¿Así es la muerte?

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Monterrey, México, 10 de mayo de 2001.

La tía Ana residía en la localidad de Colonia del Vidrio. Es una comunidad tranquila y segura, con una gran cantidad de áreas verdes y parques para el disfrute de sus habitantes.
En la casa de Ana, Ángela y sus hijas se quedaron por un tiempo.

Las dos hermanas, Ana de cuarenta años y Ángela de treinta y cinco, tenían poco contacto entre ellas

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Las dos hermanas, Ana de cuarenta años y Ángela de treinta y cinco, tenían poco contacto entre ellas. Residían en espacios separados y tenían perspectivas diferentes sobre la vida.

La hermana mayor disfrutó de la fortuna en todos los aspectos de la vida: logró completar la universidad, consiguió un empleo satisfactorio, se casó con un buen hombre y tuvo tres hijos. Por otro lado, Ángela experimentó una serie de infortunios. No logró concluir sus estudios universitarios, enfrentó dificultades en su matrimonio y finalmente su esposo la abandonó por completo, dejándola a cargo de sus hijos en una vivienda en mal estado.

Ángela realizaba labores esporádicas y casi nunca recurría a su hermana mayor para pedir ayuda. Sin embargo, en caso de que Ángela estuviera en apuros, Ana siempre estaba dispuesta a brindarle su apoyo.

Sofía y Renata se acomodaron en una amplia habitación en el segundo nivel de la casa de tres pisos. Su madre se trasladó a la habitación contigua. No se llevaron muchas cosas porque no tenían intención de quedarse en la casa de Ana por un periodo prolongado. Ángela solo tenía planes de cambiar la puerta y realizar algunas pequeñas reformas en su hogar.

Sofía decidió no comentar con nadie más acerca del monstruo. Ella misma empezó a dudar de que fuera real y consideró la posibilidad de que algún psicópata disfrazado hubiera intentado ingresar a su casa. Sin embargo, tres días más tarde, Sofía finalmente aceptó que lo que estaba viendo era una terrible realidad.

A las ocho de la noche, Sofía salió a adquirir pan y yogur para su cena en el MiniMarket más cercano, que se encontraba a una cuadra de su casa. La noche estaba fría y las nubes cubrían por completo el cielo estrellado.

La calle estaba casi vacía, la mayoría de las personas ya se habían marchado a sus hogares. Solo se podía ver a una pareja de turistas estadounidenses caminando por la calle, hablando animadamente en inglés.

 Solo se podía ver a una pareja de turistas estadounidenses caminando por la calle, hablando animadamente en inglés

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La joven rubia se rió alegremente de lo que le hablaba el hombre con sombrero. Estaban charlando tan entusiastamente que Sofía pudo escuchar sus nombres: Lucas y Emma.

El MiniMarket ya estaba cerca cuando la pareja americana acercaron a Sofía, mientras seguían conversando sobre un tema personal. En ese momento, Sofía percibió el sonido de unas enormes alas sobre su cabeza. Los turistas también lo escucharon y dirigieron su mirada hacia arriba.

Temblando de miedo, Sofía también comenzó a mirar hacia arriba. A pesar de la oscuridad, pudo distinguir la figura de una criatura alada brillando entre las nubes sombrías.

Los americanos se sintieron inquietos y temerosos al encontrarse con la extraña criatura. Es posible que tuvieran la intención de comunicarse con Sofía para obtener más información o preguntarle acerca de ese ser misterioso. Pero antes de que pudieran reaccionar, el monstruo bajó, agarró al hombre, se subió arriba y desapareció. Solo el sombrero del turista cayó desde lo alto.

Emma emitió un grito desgarrador, mientras que Sofía se encontraba sin energías para el mismo. Sofía se sostuvo contra la pared, ya que sentía que pronto perdería el conocimiento una vez más.

La rubia, sollozando exclamó:

—¿Qué es esto?.. ¿Qué es?..

Como respuesta a su pregunta, se escuchó el aleteo acercándose. Emma intentó correr, pero no pudo dar ni unos pocos pasos antes de que el monstruo la llevara hacia arriba. Sofía no podía moverse, sintiendo cómo el miedo la dominaba. Esperó sin más que la criatura descendiera hacia ella.

La niña estaba sentada en el suelo cerca de la pared cuando un hombre desconocido pasaba con su perro, el cual de repente comenzó a ladrar fuertemente y a escapar, casi rompiendo la correa. El hombre persiguió al perro, apenas agarrando la correa. Cuando el hombre y su perro se perdieron de vista, Sofía percibió el sonido de alguien o algo acercándose a ella, rasguñando la pared.

La niña no tenía ninguna duda sobre quién se estaba acercando a ella. La misma muerte la esta buscando. ¿Alguna vez han experimentado el mirar a los ojos de la muerte? Sofía ahora entendía esta frase de manera literal. La niña vio muy de cerca su aspecto terrorífico y perturbador,
su cuerpo musculoso, cubierto de harapos rotos y andrajos.

Sofía percibió la cercanía de la criatura al escuchar su respiración junto a un gruñido salvaje. La niña sentí su piel grisácea y arrugada, vi su rostro grotesco y deformado. Sus ojos grandes y brillantes, de un color amarillo intenso, que transmitieron una sensación de malicia y maldad. El monstruo tenía una nariz afilada y puntiaguda que respiraba de forma convulsiva, mientras su boca llena de dientes afilados y desiguales parecía a punto de desgarrar la carne y devorarla sin piedad.

Sofía solo tenía una pregunta en su mente:

—¿Así es la muerte?

Sin embargo, la criatura mostró indecisión. Disfrutaba de experimentar el miedo de la niña, burlándose de su impotencia y sumisión. Sofía cerró los ojos...

Cuando volvió a abrirlos, el monstruo ya no estaba presente. Se había ido sin hacer ruido. Sofía contempló el cielo por un largo periodo hasta que dos señoras mayores se acercaron a ella.

 Sofía contempló el cielo por un largo periodo hasta que dos señoras mayores se acercaron a ella

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—¿Estas mal? —preguntó una de las señoras.

Sophia recuperó fuerzas al escuchar la voz humana.

— Estoy bien, — dijo la niña. —Creo que me desmayé.

La mujer la ayudó a levantarse y se ofreció a llevarla a su casa. Sofía asintió con la cabeza. Las tres caminaron juntas hacia la vivienda...

 El Terror Se Desata: Un Fanfic De Jeepers CreepersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora