormente pero no surtieron efecto a lo cual el doctor le dijo que en su vida no podía sufrir de emociones fuertes ya sean positivas o negativas porque de lo contrario nunca podría llevar una vida normal ya que volvería a ese sube y baja. Le dieron un tercer tratamiento un poco más fuerte y recién lo había empezado.

Ahora vivían en una nueva casa en una zona apartada del resto en una urbanización cerrada. Vivía con su madre y su hermana menor, sus padres se habían divorciado y por fin las peleas habían cesado.

Iba mucho mejor en la universidad y había iniciado su cuarto semestre, eso era una señal de avance. Aeri y ella siguieron siendo mejores amigas que compartían aventuras de todo tipo porque si, se metían en problemas por cosas tontas pero siempre terminaban en risas.

El único problema en la vida de Kim Minjeong seguía siendo esa hermosa chica llamada Yoo Jimin a quien debía ignorar a diario y ya llevaba mucho tiempo haciendo aquello pero aún le quemaba, no podía olvidarla.

Se enteró de que Jimin tenía un novio y la verdad, lo odiaba sin saber quien era porque se supone que era ella quien debería ser su novia pero no era así y ahora cada quien iba por su lado le gustara la idea o no.

Minjeong se encontraba en la habitación de Aeri terminando una tarea cuando sonó su celular pero cuando iba a tomarlo de la mesita, Aeri fué más rápida y comenzó a leer el mensaje recién llegado en voz alta.

-Hola, Minjeong, quería saber si te gustaría ir conmigo a comer algo esta tarde. Quiero verte. -Leyó el mensaje com voz de tonta enamorada a lo cual Minjeong puso los ojos en blanco. -Ay, Jeongie, la traes como quieres.

-Callate. Ella no me gusta. -Le arrebató el celular de las manos y Giselle soltó una carcajada. -¿Qué te hace tanta gracia?

-Que eres muy inocente o muy tonta. Esa chica lleva mucho tiempo detrás de ti y tu no le haces caso. -Antes que la menor volviera a hablar, le tapó la boca con su mano y continuó. -Y ni hablar del resto de chicos y chicas que babean por ti y tu rechazas sin piedad. -La soltó.

-Eso no es cierto. -Se cruzó de brazos y se acomodó en la silla. Se sentía incómoda.

-Jeongie, mientras todos te ven, tu ves a la idi... -Minjeong la miró mal. -A esa. Ya es hora de que salgas con alguien y descubras un poco más. No es la única en el mundo, ya hasta lleva tiempo con el chico ese.

-Callate. -Dijo seca y suspiró pesadamente. -Entonces, ¿Le acepto la cita a Minji?

-Ay, querida. Ya han salido antes y tu apenas crees que es su primera cita. Eres muy lenta. -Negó despacio y se llevó una gomita de fresa a la boca. -Anda, sal con ella en plan cita y dale una oportunidad. -Animó Aeri.

-¿Debo arreglarme? -Preguntó mirándose en el espejo. Se sentía insegura.

-¿Estás bromeando? Estás preciosa, Min. -Minjeong se puso de pie y se analizó frente al espejo.

Su cabello había crecido y ahora lo llevaba rubio, sus preciosos ojitos ya no estaban tan apagados ni llenos de ojeras. Había recuperado algo de peso así que sus mejillas estaban algo llenitas y su cuerpo había tomado una mejor forma en donde su trasero se había desarrollado y aunque sus senos eran pequeños, seguía siendo muy atractiva ante los ojos del resto. Era delgada, si, pero su cuerpo y personalidad eran realmente hermosos. Ya no tenía marcas de haberse hecho daño y sus labios volvieron a un color rojo muy lindo al igual que sus mejillas. Poco a poco estaba recuperando su vida a pesar de aún estar rota por dentro.

Ese día llevaba puesta una camiseta blanca no tan holgada y unos jeans rasgados ajustados negros, en sus pies unas air force one blancas y una gorra. Su estilo era muy simple pero en ella todo lucía genial.

-Luces genial, no lo pienses tanto. -Volvió a animar su mejor amiga y siguió comiendo sus gomitas.

-Gracias. -Respiró hondo para luego responder el mensaje de Minji diciendo que se verían en unas horas. -Listo, ya quedé con ella.

-Esa es mi chica, sé que te irá genial, eres increíble y has avanzado un montón. -Se acercó a la menor y la abrazó por su espalda. -Ya pronto serás mayor de edad y podremos salir a alguna fiesta.

-Sabes que no me gustan. -Negó abrazándose más a Aeri.

-No me importa. Seremos mi Yizhuo, tu y yo. -Ambas rieron y se quedaron hablando hasta que llegó la hora de la cita de Minjeong.

Horas más tarde estaban Minjeong y Minji pasando un rato bastante agradable mientras comían pizza y para sorpresa de la menor, Minji era increíble y se sentía muy cómoda con ella. Comieron helado, jugaron videojuegos e incluso vieron una película juntas. En verdad se estaba divirtiendo con alguien que no fueran las mismas personas cercanas de siempre. Se sentía muy linda gracias a el excelente trato de la morena y lo mejor era que no se avergonzaba de ella porque le tomaba la mano y sonreía todo el tiempo cosa que a Minjeong le dió ternura.

Cuando la cita acabó, Minjeong acompañó a Minji hasta la entrada del centro comercial y aunque esperaba que la chica la apartara, no fué así, le seguía sujetando la mano mientras esperaban el taxi.

-Min, gracias por todo. -La morena sonrió con entusiasmo y el corazón de Minjeong se derritió.

-Gracias a ti. Hace mucho no la pasaba tan bien. -Los ojos de la mayor brillaron y Minjeong se acercó un poco más estando bastante nerviosa por lo que iba a hacer. Tomó a Minji por el cuello y la beso de forma suave y lenta cosa que dejó a la mayor boba.

-Kim Minjeong me acaba de besar. -Dijo sin poder creerlo. Minjeong se sonrojó a más no poder pero por suerte llegó el taxi y la morena se despidió no sin antes volverla a besar. -Nos vemos, Min. -Se marchó y la rubia se tocó las mejillas, moría de vergüenza.

Esa noche se sintió bien llegar a casa porque Minji le dijo que se sentía muy feliz y un montón de cosas románticas que a Minjeong le costaba creer y digerir, sin embargo, siguió hablando con la chica hasta que se hizo de madrugada y se quedó dormida.

Al día siguiente en la universidad se sentía alegre a pesar de que todos la miraban y comentaban cosas. Cuando llegó a su aula, Aeri se acercó y la rodeó con un brazo por los hombros.

-La gran Kim Minjeong besa excelente eh. -Dijo alzando las cejas de forma coqueta y Minjeong se puso roja.

-De... ¿De qué hablas? -Se sentía avergonzada.

-Minji les contó a todos que tuvo una cita contigo y que TU la besaste, dijo que fué el mejor beso de su vida. Todos están hablando de eso. -Se separó con una sonrisa de orgullo en sus labios.

-No fue gran cosa... Debe estar exagerando. -Tomó asiento y agachó la cabeza.

-Estoy orgullosa de ti. Diste un paso enorme y debes contarme los detalles. -Se sentó a su lado.

-Dejame. -Aeri le estaba apretando las mejillas. Ambas rieron y la clase comenzó porque llegó el profesor.

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora