—¡Nabil, el bebé! —grité, mi voz llena de miedo.Nabil se levantó de inmediato, su rostro reflejando terror.
—¡Tenemos que ir al hospital, ahora! —exclamó, ayudándome a ponerme de pie.
Safia, que había estado escuchando desde el pasillo, entró corriendo y, sin decir nada, nos ayudó a salir de la casa y subir al coche de Nabil. El trayecto al hospital fue una agonía, cada segundo parecía eterno. Nabil conducía como un loco, su mirada fija en la carretera, mientras yo intentaba controlar el dolor y el miedo.
Al llegar al hospital, los médicos me llevaron de inmediato a una sala de urgencias. Nabil intentó seguirme, pero una enfermera lo detuvo.
—Lo siento, señor, pero tiene que esperar aquí.
—¡No! Es mi mujer —protestó Nabil, pero al ver la determinación en los ojos de la enfermera, se detuvo.
Safia y el se fueron a la sala de espera.
Finalmente, vi un médico salir de la sala en la que yo estabs.
—¿Cómo está ella? —preguntó Nabil gritando a lo que yo escuché.
—La madre y el bebé están estables por ahora, pero vamos a necesitar monitorizarlos de cerca —respondió el médico—. La situación es delicada. Necesitará mucho descanso y cuidado.
Al escuchar esas palabras lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin parar, no quería que le pasara nada a mi hijo.
Horas más tarde, me trasladaron a una habitación. Estaba exhausta, pero despierta. Nabil entró en la habitación con cautela, como si temiera romperme con su presencia.
—Nadia... —comenzó, pero no sabía qué más decir.
Lo miré, sintiendo una mezcla de emociones. Amor, dolor, miedo. Todo se arremolinaba dentro de mí.
—Nabil, no sé qué hacer. Todo esto es demasiado —dije finalmente, mis palabras llenas de desesperación.
Nabil se acercó y tomó mi mano, con una determinación en su mirada que no había visto antes.
—Vamos a superarlo juntos, Nadia. Te lo prometo. No voy a dejarte sola en esto.
Cerré los ojos, dejando que sus palabras me reconfortaran, aunque fuera solo un poco. No sabía qué nos deparaba el futuro, pero en ese momento, solo quería creer que podíamos encontrar una forma de seguir adelante, juntos.
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Fiha kher
RomanceNadia, de dieciocho años, es obligada a casarse con Nabil, un mafioso rodeado de secretos. Atrapada en una red de intrigas y deudas, debe enfrentarse a figuras del oscuro pasado de Nabil. ¿Podrá encontrar el valor para decidir su propio destino? ...