Maximiliam
Frente a mí, se encuentra el único lugar en el que he vivido hasta mis doce años.
Frente a mí, está el hogar de mi familia, familia que no dudó en darme la espalda por seguirlo a él.
Frente a mí, está su fortaleza.
Frente a mí, está la mansión de los Jardines Blancos.
Hoy vengo por lo que me pertenece.
Y no hablo de este basurero, hoy vengo por su cabeza.
Quería un monstruo, pues aquí lo tiene.
Hace apenas unas hora que terminé mi batalla en la Resurrección y todo mi cuerpo me pide a gritos que descanse.
Pero necesito terminar de una buena vez con todo los baches de mi camino para iniciar lo que he llamado una nueva vida. Estamos tan cerca, solo necesitamos borrar un nombre más de nuestra lista.
Estoy cubierto de sangre y solo tengo unos trozos de pantalones que hacen su mayor esfuerzo para cubrir lo que queda de mi cuerpo.
Ya mandé al Irlandés por Jennifer y Diff, así que tengo que terminar esto ya. Es hora, el momento de enfrentar a nuestro creador ha llegado.
Mis pasos son sigilosos, ya he verificado todo y está a nuestro favor. Está solo. Sin testigos seremos más rápidos.
Como si esta fuera mi casa, mi hogar y el lugar donde he vivido toda mi vida, entro por las grandes puertas sin ninguna pizca de duda.
Soy recibido por la acogedora vista de lo que se puede percibir como un ambiente hogareño, Lo será, solo necesitamos exterminar a una cierta cucaracha.
Mis pies desnudos suben escalón a escalón en la gran escalera de caracol que da a la parte superior de la mansión.
Con cada paso estoy más cerca de mi objetivo. Aprieto mis manos en puños y tomo una respiración profunda, Es hora.
Abriendo la puerta de su maldita oficina lentamente me encuentro con unos ojos azules muertos, están tan vacíos como lo recordaba.
Charles Telnaster, mi padre, quien está apuntando su arma directamente hacia mí.
—Aún no es momento para que estés libre—dice sin bajar su arma.
Sin titubear cierro la puerta a mi espalda y con la frente en alto lo enfrento, estoy en clara desventaja, pero no me asusta, el miedo ya no existe en una persona muerta en vida.
—Me gané el derecho de decidir cuando salir— digo en tono grave.
—Me informaron de tu victoria en la Resurrección—sonríe con un auténtico gesto de placer— Veo que fue buena idea dejarte ahí, has alcanzado tu máximo potencial hijo, quien lo diría— me mira fijamente—Catorce de los mejores hombres de la Fosa y sigues en una pieza.
—¿Por eso sigues sin bajar el arma?— sonrío un poco—¿Me temes Charles?
—Claro que no— baja el arma—Eres mi sangre, lastimarme es traición.
—¿Traición a quien?— me burlo.
—A la familia— dice acercandose lentamente.
—No tengo familia, mi madre murió, mi hermano ya debe de haberme olvidado, la abuela nunca me quiso y tú— lo señalo— Mi propio padre me dejó a mi suerte en el mayor de los infiernos.
En un movimiento rápido me toma del rostro con sus manos y hace presión en los cortes de mi cara.
—Quieras o no eres un Telnaster— presiona más fuerte— Serás mi legado, todo lo que tengo es tuyo, fuiste a la Fosa para entrenarte de verdad, para que sepas lo que esta vida significa— lo empujo con toda la fuerza que tengo, Charles es un hombre grande y no ha estado muriéndose de hambre y siendo torturado por varios a la vez, su cuerpo es superior al mío.
—Nunca seré parte de esta familia— le digo firme, nadie abogó por mí, no tengo porqué abogar por ellos.
—Veo que la Fosa no pudo domar ese carácter— me toma de las manos y con brusquedad me empuja contra el escritorio de su oficina—Pero tu padre se encargará— trato de moverme, pero su agarre en mi mano me lo impide. No soy consciente de lo que hace hasta que lo siento, me clava un abre cartas en los nudillos.
Quiero gritar, pero no lo haré, esta escoria no tendrá nada más de mí, ya no más. Siento como lo clava otra vez, más profundo, creo sentir el metal en mis huesos.
Observo lo que tengo enfrente buscando algo con que defenderme. En el borde del escritorio hay un bolígrafo, con la mano que no está torturando trato de alcanzarlo.
Estiro mis dedos hasta alcanzarlo, cuando siento que mis dígitos rozan el objeto lo tomo en un puño y me giro para clavarselo en un lado de su cara.
—¡Ahhh!— grita el bastardo soltandome.
Me despego del escritorio y me sostengo la mano ensangrentada. Cierro el bolígrafo entorno a mi mano sana y sin esperar a que regrese el golpe me avalanzo sobre él y se lo vuelvo a clavar, esta vez en el ojo derecho.
—¡HIJO DE PUTA!— grita con dolor.
Riendo siento el poder correr por mis venas. Saco el bolígrafo de su cavidad ocular y río aún más fuerte cuando los chorros de sangre salen disparados.
—¡Aquí me tienes padre, soy tu legado!— le digo a la cara—Yo soy la muerte.
Tomo el abre cartas con el que me jodio la mano y sin dudar hago un perfecto corte de lado a lado en su cuello.
Escuchar el gorgoteo de su sangre mientras trata de contener la salida del líquido de su cuello, es música para mis oídos.
Me limpio un lado de la mejilla donde algo de su asquerosa sangre me salpicó.
Viendo como todo el piso de su impecable oficina está cubierto por su sangre me levanto y me despido de este ciclo que me ha convertido en lo que tanto temí de pequeño.
—Le das mis saludos a los catorce bastardos de hoy— tiro el bolígrafo y el abre cartas al suelo—Contigo serían quince.
Me giro y antes de salir veo una caja con lo que parece son sus puros. Saco uno y lo enciendo, le doy una buena calada y libero el humo.
La nicotina y el olor a sangre me acompañan mientras dejo al monstruo que creo al diablo.
Mi mente siempre vaga con ese recuerdo, la mano que siempre es cubierta por un guante es el recordatorio de por vida que tendré como evidencia de la muerte de mi padre.
Siento a mi corderito removerse en las sábanas de nuestra cama. La rodeo con mi brazo y la pego más a mi cuerpo. Siento su pequeña nariz enterrarse en mi cuello y soltar un suspiro.
—Maxi— murmura en sueños.
Con una sonrisa de idiota le beso la coronilla. Ella sabe que maté a Charles, pero nunca puede saber como lo hice, ni cuanto lo disfruté.
Este será el único secreto que tendré.—Mi corderito— susurro—Nadie te separará de mí, ni siquiera yo.
Este es un capítulo especial por las 600 mil lecturas.
Son increíbles por apoyar a mis chicos.
Yo sé que muchos se preguntaban lo de la muerte de Charles y la mano de Maxi.
También quería decirles que he iniciado una nueva historia con otro género, espero se pasen por ahí.
Besos en el poto 💋.
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Sepulcro
RomanceLas tragedias pueden marcarte para toda la vida. Las marcas pueden cambiarte la vida. La vida puede ser una verdadera tragedia. Fiorella Leblanc es una joven italiana que lo único que desea es conseguir un empleo para retomar sus estudios. Tras la m...