La mañana fue tan tranquila que no pude evitar sentirme aburrida. Solamente tuve que terminar algunas cosas en la casa. Ya quería que llegue la tarde, si algo amo en este mundo es a ese hombre y entrenar, y esas dos cosas las obtenía en la tarde.
—Cuanto más tengo que esperar....—
Miraba desde la ventana la lección de pelea que se daba en el patio de la finca. Unos seis hombres con trajes de entrenamiento blancos imitaban a un hombre que estaba al frente de todos, este tenia un traje blanco, pero unas especies de tomoes le adornaban en mangas, la orilla del traje y sobre todo en la espalda. Su cabello castaño extremadamente largo y atado en una coleta baja me tenían suspirando de anhelo.
Sonreía como una tonta al verlo. Era mi fascinación. Sus movimientos eran tan fluidos, tan suaves y certeros, los ejecutaba con una elegancia, casi podía sentir envidia de no ser yo el concepto de entrenar, porque se notaba que era su pasión, lo adoraba.
Sin darme cuenta, yo también le imitaba, ¿Y como no hacerlo? Su pasión era transmitida a quien lo viera, así que desde mi lugar yo también copiaba las katas, pero prontamente terminó sin darme cuenta.
Tal vez sintió mi mirada, o tal vez ya conocía mi costumbre de verlo desde aquí, pero sus hermosos ojos onyx chocaron con los míos. Jade vs Negro.
Me sonroje y me oculté de repente. Pero en seguida pensé.
—Espera, ¿Por qué me oculto?— y rápidamente me volví a asomar, el seguía mirando en mi dirección, se veía confundido, ¿Quizá fui rara? Aún así, el de la nada me dedico una preciosa sonrisa. Me derritió el corazón. Después de eso, se fue, el aún tenía cosas que hacer.
La tarde por fin llegó. Yo estaba de pie a la entrada del jardín donde entrenaban. En este momento nadie más que yo estaba. Tenía el mismo traje de combate que los hombres en la mañana pero lo que resaltaba era mi cabello de tono rosado que ha ia recogido en una sola coleta, esperaba que no me estorbase así. Mis ojos miraban al frente hasta que por fin lo vi acercándose.
—Veo que estás lista.— el me sonrió después de hablar.
Yo me sonroje como si fuera un especie de niña pequeña. —Lo estoy, estaba ansiosa.—
—Pude notarlo, ¿Siquiera disfrutaste de tu día?— el me preguntó. —P..pero ¡Claro!—
—Uhm, noté que me observabas hace un par de horas — vuelve a comentar con su estúpida sonrisa. Sus ojos fijos en mi, yo solamente le miraba avergonzada.
—Indra... Sabes que me gusta el entrenamiento...— susurro tomando la coleta de mi cabello para cubrir parte de mi rostro.
—Yo pensé que te gustaba yo, Zara.— Este se cruza de brazos y cierra los ojos con un semblante de decepción en la cara.
—T...tonto!— y tal cual, le metí un zape en la cabeza.
Por fin estábamos en postura. Según Indra, yo tenía un talento innato para controlar mi chakra y me era más sencillo ejecutar el ninjutsu que el enseñaba.
Nos divertíamos juntos. Entrenábamos desde pequeños, y así había pasado el tiempo, nuestra adolescencia nos la pasamos juntos, con el tiempo mis técnicas mejoraron a gran escala, a tal punto que mis reservas de chakra eran gigantescas, tanto, que mediante una Habilidad de almacenaje, logré desbloquear una enorme capacidad física, aunque claro cuando no lo usaba, se mantenía sellado en un rombo que adornaba mi frente.
Indra y yo nos volvimos pareja, lo que comenzó como dos amantes de la batalla, terminó con nosotros escapandonos a medianoche hacia un claro con un pequeño lago donde nos entregabamos una y otra vez. El me amaba y yo a él.
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Un amor encima de la muerte
Short StorySiempre se ha juzgado a Sakura por "perseguir" a Sasuke a pesar de todo lo malo que hizo. Hasta su mejor amiga Ino le recriminaba, pero ¿alguna vez alguien se preguntó de verdad por qué Sakura lo hacía? a veces hacemos cosas que nos nacen del alma...