El dia que enamore a mi idolo

Decisiones cruzadas

NARRA SARA
A la mañana siguiente, después de apenas dormir, me encontré caminando hacia el parque cercano. Necesitaba despejar mi mente antes de enfrentar a Nick. Había pasado toda la noche pensando en lo que quería decirle, en cómo expresar mis sentimientos sin sonar acusatoria, pero cada vez que lo ensayaba en mi mente, parecía más complicado.
Mientras caminaba, sentí mi teléfono vibrar. Al ver la pantalla, el nombre de Nick apareció nuevamente. Dudé por un momento, pero finalmente contesté.
—Hola.
—Sara —respondió con un tono que sonaba entre aliviado y ansioso—. Por favor, escúchame. Sé que estás molesta, pero necesitamos hablar.
—Eso pensaba hacer —dije, sorprendida por la coincidencia—. ¿Puedes encontrarte conmigo en el parque?
—Estaré ahí en diez minutos.
Colgué y me dirigí hacia una de las bancas, intentando calmar mi corazón, que latía rápidamente. No sabía si era por la emoción de verlo o por el temor a lo que podría pasar.
Cuando llegó, lo vi acercarse con una expresión seria, pero también con algo de esperanza en los ojos. Se sentó a mi lado, dejando un espacio prudente entre nosotros.
—Sara, lo siento. Sé que todo esto te está afectando más de lo que debería. Pero quiero que sepas que tomé una decisión.
Lo miré, sin decir nada, esperando que continuara.
—Hablé con mi abogado. Vamos a proceder con el divorcio, con o sin la cooperación de Priyanka. Esto ya no puede seguir así.
Sentí un pequeño alivio al escucharlo, pero todavía había una parte de mí que no podía ignorar todas las dudas que se habían acumulado en mi corazón.
—Eso está bien, Nick, pero no se trata solo de eso. Necesito sentir que puedo confiar completamente en ti, que lo nuestro no es solo una lucha contra Priyanka o Joe. Quiero que lo nuestro sea fuerte porque es lo que ambos queremos, no porque estamos tratando de demostrarle algo al mundo.
Nick me miró fijamente, como si estuviera procesando cada palabra.
—Lo entiendo, y tienes razón. Esto no debería ser una lucha. Pero, Sara, te amo. Eres mi todo, y haré lo que sea necesario para que estemos bien.
Por primera vez en días, sentí que sus palabras eran genuinas, no solo una promesa vacía.
—Entonces demuéstramelo, Nick —dije, levantándome de la banca—. No con palabras, sino con hechos.
NARRADOR OMNISCIENTE
Las palabras de Sara resonaron en la mente de Nick mientras la veía alejarse del parque. Por primera vez, entendió que no bastaba con decir que la amaba. Tenía que demostrarlo, no solo a ella, sino también a sí mismo.
Por otro lado, Sara caminó hacia la casa de Danielle con una sensación renovada de fortaleza. Sabía que aún quedaba un largo camino por recorrer, pero estaba lista para enfrentar lo que viniera, por ella y por su bebé.
En ese momento, ambos entendieron que el amor no era suficiente; requería compromiso, sacrificio y, sobre todo, la voluntad de dejar atrás las sombras del pasado para abrazar un futuro lleno de posibilidades.
Sara llegó a casa de Danielle y Kevin con el corazón dividido entre la esperanza y la incertidumbre. Había pasado el día tratando de distraerse, pero sus pensamientos seguían girando alrededor de lo mismo: Nick, su bebé y el caos en el que su vida parecía haberse convertido.
Danielle la recibió con un abrazo cálido.
—¿Todo bien? —preguntó, notando el cansancio en el rostro de su amiga.
Sara se dejó caer en el sofá y suspiró.
—Más o menos. Hablé con Nick esta mañana. Dice que está decidido a pelear por el divorcio, pero no sé si confiar en que esta vez lo cumplirá.
Danielle la miró con empatía y tomó su mano.
—Es un paso importante, pero entiendo que estés cansada de promesas. A veces, lo único que podemos hacer es esperar y ver si las acciones coinciden con las palabras.
Kevin apareció desde la cocina, con un aire preocupado pero tratando de no mostrarlo demasiado.
—Mira, Sara, no quiero meterme en tus decisiones, pero quiero que sepas que estamos aquí para ti. Pase lo que pase.
Sara agradeció el apoyo de sus amigos, aunque sabía que sus problemas no se resolverían tan fácilmente. Más tarde, durante el desayuno, Kevin sugirió que los acompañara a jugar pádel.
—Te distraerías un poco —dijo, tratando de animarla.
—No quiero ser una molestia...
—No eres una molestia —intervino Danielle con una sonrisa tranquilizadora.
Finalmente, Sara aceptó. Al llegar al club, se unió al juego junto a Kevin, Danielle y un joven rubio de ojos verdes llamado Chris, quien rápidamente mostró interés en ella. Durante el partido, Sara se encontró disfrutando más de lo esperado. Cuando Chris la invitó a cenar, Sara quedó desconcertada, pero antes de que pudiera responder, una voz conocida interrumpió la escena.
—Lamento interrumpir esta charla tan interesante, pero vine a buscar a mi mujer —dijo Nick, con una expresión seria.
Chris retrocedió, disculpándose.
—Lo siento, no sabía que estabas casada.
Sara lo miró incrédula.
—¿Qué haces aquí, Nick?
—Kevin me dijo dónde estabas. Decidí venir a buscarte.
—¡Ya hablamos de esto! No pienso volver hasta que firmes el divorcio —respondió Sara, cruzando los brazos.
Nick suspiró, dejando caer los hombros.
—Priyanka me está amenazando. Dice que si insisto en el divorcio, usará nuestra relación en mi contra y podría perder la custodia de mi hija.
Sara parpadeó, sorprendida.
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Tenía miedo de que me dejaras. Pensé que no querrías quedarte conmigo si esto complicaba aún más las cosas.
Sara lo abrazó, conmovida.
—Nick, jamás te dejaría por eso. Estamos juntos en esto. Pero tienes que enfrentar tus miedos y demostrar que realmente quieres construir un futuro con nosotros.
Nick asintió con determinación.
Cuando Nick y Sara salieron de la cancha, Danielle y Kevin intercambiaron miradas tensas.
—Espero que esto no termine en desastre —murmuró Danielle, cruzando los brazos mientras observaba a la pareja caminar hacia el auto de Nick.
Kevin suspiró, sintiéndose incómodo.
—No tenía otra opción, Dani. Nick es mi hermano, y aunque no siempre esté de acuerdo con él, merece una oportunidad para arreglar esto.
Danielle lo miró con una mezcla de reproche y comprensión.
—Kevin, sé que quieres ayudarlo, pero meterte en esto pudo haber empeorado las cosas. ¿Y si Sara no quería verlo? No es justo para ella.
Kevin se pasó una mano por el cabello, frustrado.
—Lo sé, pero ella también tiene derecho a escuchar lo que Nick tiene que decir. Si no lo intentan ahora, tal vez nunca lo hagan.
Danielle suspiró, sin poder negar su punto, pero aún molesta.
—Solo espero que Sara no termine lastimada otra vez. Ella no merece más sufrimiento.
Kevin asintió lentamente.
—Yo también lo espero. Pero si conozco a mi hermano, esta vez está decidido. Solo queda esperar.